Un millón de venezolanos podría irse del país en este año 2025. Así lo revelaron los datos de una investigación del Laboratorio de Ciencias Sociales (LACSO).
En su estudio, el laboratorio halló que al menos 22 % de la población venezolana piensa irse del país. Las dos principales razones esgrimidas para migrar son: las tensiones políticas y el alto costo de la vida.
Ahora bien, de ese 22% que está considerando migrar, el 5% ya tiene la decisión tomada: migrará de Venezuela en los próximos 6 meses. Con las recientes deportaciones de venezolanos desde EE.UU., sumado a las restricciones en materia migratoria en países como Colombia, antes solidarios con la migración venezolana, no queda claro cuáles podrían ser los nuevos destinos de acogida del éxodo venezolano.
“No terminé mi carrera, pero estoy dispuesto a dejarlo todo para irme y comenzar de nuevo, aunque me toque limpiar pisos”, relata Daniel, un estudiante de Ingeniería Informática.
“Dejo el país porque creo que se perdió la posibilidad de elegir. Busco una mejor calidad de vida, pero no quisiera perder todo el esfuerzo que he hecho estudiando. Mi meta es ser médico y ayudar a otros desde donde sea ”, contó Santiago, quien se graduará de médico cirujano en 2026.
Estas historias ilustran una dura realidad: mientras la dictadura de Nicolás Maduro continúe en el poder, no habrá futuro para los venezolanos.
Nuestra diáspora ya se aproxima a las ocho cifras. Según el último estudio del Observatorio de la Diáspora Venezolana, dirigido por el sociólogo Tomas Páez, quizá la persona que mejor y más seriamente ha estudiado el fenómeno de la migración venezolana, ya hay 9,1 millones de venezolanos fuera del país. Sí, casi tres de cada diez venezolanos tuvo que salir del país. No hay familia venezolana que no tenga un familiar fuera. No hay hogar en Venezuela que no haya tenido que celebrar un cumpleaños por videollamada.
Estas cifras se obtuvieron haciendo un seguimiento en 90 países, 1500 municipios y más de 500 ciudades del mundo a la diáspora venezolana.
Entre los hallazgos, el Observatorio confirmó que no existe una relación entre el aumento de la criminalidad en algunas ciudades del mundo receptoras de venezolanos y la migración.
En cuanto a los países de acogida, dicha investigación muestra que España se posiciona como el nuevo destino más cotizado por los venezolanos, especialmente al cerrarse muchas puertas al Sur y al Norte del continente.
Según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE) de España, al 1 de junio de 2024 residían en el país 390.000 personas con nacionalidad venezolana. Sólo durante el primer semestre de 2024, llegaron al país 44.000 venezolanos, lo que supuso una media de 241 al día.
Una solución sostenible
La migración venezolana ya es la mayor crisis de migrantes y refugiados del planeta, superando a la crisis de migrantes derivada de la Guerra Civil en Siria y a los desplazados por la Guerra en Ucrania. Y esto es un problema para el mundo, especialmente para los países del hemisferio occidental.
La migración venezolana no tiene origen en una guerra, sino en la Emergencia Humanitaria Compleja generada por la dictadura de Nicolás Maduro. Por tanto, como el problema tiene un origen político, el de un régimen capaz de matar de hambre por diseño a su población sólo para mantenerse en el poder, la solución más sostenible, realista y estable debe también atacar el su origen político.
El éxodo venezolano no se detendrá con deportaciones masivas, visas especiales o erigiendo muros.
La única manera de frenar la migración venezolana es sacando a Nicolás Maduro y al chavismo del poder.
Si la comunidad internacional quiere resolver, en el mediano y largo plazo, el problema que les genera la migración venezolana, la solución es clara: deben ayudarnos a los venezolanos a recuperar nuestra democracia. Recuperada la democracia, millones de los venezolanos que migraron van a regresar y los millones de venezolanos que hoy están pensando en migrar se van a quedar en casa para nuestra reconstrucción.