En la aldea
06 marzo 2025

La administración de Trump decidió no renovar la licencia Chevron. ¿Y ahora qué?

El cese de operaciones impactaría adversamente las finanzas de Maduro, pues las operaciones petroleras amparadas por licencias pueden estimarse entre 2.1 y 3.2 millardos de dólares al año.

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En la tarde del 26 de febrero de 2025, en su cuenta Truth Social, el presidente Donald J. Trump anunció la decisión de revertir las “concesiones” al régimen de Nicolás Maduro relacionadas con el “acuerdo de transacción petrolera” de 26 de noviembre de 2022, acuerdo que será terminado tomando en cuenta la opción de renovación del 1° de marzo. 

El “acuerdo” al cual se refiere este mensaje es, en realidad, la Licencia General n° 41 otorgada a Chevron, sobre la cual he escrito antes en La Gran Aldea. Para el momento en el que escribo estas líneas, OFAC no ha modificado esta Licencia, ni se conocen mayores detalles sobre el alcance de esta decisión.  En medio de esta incertidumbre, conviene aclarar algunas preguntas. 

¿Cuál es el alcance práctico de la decisión tomada por Trump?

Pareciera que la decisión es no renovar la Licencia.  Como expliqué aquí, la Licencia fue otorgada inicialmente por seis meses, pero con una cláusula de renovación automática el primer día de cada mes. El 1° de febrero, por ello, la Licencia fue renovada hasta el 1° de agosto.

Si asumimos que la decisión es no renovar la licencia el próximo 1° de marzo, entonces, la Licencia expirará el 1° de agosto. La decisión de no renovar la Licencia no implica, necesariamente, modificarla de manera expresa. Pero OFAC puede optar por reformar la Licencia y así, fijar mejor las consecuencias de su terminación el 1° de agosto, como por lo demás pasó con la hoy extinta Licencia 44. Incluso, la nueva Licencia (que sería la Licencia 41A) podría acortar su vigencia, anticipando su vencimiento. Cualquier modificación a la Licencia será públicamente anunciada por la OFAC. 

¿Qué va a pasar con las operaciones de Chevron?

Chevron puede mantener sus operaciones actuales, al menos, hasta el 1° de agosto, salvo que la Licencia sea modificada por la OFAC para anticipar su vencimiento.

Debe tenerse en cuenta que, por razones técnicas propias de la producción petrolera y, además, por temas de seguridad jurídica, la extinción de una licencia emitida por la OFAC suele venir acompañada de un régimen transitorio para el cese gradual de operaciones, en lo que se conoce como “Wind Down”, como sucedió con la Licencia 44A. Para establecer esta regulación, en todo caso, la OFAC tendría que emitir la nueva Licencia 41A, regulando así el cese de operaciones de Chevron. 

¿Cuáles operaciones de Chevron serán afectadas?

Si la Licencia n° 41 expira el 1° de agosto, Chevron no podrá mantener ningún tipo de operación contractual con PDVSA. Entre 2019 y 2022, Chevron estuvo regulada por la Licencia n° 8, que le permitió mantener operaciones muy limitadas, para evitar daños en las infraestructuras. Pero luego de la Licencia n° 41, Chevron dejó de estar regulada por la Licencia n° 8 que todavía se mantiene para algunas contratistas, al menos, hasta el 9 de mayo. 

Por ello, después del 1° de agosto, Chevron no podría mantener ninguna operación contractual con PDVSA. Es importante recordar que Chevron mantiene dos tipos de relaciones contractuales con la estatal petrolera. Una, deriva de su condición de socio minoritario de empresas mixtas, y se basa en contratos cuyo contenido básico es público. Otra, se basa en el contrato petrolero suscrito con PDVSA luego de que la Licencia n° 41 fuese emitida, y que es un contrato confidencial, por basarse en la Ley Antibloqueo, como expliqué en este libro

En realidad, las operaciones que son más importantes son las que se basan en el contrato petrolero suscrito bajo la Ley Antibloqueo, y que sigue el modelo del “contrato de participación productiva”. Así, este contrato trasladó a Chevron la operación de las empresas mixtas e incluso, la comercialización de petróleo, lo que excede del ámbito de los derechos de Chevron como socia minoritaria, según la Ley Orgánica de Hidrocarburos. Este contrato, así, permitió a Chevron liderar la producción petrolera: según datos de  Juan Szabo y Luis Pacheco, Chevron es responsable de un cuarto de esa producción. 

¿Y qué va a pasar con Maurel & Prom y Repsol?

Maurel & Prom y Repsol han celebrado contratos similares al de Chevron, con base en licencias individuales. Hasta ahora, no ha habido ninguna noticia sobre el destino de estas licencias individuales. Sin embargo, en un mensaje en redes sociales, el Secretario de Estado anunció que emitiría lineamientos de política para terminar todas las licencias emitidas en el sector de hidrocarburos y de gas.

¿Qué llevó a tomar esta decisión?

En su mensaje, el presidente Trump justificó la decisión en el deterioro electoral de Venezuela y en el incumplimiento de los compromisos asumidos por Maduro para la repatriación de migrantes. 

Ya el presidente Trump había descartado que el petróleo venezolano tuviese alguna relevancia estratégica para Estados Unidos, como he explicado anteriormente. Así, el 18 de febrero de 2025, el presidente Trump reiteró este mensaje, afirmando que la licencia de Chevron está «bajo revisión». 

En realidad, la Licencia Chevron y las licencias individuales se enmarcaron en las concesiones otorgadas al régimen de Maduro en el marco de las negociaciones en México. Todos los acuerdos alcanzados fueron sistemáticamente violados por Maduro, en especial, luego del desconocimiento de la voluntad popular expresada el pasado 28 de julio. 

¿Y qué puede pasar con las empresas mixtas?

Si Chevron cesa operaciones el 1° de agosto, o antes, la producción de las empresas mixtas en las cuales participa se verá afectada (los especialistas ya han formulado algunas predicciones). 

Por su parte, el cese de operaciones impactaría adversamente las finanzas de Maduro, pues las operaciones petroleras amparadas por licencias pueden estimarse entre 2.1 y 3.2 millardos de dólares al año. Todos estos ingresos han sido administrados en total opacidad, en parte, como resultado de la Ley Antibloqueo. Por ello, no es posible determinar cómo esta decisión impactará el gasto público, pues no hay registro transparente sobre en qué medida el ingreso fiscal petrolero se ha dedicado, con eficacia y eficiencia, a mejorar las condiciones de vida de los venezolanos. 

Pero también Maduro, como ha hecho en el pasado, puede asociarse con nuevos inversionistas, para tratar de mantener la producción. Aquí hay un detalle importante, pues bajo el modelo Chevron, el 20% de la producción se destinaba al pago de la deuda -un porcentaje que Maduro podría ahorrarse trabajando con otros inversionistas. 

¿Cómo impacta esta decisión en la política exterior de Estados Unidos hacia Venezuela?

Hasta ahora, la política exterior hacia Venezuela se había basado en acuerdos muy prácticos, conducidos por el enviado especial Grenell, y centrados en el tema migratorio y la contención de organizaciones criminales. 

Pero estos objetivos estaban en tensiones con las licencias petroleras.  En efecto, el ingreso fiscal petrolero cubierto por las licencias entra en conflicto con los acuerdos hechos entre la administración Trump y Maduro. Dado el marco institucional existente, miles de millones en ingresos petroleros cubiertos por licencias de la OFAC podrían apoyar políticas depredadoras y grupos criminales, lo que aumentaría los riesgos hemisféricos asociados con la crisis venezolana.

¿Y qué puede pasar en los próximos seis meses?

Si la decisión es no renovar la Licencia n° 41, de aquí al 1° de agosto podrían cambiar las circunstancias, incluso, para llevar a Estados Unidos a volver a considerar su posición, permitiendo la continuidad de operaciones de Chevron, eventualmente, bajo condiciones más limitadas.

Reversar la medida de dejar expirar la Licencia no luce una decisión fácil, en especial si las élites de Maduro usan esta situación para escalar el conflicto con Estados Unidos. 

Pero como dijo Yogi Berra, el juego no se acaba hasta que termina. 

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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