Cuando comenzamos esta sección en La Gran Aldea, hace ya dos años, no nos imaginamos que llegaríamos a este hito: la entrega número 100. En esa primera entrega, hablamos de la OPEP+ y de cómo sus acciones empujaban los precios del petróleo hacia arriba. En esas fechas, también era noticia el escándalo de corrupción en PDVSA en sus ventas internacionales, y empezaba a ser relevante la participación de Chevron en la producción de Venezuela. Las decisiones de la OPEP+ siguen siendo un foco central del mercado petrolero, pero esta vez en un entorno totalmente diferente, lleno de incertidumbres y con una economía global amenazada, entre otras cosas, por el incremento en los aranceles impuesto por la administración Trump. Mientras tanto, la noticia en Venezuela es la salida de Chevron y sus efectos sobre la economía doméstica. Seguimos en esta tarea de tratar de entender la compleja madeja que es el negocio global de los hidrocarburos, y las particularidades de Venezuela. Un esfuerzo que a veces nos lleva en círculos, pero que hacemos con profesionalismo, y con el afecto por una industria que ha definido, como pocas, la modernidad.
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Los mercados financieros han emprendido una desbandada ante el anuncio del presidente Trump de su política de aranceles, que resultaron mayores y más amplios a lo esperado. El temor de que la política arancelaria anunciada de la administración Trump provoque una recesión esfumó más de cinco billones de dólares en valor de las acciones estadounidenses; las bolsas de valores del resto del mundo también sufrieron pérdidas sustanciales.
Las acciones petroleras y los precios del petróleo no fueron la excepción a esta debacle. Los precios del petróleo han caído a su nivel más bajo en cuatro años (desde la pandemia). A la escalada de las tensiones comerciales mundiales se le sumaron desacuerdos dentro del seno de la OPEP+ que desembocaron en un sorpresivo e inoportuno anuncio de aumento de la producción por parte de ocho de los miembros de la asociación. Para completar la tríada, los inventarios comerciales de crudo en EE. UU., que sugiere la ralentización de la demanda, reportaron un aumento substancial.
Las acciones de la administración norteamericana están postuladas sobre la premisa de que sus socios comerciales se han acostumbrado a exportar a EE. UU., más o menos sin barreras, pero que, con la excusa de que EE. UU. es la economía más grande del mundo, esos mismos países imponen aranceles y barreras burocráticas, y ambientales, a las exportaciones norteamericanas; una premisa que no es del todo infundada. Ahora bien, está por verse si la medicina escogida no mata al paciente, como argumentan otros.
Los mercados, extremadamente susceptibles al temor de pérdida inminente, están reevaluando la forma de ver el futuro. Algunos predicen que estamos en camino a una recesión global y mercados más volátiles, que parece ser la opinión dominante en estos momentos. Otros están convencidos de que, una vez entendida la intención real del concepto de la reciprocidad e implementación y negociación de aranceles, y sobrepasado el efecto de “mentalidad de rebaño” de los mercados de capitales, la normalidad vuelva con realidades comerciales globales más equilibradas.
Fundamentos
Según el economista jefe de JP Morgan, Bruce Kasman, los aranceles que el presidente Trump anunció esta semana a sus socios comerciales, probablemente llevarían a la economía estadounidense y mundial a una recesión en 2025. Si se mantienen tal como fueron anunciados, el riesgo de recesión en la economía mundial este año ha aumentado del 40 % al 60 %. Obviamente, una recesión afectaría adversamente la demanda petrolera; es esta extrapolación la que está detrás del desmoronamiento de los precios petroleros durante la semana.
Por otro lado, y dentro del mismo desasosiego en los mercados, el dólar ha perdido todas sus ganancias desde que Trump ganó la presidencia en noviembre. El índice “Bloomberg Dollar Spot” cayó el viernes a su nivel más bajo desde mediados de octubre. Este indicador había repuntado un 5 % después de las elecciones de EE. UU. y continuó fortaleciéndose durante el primer trimestre del año. En la cola del huracán financiero de los aranceles, el dólar, en lo que va de año, muestra una pérdida de un 5,19 %. No obstante, el debilitamiento del dólar, que normalmente tiende a fortalecer los precios petroleros, no tuvo efecto en frenar la caída de esto; después de todo, la última semana estuvo muy lejos de ser normal en ningún mercado.
La OPEP+ sorprendió al mercado con una de sus decisiones más inoportunas desde su formación. Ocho países de la OPEP+ acordaron, inesperadamente, el jueves, avanzar con su plan para eliminar gradualmente los recortes de producción de petróleo, señalando un aumento en la producción de cuatrocientos un mil barriles por día, en mayo, el equivalente a tres meses de los incrementos de producción contemplados en su plan anterior para desmantelar gradualmente sus recortes de producción.
Esta decisión fue tomada en una reunión virtual de los ocho países del grupo (Arabia Saudita, Irak, EAU, Kuwait, Argelia, Rusia, Kazajistán y Omán), en lo que bien podría denominarse un “jueves negro”. La justificación del cambio, según el anuncio publicado por la OPEP, fue la persistencia de los fundamentos del mercado saludables y las perspectivas positivas, agregando la coletilla acostumbrada de que: “Los aumentos graduales podrían pausarse o revertirse según la evolución de las condiciones del mercado”. El inesperado aumento en la producción, a partir de mayo, parece haber sido diseñado para compensar interrupciones de suministro de crudo iraní y quizás venezolano, originadas por las reforzadas sanciones de EE. UU. a esos países.
A pesar de los argumentos del cartel, el anuncio llevó a los precios del petróleo a extender las fuertes pérdidas que empezaron con el anuncio por la EIA de un incremento en los inventarios comerciales de EE. UU. (6,2 millones de barriles). La caída se convirtió en un desplome de más del 4 % tras los anuncios del presidente Trump y la OPEP remató las malas señales. Los precios perdieron cerca del 10 %, a su paso rompiendo el piso de los 70 $/BBL, en el caso del crudo Brent.
Ni siquiera un informe mejor de lo esperado sobre el mercado laboral de EE. UU. que suele ser el punto culminante económico de cada mes, ni el debilitamiento del dólar, fueron capaces de detener la caída del petróleo. Con un mercado petrolero abatido por los sacudones de la semana, se menciona que Trump podría visitar Arabia Saudita el próximo mes.
El desplome del 10 % en los precios del petróleo puede tratarse de una sobrerreacción de un mercado que asume que los anuncios de la Casa Blanca provocarán reacciones adversas, como en el caso de China que anunció un arancel del 34 % a todas las importaciones norteamericanas, y una guerra comercial que puede desembocar en reducción de crecimiento y mal manejado en recesión. Por el contrario, si, como algunos argumentan, el objetivo subyacente de la política es forzar una negociación para lograr acuerdos más simétricos, el daño que hoy se percibe será de corto plazo. Solo el tiempo responderá esta incógnita.
Los medios de información, sobre todo en aquellas regiones que se consideran más afectadas por las nuevas realidades, han contribuido a subrayar las potenciales incertidumbres de lo que está por venir. Era inevitable que un tema tan importante se convirtiera en un foco de posiciones polarizadas, todas aparentemente fundadas.
Por lo pronto, la demanda de petróleo se mantiene por encima de 104 millones de barriles por días, sustentada en los incrementos en China, India y otros países en desarrollo. El suministro, por su parte, está mostrando desfase con respecto a los pronósticos, en parte por interrupciones no programadas y a la forma de contabilizar la entrada de nuevos proyectos, los cuales comúnmente se muestran a capacidad desde su entrada en operación, cuando en realidad requieren un periodo prolongado para lograr el llamado “ramp up”. Obviamente, este balance puede cambiar con los eventos recientes, pero habrá que esperar a que las aguas retornen a su nivel para poder evaluarlo apropiadamente.
En el caso del mercado petrolero, cuando se disipe la conmoción inicial, se espera que este regrese a las realidades de los fundamentos. A menos que ocurra una debacle tipo la “Gran Depresión”, los precios del petróleo no se mantendrían a sus niveles actuales, porque las inversiones en generación de producción se reducirían y el suministro declinaría proporcionalmente, buscando un balance de los precios en niveles superiores. Esta semana que comienza puede darnos mejores indicaciones.
Geopolítica
La ortodoxia del mercado se fundamenta en que las tensiones geopolíticas en regiones productoras, en particular el Medio Oriente, impulsen los precios del petróleo. Sin embargo, durante los últimos años, cada repunte, por razones geopolíticas, ha terminado debilitándose, de manera que el mercado ahora reconoce que las tensiones geopolíticas no necesariamente conllevan una reducción de la producción ni problemas de transporte. Tal es la situación durante los últimos días, cuando la percepción de riesgo geopolítico, que continúa, ha tenido poco que ver con el movimiento de los precios y ha sido relegada a un segundo plano.
En el frente ucraniano, los problemas para lograr un acuerdo de cese al fuego, aunque sea temporal, han distanciado a Trump y Putin. La insistencia rusa en sacar a Zelenski del medio, cosa que ha sido objetada por todas las partes involucradas, más su posición de añadir nuevas condiciones a la ya larga lista, ha obligado al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a amenazar con nuevas sanciones contra el petróleo ruso.
Sergey Ryabkov, viceministro de Asuntos Exteriores ruso, se quejó de que las conversaciones lideradas por EE. UU.: “no dejan espacio para la demanda central de Rusia”. Los funcionarios rusos han invocado repetidamente el término “causas fundamentales”, que Putin dijo en junio pasado que incluía la retirada de Ucrania de las regiones parcialmente ucranianas y el abandono de su candidatura a la OTAN.
En el Medio Oriente, las tropas israelíes estaban ampliando su control territorial en el norte de Gaza, según informó el ejército el viernes, días después de que el gobierno anunciara planes para tomar amplias zonas mediante una operación en el sur de la franja. En la profundización de la guerra contra Hamás, Israel eliminó a un comandante de Hamás, Hassan Farhat, en un ataque aéreo en el sur del Líbano el viernes, poniendo a prueba aún más el alto el fuego que detuvo la guerra del año pasado entre Israel y el grupo militante libanés Hezbollah.
Los hutíes anunciaron que el sábado las fuerzas de drones yemeníes atacaron un sitio militar israelí en el área ocupada de Yafa (Tel Aviv), pero Israel informó que interceptó un dron “desde el este” sobre la región de Aravá en el sur. Ninguno de estos eventos tuvieron efecto sobre la producción y transporte de crudo a nivel regional ni afectaron la percepción de riesgo geopolítico del mercado petrolero.
Dinámica de precios
En una semana en que la posibilidad de una guerra comercial entre los EE. UU. y sus socios comerciales flotaba sobre el mercado, este reaccionó a la baja de la mayoría de los mercados. Además, la OPEP+ anunció un aumento inesperado en la producción de petróleo, lo que añadió una presión adicional a la baja a los precios, que terminaron por desplomarse un 10 % con respecto a la semana anterior, llegando a precios no experimentados desde la pandemia. Así las cosas, al cierre de los mercados, el viernes 4 de abril de 2025, los crudos marcadores Brent y WTI, se cotizaban en $65,58/bbl y $61,99/bbl, respectivamente.
VENEZUELA
China, un refugio costoso
Los eventos mundiales se suceden con tal celeridad que, aunque mantienen descolocado al régimen venezolano, los obliga a jugar en dos tableros desde una posición desventajosa. Por un lado, tratan de mantener abiertas las puertas de la negociación con la Casa Blanca, respondiendo a su exigencia de aceleración de los vuelos de venezolanos deportados. Esta semana la frecuencia de los vuelos aumentó a 5. Ya cerca de 1000 deportados han sido recibidos en Maiquetía. También han anunciado el decomiso de alijos de drogas y los responsables de su manejo, para tratar de aparentar diligencia frente a la DEA.
Por otro lado, la preponderancia de las señales desde Washington apunta hacia una política de máxima presión hacia Venezuela, aunque estas tampoco son del todo claras. Por ejemplo, se barajan dos interpretaciones de lo que se denomina periodo de desmontaje (wind-down) de la licencia 41B. La más obvia, que se desprende directamente de la lectura de la Licencia, fija el fin del desmontaje para el 27 de mayo, fecha en la cual la operación y preservación de los activos de las licenciatarias deben estar concluidas y Chevron abandonaría el país.
La otra interpretación, más especulativa, establece que el fin de las operaciones bajo las licencias concluye el 2 de abril, y comienza el periodo de desmontaje (wind down) que debe culminar el 27 de mayo. En la primera lectura, el crudo producido por las empresas mixtas donde participa Chevron entre el 2 de abril y el 27 de mayo puede ser considerado como crudo autorizado y podría seguir teniendo acceso a EE. UU. La segunda lectura es más restrictiva, y desde ya el crudo de esas empresas debe considerarse como sancionado.
Debido a esta dicotomía, el régimen, para “curarse en salud”, ya comenzó a desempolvar los mecanismos utilizados para circunvenir las sanciones del año 2019, que esencialmente consisten en comercializar el crudo en el lejano oriente, utilizando intermediarios, los cuales, mediante vericuetos operacionales y administrativos logran ocultar el origen del crudo para poder entrar en China. Aún falta por confirmar cómo China manejará la situación de los crudos, flotas e intermediarios sancionados y los aranceles secundarios que ha amenazado con imponer los EE. UU.
A juzgar por las declaraciones chinas sobre los aranceles, así como la rápida imposición de aranceles del 34 % a los bienes de EE. UU., lo más seguro es que el crudo venezolano tenga como único escollo para llegar a China la fuerte competencia de los crudos de Irán y Rusia. Queda claro que los costos asociados a transportar volúmenes de crudo sancionado, junto con los descuentos que se tienen que dar para acceder a las refinerías chinas, representan una caída significativa en el ingreso por venta de hidrocarburos, de cerca de 30 $/BBL, aún si se logra mantener los volúmenes.
La reducción de los ingresos petroleros limitará la disponibilidad de divisas y repercutirá en la economía venezolana. Esto posiblemente se resuelva parcialmente con una combinación de emisión de dinero inorgánico, limitaciones en el gasto público, ocasionando la devaluación del Bolívar oficial y una brecha incontrolable entre la tasa de cambio oficial y el mercado paralelo.
En este complicado panorama, la directiva del Banco Central fue cambiada. Dos miembros han dejado sus cargos, informó Bloomberg el jueves, citando a personas familiarizadas con el asunto. Se comenta que Sohail Hernández, primera vicepresidenta del banco, e Iliana Ruzza, vicepresidenta de operaciones internacionales, dejaron el banco tras oponerse a los planes de la vicepresidenta del país de incorporar informalmente un volumen de oro a las reservas internacionales del país.
En el ámbito político, la fecha de las elecciones generales y regionales no ha sido reprogramada, como se rumoraba. Según el CNE estas se llevarán a cabo el 25 de mayo, aunque cercanos al régimen piensan que no hay tiempo para cumplir con esa fecha. Las divergencias en el seno de la oposición continúan, mientras la gran mayoría de la corriente de María Corina Machado y la PUD sostienen que el sistema electoral es inviable hasta no reconocer los resultados del 28 de julio pasado, otro grupo, encabezado por Henrique Capriles, creó un grupo llamado “Venezuela Decide” que aboga por participar en las elecciones. Dentro del PSUV no todo es color de rosa, en una suerte de purga, solo un número limitado de gobernadores fue aprobado para reelección.
Operaciones Petroleras
La producción de crudo durante la última semana promedió ochocientos setenta cinco mil barriles por día (875 Mbpd), distribuida geográficamente como sigue:
- Occidente 222 (Chevron 106)
- Oriente 127
- Faja del Orinoco 526 (Chevron 120)
- TOTAL875 (Chevron 226)
La continua crisis en el sector eléctrico ha generado una interrupción en las operaciones de las refinerías de Paraguaná, aunque la afectación fue menor. Las refinerías nacionales procesaron 210 Mbpd de crudo y productos intermedios, con un rendimiento de gasolina de 74 Mbpd y 75 Mbpd de diésel. El mejorador de PetroCedeño utilizado para producir productos intermedios para las refinerías, estuvo fuera de servicio la mayor parte de la semana a causa de la fuga de H2S ocurrida la semana pasada.
No se han observado indicaciones de los procesos de desmontaje de las operaciones de las empresas licenciadas por OFAC. De hecho, se evidenció un esfuerzo en cargar la mayor cantidad de buques posibles. EL elevado número de VLCC (Very Large Crude Carriers) que estaban rodeando a Jose durante la segunda quincena de marzo obedeció al interés de intensificar ese flujo en preparación del posible cierre del mercado norteamericano, y para entregar la mayor cantidad de crudo a China, previendo una definición negativa de ese país frente a la amenaza de aranceles secundarios. Una situación interesante de monitorear es el patrón de flujo de tanqueros al servicio de Chevron, que nos dará indicios de los planes de esta multinacional de cara a la terminación de sus actividades.
Las exportaciones de crudo y productos del mes de marzo fueron superiores a los meses anteriores. Se exportaron 803 Mbpd a los siguientes destinos: China, 480 Mbpd; EE. UU., 217 Mbpd; India, 60 Mbpd; Europa (Italia), 30 Mbpd, y Cuba, 16 Mbpd. Las segregaciones comerciales exportadas fueron: Merey-16 562 Mbpd, Boscán 106 Mbpd, Hamaca 96 Mbpd y Corocoro 30 Mbpd. El precio promedio de venta de los barriles comercializados bajo el amparo de licencias OFAC, neto de pago de deuda, fue de 50,7 $/BBL y el promedio ponderado 33,27 $/BBL.
M.Juan Szabo, Analista Internacional de Energía
Luis Pacheco, Académico no-residente del Baker Institute