Su nombre es Harry Sargeant III. Para la mayoría de los venezolanos es un desconocido, pero tanto él como sus empresas tienen mucho que decir en el futuro del negocio petrolero en el país. Sargeant es un magnate norteamericano cuyos intereses en Venezuela no son nuevos, pero que parecen renovados pese a la política de sanciones de Donald Trump contra el régimen de Nicolás Maduro.
El paraguas de Sargeant es Global Oil Managment Group (GOMG), un holding con el que realiza negocios de energía en países como Panamá o República Dominicana, entre otros, y con el que maneja refinerías, comercializa y transporta petróleo. “Sargeant es un reconocido inversionista centrado principalmente en los sectores de la energía y el transporte marítimo”, resume el sitio web de su compañía.
Pero de Sargeant se sabe que juega duro. Conoce al presidente Donald Trump y ha hecho importantes aportes de dinero para campañas electorales republicanas, según ha reseñado la prensa estadounidense. Sin embargo, su nombre y su compañía son conocidos por no tener mayores pruritos para caminar al borde la legalidad.
Son muchos los escándalos que han rodeado a sus empresas y es pública una demanda que tiene en Estados Unidos por su actuación como contratista en Irak. Algunos también lo señalan de exagerar su cercanía con Trump para sacar provecho propio. Al punto que días atrás trascendió que el enviado especial, Richard Grenell, intentó introducir a Sargeant en una reunión con el presidente y la jefa de gabinete, Susie Wiles, lo impidió.
En el caso venezolano el empresario norteamericano cuenta también con sus relaciones en el alto gobierno, en especial con Delcy Rodríguez, Vicepresidenta y Ministra de Petróleo, pero también de otros actores que revelan el poder y la influencia que ha ganado Sargeant en nuestro país. En realidad, Sargeant ha pretendido convertirse en un vaso comunicante entre el régimen de Caracas y la administración Trump, asegura una de las fuentes consultadas: “Maduro le dice a él, esperando que después él, le repita al presidente Trump”.
Desde 2019 Sargeant se ha movido para garantizar suministros de petróleo venezolano para procesar asfalto. En alguna oportunidad manifestó que el petróleo venezolano es el “mejor del mundo” para la producción de asfalto. En esos tiempos del Gobierno Interino el propio Harry Sargeant hizo lobby a través del entonces diputado y miembro de la comisión de finanzas de la Asamblea Nacional, Rafael Guzmán, para hacerse con la actividad de la refinería Isla en Curazao que Petróleos de Venezuela (PDVSA) operaba.
Rafael Guzmán no contestó la petición de entrevista formulada para esta nota.
Varias fuentes consultadas aseguran que en Estados Unidos se realizaron reuniones con las que Sargeant quería asegurarse el traspaso de las operaciones de la refinería y usarla para procesar y despachar a Estados Unidos su asfalto. El interinato nunca se mostró interesado en ese negocio y, además, el control de la refinería estaba fuera de su alcance, porque Curazao no reconocía a Juan Guaidó como presidente de Venezuela.
Sin embargo, Sargeant logró en 2023 un acuerdo con las autoridades de Curazao para operar la refinería, aprovechando los incumplimientos de Pdvsa que dejaron inactiva durante un tiempo a la refinería. El pasado 4 de abril Trump le ordenó a Global Oil Terminals, propiedad de Sargenat, cesar sus operaciones en Venezuela para el próximo 27 de mayo, aunque esta compañía tenia una licencia del Departamento del Tesoro para comerciar hidrocarburos venezolanos por dos años.
La nueva medida de Trump también afecta la operación de la refinería en Curazao. El propio Sargeant se reunió a finales de abril con el primer ministro de la isla para evaluar el impacto de las nuevas decisiones de Trump. “En base a la situación actual entre Estados Unidos y Venezuela, los representantes de Global Oil han optado por venir a Curazao para entregarle al Primer Ministro información adicional y valiosa sobre las posibilidades que existen para que Global Oil continúe operando en Curazao”, informó el gobierno de la isla.
Hace poco se conoció que Sargeant frenará sus inversiones en la refinería en Curazao y que su empresa Global Oil suspendió las actividades relacionadas con la producción de asfalto, como consecuencia de las sanciones de la administración Trump al régimen de Maduro.
Alianzas con viejos conocidos
En Venezuela los intereses de Sargeant también están ligados al empresario Alejandro Betancourt, uno de los conocidos “bolichicos” que estuvieron detrás de Derwick, empresa que en su momento obtuvo contratos por 2 mil millones de dólares en contratos del sector eléctrico y ligados a hechos de corrupción.
Las fuentes consultadas explicaron que Betancourt logró recuperar la operación en la empresa mixta Petrozamora, luego de que Tareck El Aissami se la quitara, y que para esa decisión fue clave la relación de Sargeant con Delcy Rodríguez. Una fuente conocedora de la industria petrolera informó que Betancourt también sería el beneficiario de Petrocedeño, otra de las empresas mixtas que Pdvsa tiene en la Faja Petrolífera del Orinoco. Aunque desconoce los términos del negocio, la fuente sostuvo que se trata de un acuerdo mediante el cual se benefician tanto Alejandro Betanocurt como Harry Sargeant. Ambas operaciones, Petrozamora y Petrocedeño, suman una producción de unos 120 mil barriles de petróleo por día, según estimaciones de la industria.
El representante de los intereses de Harry Sargeant y sus compañías en Venezuela es el abogado Juan Carlos Andrade, quien es muy conocido en la industria petrolera venezolana, y ha sido directivo en los gremios del sector, como la Asociación Venezolana de Hidrocarburos y la Cámara Petrolera Venezolana. En el pasado también fue director de British Petroleum y hace unos años, cuando Pdvsa empezó a incumplir los pagos a proveedores, ayudó a estructurar una suerte de instrumento financiero a través del cual la estatal petrolera se comprometía a saldar los pagos.
Andrade es conocido en el sector energético como un lobista que se mueve con mucha habilidad en distintos círculos y además es un conocedor del tema hidrocarburos. Consultado vía correo electrónico, manifestó que “no tengo en este momento un rol en esa compañía”, en alusión a Global Oil, y “no tengo mucha información de valor” sobre las actividades de la empresa en Venezuela.
Está claro que, pese a las sanciones de Estados Unidos, la presencia de Harry Sargeant y sus empresas serán clave en el negocio petrolero venezolano durante los próximos meses.