En la aldea
12 abril 2025

La voluntad de cambio y el poder de las comunidades

En Venezuela cuando parece que no está pasando nada, resulta que la realidad subyacente quema, mueve, produce un tsunami, de ahí el desmontaje tan efectivo del aparato comunal o Estado chavista.

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Sylvie Páez | 10 abril 2025

Los movimientos sociales en Venezuela suelen ser interesantes por el grado de compromiso que se le imprime y por la disposición a la organización. Un lugar de encuentro para estas movidas, son las comunidades populares que viven una realidad de unión, confrontación y apoyo mutuo, nada lineal, lo cual fortalece a sus integrantes y los impulsa a cumplir propósitos en la distinción y lucha constante.

Esta es la relación en la que construimos un determinado tipo de sociabilidad y comunitariedad, base esencial para pensar lo político. Los venezolanos nos reconocemos en la relación afectiva, en la familiaridad, en la comunidad y, cuando aparece la adversidad, también somos capaces de afrontarla en relación. El 28 de julio de 2024 fue un testimonio de ese entramado político. Preguntemos a cualquiera por su vinculación en las elecciones presidenciales pasadas y verán que tuvo un gran alcance humano, territorial, vinculativo, organizativo. Todos formaron parte de algo. Todos hicieron lo que juzgaron pertinente. Todos, en trama, construyeron una historia sin precedente.Todos formaron parte de algo. Todos hicieron lo que juzgaron pertinente. Todos, en trama, construyeron una historia sin precedente.Todos formaron parte de algo. Todos hicieron lo que juzgaron pertinente. Todos, en trama, construyeron una historia sin precedente.

Desde la Investigación del modo de vida y cultura, realizada desde los espacios universitarios y centros de investigaciones, llevamos años argumentando la caída del sistema comunal y colocando de relieve el poder comunitario que le ha quitado el apoyo.  Desde la matricentralidad, como punto de partida y llegada, se ha venido marcando el discurrir de un liderazgo como el de María Corina Machado, de ahí su profundidad y calado. La líder entendió y actúo según la comprensión de estas relaciones populares centradas en la madre y en la convivencia, desde ahí se produjo un impulso inusitado de su dirección política, la gente y sus comunidades vieron en ella el compromiso materno, “…ella no nos dejará morir”, dicho en criollo.

En Venezuela cuando parece que no está pasando nada, resulta que la realidad subyacente quema, mueve, produce un tsunami, de ahí el desmontaje tan efectivo del aparato comunal o Estado chavista, de parte de las comunidades populares bajo el esquema de la no-obediencia.

Un primer hito lo vemos marcado por la voluntad de cambio, un pueblo en abierta desobediencia al establishment decide seguir un camino propio, civil y comunitario, acompañado por un liderazgo comprometido, empático, que reconoce que el camino hacia la libertad debe ser desde la verdad y el compromiso.

El desafío fue frontal, dicho por la gente, en estos términos: “aquí estoy, vengo a votar por María Corina Machado, si quieres quítame la bolsa y los bonos…” Así toda la estructura comunal se ha venido abajo. El pueblo se ha venido rebelando, desobedeciendo de modo sistemático, por lo visto, casi imperceptible para el régimen porque no vieron venir una derrota tan abrumadora el 28 de julio. 

Es este, el segundo hito, la elección presidencial, marcada por la voluntad de poder de las comunidades populares, ¿una vez que se tiene esta conciencia de poder puede producirse su negación? No solo se salió a votar, sino que se produjo un movimiento ciudadano y comunitario por la defensa del voto que no ha tenido precedente alguno en la historia de Venezuela.

La gente tuvo conciencia de lo que había hecho, su poder, su determinación. La comunidad fue la gran vencedora, así lo fue y así lo sintió, aunque tal triunfo no fuera reconocido por los dispositivos de dominación existente. 

Hoy la fuente del poder no le pertenece al chavismo o sus derivados, las comunidades rompieron el vínculo con quienes le someten y han resuelto continuar con la historia que se decidió el 28 de julio de 2024, porque este movimiento sociopolítico venezolano está marcando los caminos posibles para afrontar un sistema de naturaleza totalitaria. La sociedad se afirmó en la democracia. El régimen se afirmó en el sometimiento. 

Cierro con las palabras de Carmen: “nosotros lo logramos “ganamos”, ellos se sostienen en la mentira…” y esta historia continúa, no hay resignación.

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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