En la aldea
29 enero 2025

Tentáculos chavistas hacen peligrar al continente

El régimen desestabiliza a la potencia del mundo con la migración, convierte Venezuela en Santuario de la guerrilla y hasta asesina disidentes políticos a distancia.

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Enderson Sequera | 27 enero 2025

El régimen de Nicolás Maduro es una amenaza para la seguridad y la paz del continente americano y del hemisferio occidental. Desde el secuestro y asesinato del teniente Ronald Ojeda en Chile, hasta sus vinculaciones con la guerra en el Catatumbo colombiano, en los últimos días han ocurrido una serie de hechos que prueban esta hipótesis.

A continuación, repasaremos los últimos acontecimientos que deben encender las alarmas de la comunidad internacional sobre el peligro de la dictadura chavista sobre la paz y la estabilidad del Continente.

Tren de Aragua, el brazo armado de la revolución

En sus primeros días de gobierno, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva designando al Tren de Aragua como una organización terrorista internacional. El grupo delictivo debe su nombre al tren que pretendía ir desde Charallave hasta Puerto Cabello. Obra que, como han vuelto costumbre, no fue terminada y cuyos contratos fueron robados como parte de La Gran Corrupción chavista.

Desde entonces los sindicatos tomaron el control de estas obras y, con la llegada de Tareck El Aissami a la gobernación de Aragua, el ya establecido Tren de Aragua se fortaleció.

Con la ayuda del régimen, que convirtió al Tren de Aragua en una de las estructuras de defensa paramilitar de la revolución, esta organización tomó control de las minas en el Sur del estado y expandió su estructura junto al Tren del Llano, otra organización criminal.

Los tentáculos del Tren de Aragua fueron tales que lograron apoderarse de la cárcel de Tocorón. Incluso, tenían desde una discoteca, hasta oficinas para manejar sus negocios de tráfico de personas, asesinatos y secuestros, convirtiéndose así en una banda que tenía control territorial en el estado Aragua y, en la actualidad, no sólo aterroriza a la región central venezolana, sino que su régimen del terror se ha exportado a otros países.

Lamentablemente, el Tren de Aragua, después del petróleo, se ha convertido en el principal producto de exportación de Venezuela hacia el mundo. En los últimos años, la dictadura de Nicolás Maduro ha usado al Tren de Aragua como su brazo armado, lo ha empleado como una herramienta para desestabilizar ciudades enteras en Estados Unidos. ¿De qué forma? Haciendo pasar criminales de esta megabanda trasnacional, por migrantes que huyen de la crisis.

Según el Observatorio de la Diaspóra Venezolana (ODV), para mayo de 2024 el número de migrantes venezolanos se había elevado a 8,9 millones.

¿Alguna duda de que el chavismo usa al Tren de Aragua como su brazo armado? Miremos el caso del teniente Ronald Ojeda.

El pasado 20 de enero, el fiscal chileno Héctor Barros afirmó que el régimen de Nicolás Maduro habría estado detrás del secuestro y asesinato del teniente Ronald Ojeda.

Ojeda fue un militar venezolano, opositor al gobierno de Nicolás Maduro y refugiado político en Chile. El teniente fue secuestrado el 21 de febrero del 2024 en Chile, por sujetos que se hacían pasar por agentes de la policía. Su cuerpo fue encontrado diez días después en una zanja de 1,4 metros de profundidad y bajo un bloque de cemento en Santiago. El fiscal del caso Héctor Barros, calificó este hecho como un “delito político”. 

El funcionario explicó que para ejecutar el secuestro y asesinato del Teniente Ojeda, se contrató al Tren de Aragua y presuntamente el «encargo», lo habría hecho el régimen de Nicolás Maduro.

Pero la vinculación del chavismo no termina aquí. Un testigo estrella del caso declaró que Diosdado Cabello había encargado personalmente el secuestro y asesinato del teniente. La Ministra del Interior y Seguridad Pública chilena, Carolina Tohá Morales, dijo que, de comprobarse la vinculación de Cabello y el chavismo en este atroz crimen, llevarían el caso hasta la Corte Penal Internacional.

Adicionalmente, Estados Unidos confirmó la detención de alias ‘El Turco’, señalado como líder de la facción «Los piratas» del Tren de Aragua’, quien además sería autor intelectual del asesinato del teniente Ronald Ojeda en Chile.

Los 7.317,2 kilómetros que separan a Caracas de Santiago no impidieron que el chavismo orquestara este atroz crimen. Este es un mensaje claro de la dictadura a todos aquellos asilados y refugiados políticos en el continente: no importa donde estén, no importa que hayan salido del país para proteger su vida; mientras el chavismo continúe en el poder, no estarán seguros.

Diosdado en El Catatumbo

Las disidencias de las FARC y el ELN han sostenido violentos combates en el Catatumbo colombiano, una región fronteriza con Venezuela. El saldo: al menos 80 muertos y más de 30.000 desplazados entre campesinos y firmantes de paz.

En una declaración, Maduro dijo que Diosdado Cabello, número 2 del chavismo, estaba “apoyando al pueblo de Colombia en El Catatumbo”. Y esto no es casualidad. Al chavismo se le ha acusado de convertir el territorio venezolano en un santuario para las disidencias de las FARC y el ELN.

Mientras el chavismo siga en el poder, los 2.219 kilómetros de frontera que comparten Venezuela y Colombia no estarán seguros.

Frontera brasileña

Como parte de los ejercicios militares “Escudo Bolivariano 2025″, el régimen de Nicolás Maduro desplegó el pasado miércoles 150.000 efectivos militares y policiales en todo el territorio venezolano, incluida la frontera con Brasil. Videos grabados por ciudadanos brasileños en la localidad de Pacaraima, registraron el momento en que vehículos militares venezolanos cruzaron la frontera entre ambos países.

Más grave aún, el Sur de Venezuela está bajo control de bandas paramilitares y del ELN y representa una amenaza a la seguridad de los 2.199,0 kilómetros de frontera que comparte con Brasil.

El Chavismo, una amenaza para el continente con vocación totalitaria

Durante años, opinadores políticos en Venezuela, cuya visión de la realidad es tan naive que solo les falta escupir ositos y unicornios, dijeron que la última frontera del chavismo era una elección presidencial. Pues, bien, el chavismo se robó la elección del 28J y no parece haber ninguna señal de que están dispuestos a negociar una transición a la democracia.

Esto se debe a que, por encima de todas las cosas, el chavismo es un movimiento con vocación totalitaria: aspira a meterse en la totalidad de los aspectos de la vida de los venezolanos. Si no ha logrado ser un totalitarismo en toda regla, como Cuba o Corea del Norte, no es por falta de interés, sino de eficiencia.

En este sentido, el chavismo se ha erigido como una amenaza para la seguridad de la región. Desestabiliza a la principal potencia del mundo con la migración, convierte el territorio venezolano en un Santuario para la guerrilla y hasta asesina disidentes políticos a más de 7.000 kilómetros de distancia.

La comunidad internacional, liderada por Estados Unidos y la nueva administración del presidente Donald Trump, deben tomar cartas en el asunto. Afortunadamente para la causa democrática venezolana, parece que ya lo están haciendo. El pasado jueves, el presidente Donald Trump llamó a Nayib Bukele, presidente de El Salvador. En la conversación tocaron el tema de la lucha contra la inmigración ilegal y Trump le pidió ayuda a Bukele, para luchar y derrotar al Tren de Aragua.

Recientemente, el nominado por Donald Trump como Secretario del Tesoro, Scott Bessent, dijo que «lamentablemente, el régimen de Maduro ha llevado a cabo actividades desestabilizadoras en toda la región.»

La administración del presidente Trump debe liderar una coalición de democracias en Latinoamérica, que enfrenten con determinación la amenaza a la seguridad regional que representa Venezuela. Y esto pasa no sólo por derrotar al Tren de Aragua como brazo criminal de la revolución, sino por derrotar a la revolución.

Se intentó todo: desde mantener los lazos financieros hasta normalizar las relaciones. Nada funcionó, y ya no hay atajos: para tener una Latinoamérica en paz, segura y estable políticamente hay que sacar al chavismo del poder. Y debemos hacerlo pronto. De lo contrario, el chavismo podría enquistarse en el Continente y, cuando el mundo libre abra los ojos y quiera evitar la expansión, puede que para los venezolanos ya sea demasiado tarde.

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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