WASHINGTON, DC – Donald Trump cumple —¡apenas!— 30 días en la Casa Blanca. Tiempo suficiente para que el artífice del slogan que invita a sus seguidores a hacer a Estados Unidos (de América) genial de nuevo, tenga al mundo de cabeza: redadas contra inmigrantes, deportaciones a pedir de boca, despidos masivos, órdenes ejecutivas hoy aprobadas de las que al día siguiente recula, la amenaza de “tomar Gaza” y desplazar a los palestinos a Egipto y Jordania, eliminar el Departamento de Educación y tomar la dirección del Kennedy Center en Washington DC por estar muy “wokey” son apenas algunas de sus ocurrencias a un mes de ocupar el Salón Oval.
“Este es apenas el comienzo”, dijo en su mensaje de despedida de su primera presidencia, el 19 de enero de 2021. Cuatro años después, el 26 de enero de 2025, soltó otro slogan a su paila de frases célebres: “promesas hechas, promesas cumplidas”. La afirmación, además, fue fotoleyenda de la imagen publicada por la Casa Blanca en X, donde se observa una fila de migrantes entrando a un avión militar, rumbo a ser deportados.
Tratándose del presidente más mediático de la historia política desde Hugo Chávez —incluso más que Reagan, galán de Hollywood antes de asumir la presidencia en 1981—, el segundo mandato de Donald Trump llegó no solo para confirmar, sino para sellar el nuevo ascenso de la derecha en lo que va de siglo. Así, como dice el académico español José Antonio Sanahuja, eventos como el Brexit y la reelección de Trump no son simples “cisnes negros”, sino resultados del nuevo ciclo de “politización y contestación del orden liberal”.
Entonces, la diferencia entre el expresidente venezolano y el magnate estadounidense es apenas ideológica (a veces, ni tanto), mientras que su semejanza radica en saber diferenciar y, como los camaleones, cambiar de piel entre populismo y popularidad. (SNL)
En ese sentido, Populismo: m. Tendencia política que pretende atraerse a las clases populares
“Tendencia política”. No importa si la tendencia (ideología) es zurda o diestra, el populista siempre será ambidiestro; escribirá las mismas ideas sobre justicia y revanchas históricas; dirá las mismas frases ocurrentes, incendiarias y pegajosas; denunciará los mismos atropellos e injusticias de la historia, establecerá las mismas censuras y tendrá los mismos enemigos de todos los caudillos que lo antecedieron.
Los enemigos, claro, útiles en cuanto a intercambiables y de acuerdo a la ocasión.
Digamos, por ejemplo (y otra vez), Venezuela
Y es que, más allá de la crisis migratoria del país oprimido y su presencia negativa en prácticamente todos los titulares de prensa estadounidense, la hostil relación entre Caracas y Washington parecería un episodio bizarro que cruza La isla presidencial con Rick & Morty, siendo el selfie de los primeros deportados “celebrando” en compañía de Diosdado Cabello, una de las escenas más grotescas de este nuevo episodio del madurismo en tiempos de Trump.
Los paralelismos entre la Venezuela del 2000 y los Estados Unidos de hoy merecerían una mirada menos atenta a sus rivalidades ideológicas, sino más bien a la simpatía de sujetos como Trump y Chávez.
Esta comparación no se remite solo al gentilicio de quien escribe, sino al hilo conductor que, como las migajas de Hansel y Gretel, traza una ruta en la que “Make America Great Again” y el “Socialismo del Siglo XXI” son senderos políticos ya arraigados en otras latitudes, en las que se habla de “Cuarta Transformación”, “Brasil por encima de todo, Dios por encima de todos”, “Argentina y democracia sin mafias”, las citas de J. R. R. Tolkien pronunciadas por la primera ministra italiana —a todas vistas entusiasta de la saga de El señor de los anillos—, y la más reciente declaración de Trump en la que invita al país a volver a la religión y a la religiosidad.
Populismo ambidiestro (y el fascismo eterno)
De los arriba mencionados, todos, sin excepción, se consideran ungidos por una verdad histórica que los excede de modo tal que, incluso después de muertos, no dejan de gobernar. Y esto no es una metáfora o un preciosismo: es el INRI continuado del castrismo en Cuba, el kirchnerismo en Argentina, el chavismo en Venezuela, etc., cuando ni Fidel, ni Néstor, ni Hugo sabrán, jamás, la dimensión del daño que hicieron.
En el caso de la Venezuela de 2025, la nación que ayudó a liberar América es hoy el país con la peor crisis migratoria de la historia contemporánea. Regido por una de las dictaduras mejor asesoradas de la izquierda política mundial, hablar de populismo ambidiestro parecería entonces acertado, ahora que tanto venezolano seguidor de Trump se siente traicionado por su líder.
Eco de la palabra
Alguien dijo alguna vez que “fascistas” es como se llaman unos a otros cuando no están de acuerdo entre sí. Pero en ese lleva y trae del adjetivo (en teoría) siempre peyorativo, la desinformación, el odio y la ignorancia se han materializado en despropósitos tales como sugerir que Hitler fue comunista, o la última ocurrencia del rapero negro y antisemita vendiendo franelas con esvásticas.
Ante tanto epíteto y tanta bomba de humo histórica/comunicacional, conviene recordar el ensayo “Ur-Fascismo” (1995) de Umberto Eco, escrito con base en su infancia en el fascismo de Mussolini, artífice del término “fascista” por sus Fasci di Combattimento (Ligas de Combate o Fascistas de combate).
También conocido como “El fascismo eterno”, el ensayo de Eco expone 14 señales de regímenes fascistas, demostrando cómo el autoritarismo y el totalitarismo pueden estar presentes en todas las corrientes políticas. De esta manera, rasgos tales como el culto a la tradición, el miedo a la diferencia, el rechazo a la crítica y el desprecio a la educación son características aplicables a gobiernos tanto de derecha como de izquierda.
Gimnasias mentales
Entonces, mientras los medios de comunicación, los propagandistas de YouTube, las redes sociales y los magazolanos de rigor piensan que la violencia se acaba enviando a los violentos al origen de la violencia, y justifican la criminalización de la comunidad migrante, en algún universo paralelo alguien arrojó algunas coincidencias entre ambos mandatarios que, como diría el malandro de Emilio Lovera, “se parecen igualito”, aunque uno sea el último gran líder de la izquierda latinoamericana y el otro, patrón de la nueva derecha mundial.
En tiempos en los que, como dice la canción, nadie escucha a nadie y todos contra todos, son estas gimnasias mentales las que permiten abrir los espacios de discusión política, lejos de esa dinámica de pelea en el recreo a la que nos están acostumbrando, y más hacia la disciplina que sostiene y garantiza la democracia y la libertad, individual y colectiva, de los países del mundo.
Bonus Track (O por qué las cosas no cambiaron tanto)
Ur-Fascismo – Umberto Eco | Trump y MAGA – Populismo de Derecha | Chávez y el Soc. del siglo XXI- Populismo de Izquierda |
Culto de la tradición | MAGA como el nuevo evangelio del trumpismo. El país que alguna vez fue glorioso, mancillado por inmigrantes y élites globalistas. | Bolívar y Chávez como libertadores de América, y este último con ansias de mesías y redentor de los pobres, siempre en guerra contra el imperialismo. |
Rechazo del modernismo | Desprecio al ‘globalismo’, la cultura woke y la ciencia, en favor de un regreso a valores tradicionales y pre-industriales. | El neoliberalismo es el demonio, la globalización su profeta, y el capitalismo la peste del mundo. |
Culto de la acción por la acción | Gobernar a golpe de tuit, firmar decretos sin leerlos y deshacer políticas por capricho, todo sin mirar hacia atrás. | Gobernar y despedir gente en cadena nacional, improvisar leyes en Aló presidente, y mover ministros como piezas de dominó. |
Rechazo del pensamiento crítico | El pensamiento crítico es un ataque a la patria; la prensa libre es el enemigo del pueblo. | La única verdad es la de la revolución. Dudar es traicionar. El que pregunta, vende la patria. |
Miedo a la diferencia | Los buenos y los malos se dividen entre ‘verdaderos americanos’ y los que conspiran contra ellos, sean inmigrantes, liberales o académicos. | Patriotas versus traidores. O estás con el pueblo, o eres su enemigo. |
Apelación a las clases medias frustradas | El obrero blanco está desempleado, porque los inmigrantes (los otros) le quitaron el trabajo. | El pueblo oprimido siempre estará oprimido. Es esa opresión la mejor excusa para que continúe la revolución. |
Obsesión con una conspiración | El ‘Estado Profundo’ siempre acecha. Es un monstruo de mil cabezas, conspirando contra el mundo. | EE.UU. siempre está detrás de todo: golpes de Estado, apagones, sequías, inflación, hasta la mala señal de internet. |
Enemigos simultáneamente fuertes y débiles | China es la némesis económica, los demócratas son comunistas de clóset, y ambos son corrompidos y decadentes. | El imperio es todopoderoso, pero su moral es decadente. Nos quieren matar, ellos ya están muertos. |
Pacifismo es igual a traición | Como dijo Carl von Clausewitz en De la guerra (1832) : la guerra es la continuación de la política por otros medios». | Ceder ante el capitalismo es entregar la patria. La revolución es quebrar el orden y construir otro. |
Desprecio por los débiles | Si eres pobre es tu culpa. La compasión es para los débiles. | Si eres rico eres enemigo del pueblo. La caridad es una distracción, lo que importa es la lucha. |
Culto al heroísmo y a la muerte | Los soldados son héroes si luchan por el poder, pero si critican, son ‘perdedores’. | La revolución tiene mártires, y si no los hay, se inventan. |
Machismo y militarismo | Una retórica de testosterona, con una política de ‘ley y orden’ que deja claro quién manda. | El ejército no es para la guerra, es para gobernar. |
Populismo cualitativo | Yo soy el único que puede salvarlos. La democracia es frágil, porque sin mí, se la roban. | “Yo soy Chávez, tú eres Chávez”, “el candidato del pueblo”, “comandante supremo”. |
Neolengua | Fake News. Deep State. Caza de brujas. ‘Fraude’. Y nunca aceptar la derrota. | Escuálidos. Pitiyanquis. El capitalismo salvaje, etc. |