En la aldea
26 diciembre 2024

Sacudón en Colombia, ¿qué pasó en las elecciones territoriales?

El nuevo mapa político, configurado a partir de las elecciones del 29 de octubre, será un factor para considerar dentro del devenir del gobierno de Gustavo Petro, ya que sin lugar a duda el Presidente ahora tendrá más contrapeso político. El solo hecho de no tener aliados en las principales ciudades del país, y de tener alcaldes abiertamente opositores a las propuestas banderas del gobierno nacional influirá en los niveles de gobernabilidad. Colombia giró, solo queda ver si Petro girará.

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Fernando Dos Reis | 31 octubre 2023

Eran pasadas las 4 de la tarde y bajo un clima de tensión electoral, marcado por la guerra de especulaciones por redes y canales no oficiales, cuando se emitió el primer boletín de la Registraduría de Colombia con el preconteo de los votos de las elecciones municipales y departamentales. Un proceso electoral que en las últimas semanas e incluso horas se enfrentó a innumerables desafíos, que hicieron recordar por momentos los peores episodios del conflicto armado. De hecho, a escasas horas de celebrarse los comicios, una turba incendió la sede de la Registraduría en la región de Gamarra, Cesar, lo que resultó en la lamentable pérdida de una funcionaria de dicha institución.

Con aquel hecho y el secuestro en la Guajira del padre del destacado futbolista colombiano Luis Díaz, se ensalzó la inauguración de una jornada electoral en la que se eligieron 32 gobernadores, 418 diputados de las asambleas departamentales, 1.102 alcaldes, 12.072 concejales en todos los municipios y ciudades, y 6.514 ediles.

¿Plebiscito contra Petro?

Al conocerse los resultados del domingo 29 de octubre, la mayoría de los analistas debatían sobre si la cita electoral fue en sí misma un ‘test’ para medir el desempeño del Gobierno. Dicho de otro modo, si los resultados eran un reflejo del grado de inconformidad de los ciudadanos con el presidente Gustavo Petro.

Darles una lectura a los resultados en blanco y negro sería no corresponderse con la realidad. Como en todos los procesos electorales hay matices y el del domingo no fue una excepción. En este sentido, el resultado debe contemplarse en su justa medida y tomando en consideración sus dimensiones. Al tratarse de unas elecciones de carácter regional y local, no siempre los liderazgos nacionales son los que determinan la motivación del elector para participar, sino otros factores que obedecen más a las dinámicas propias de las regiones o a las capacidades de las maquinarias políticas en las entidades.

“El consenso sobre lo que ocurrió el pasado domingo es que el giro hacia la izquierda se frenó en Colombia”

Sin embargo, hubo plazas que sin duda alguna fueron un termómetro para medir la popularidad del Gobierno, como Bogotá, por ejemplo. En la capital colombiana se impuso Carlos Fernando Galán, hijo del histórico político Luis Carlos Galán Sarmiento, asesinado por el narcotráfico en 1989.

Bogotá, la ciudad en la que Petro fue alcalde y que le sumó 2,2 millones de votos para la presidencia hace 15 meses, dio un giro inesperado. Galán, quien contó con el apoyo de dirigentes de centroderecha, registró casi 1.500.000 votos (49,02%), seguido por el independiente Juan Daniel Oviedo (una de las sorpresas de la jornada), que obtuvo 614.233 papeletas (20,10%), relegando al tercer puesto a uno de los hombres más allegados al presidente Gustavo Petro, el exsenador Gustavo Bolívar, a quien no le funcionó el respaldo de la maquinaria gubernamental y los partidos aliados, ya que tan solo recibió 571.591 votos (18,71%).

Una de las razones que permiten explicar el voto plebiscitario en la capital es precisamente el proyecto del Metro. Petro, desde que asumió la presidencia, ha encabezado una intensa oposición al proyecto del Metro elevado, pidiendo que sea replanteado y se reconsideren los estudios para que sea un ferrocarril subterráneo. Durante la campaña, los candidatos Galán y Oviedo fueron enfáticos en defender el proyecto del Metro elevado, tal y como está planteado, para evitar retrasos y concretar la obra en el menor tiempo posible; mientras el candidato de Petro fue partidario de la idea del presidente de enviar el proyecto a revisión.

En líneas generales, a los candidatos de la coalición de partidos del oficialismo les fue bastante mal. Perdieron todas las capitales importantes (Bogotá, Medellín, Cartagena, Cali y Barranquilla), y de 32 departamentos, el Gobierno solo ganó en 2, destacando entre estos el triunfo de Luis Alfonso Escobar en Nariño, una región en donde la izquierda no ganaba desde hace 12 años.

La derrota en Cali es de llamar la atención, pues la ciudad que fue uno de los feudos de la izquierda en Colombia, capital de las intensas protestas contra el gobierno de Iván Duque, ahora será gobernada por uno de los más férreos representantes de la élite caleña.

Aunque no se puede hablar de un voto plebiscitario a nivel nacional, sí hubo un mensaje de la ciudadanía de desaprobación a la manera en cómo se vienen dirigiendo los asuntos públicos por parte del Presidente. Los escándalos con respecto a su entorno más cercano y la posible entrada de dineros ilegales a su campaña, los vaivenes de la política de paz, la parálisis de las reformas, la desaceleración económica y el desencanto de quienes esperaban un cambio más acelerado, han hecho mella en la imagen de Gustavo Petro.

¿El retorno al statu quo?

Otro análisis que se desprende de los resultados electorales tiene que ver con la vuelta a la escena de viejos conocidos. Las estructuras tradicionales recuperaron espacios que habían perdido en los últimos años, donde una ola de cambios y giros hacia proyectos políticos emergentes y progresistas había sido la regla.

En 2019, tanto en Bogotá como en Medellín, fuerzas alternativas se habían impuesto. En Bogotá, la actual alcaldesa, Claudia López, llegó al poder con el apoyo del Partido Verde (una fuerza política relativamente nueva en el escenario político colombiano); mientras en Medellín, Daniel Quintero, un joven político que se hacía llamar independiente, se alzó con la victoria con el apoyo de toldas políticas alternativas. Sin embargo, en este 2023 esa tendencia de renovación pareciera haber sufrido un revés significativo, dado que los partidos tradicionales (Liberal, Conservador, Centro Democrático y Cambio Radical) recuperaron terreno, haciéndose de gobernaciones, alcaldías y cámaras relevantes. En fin, el consenso sobre lo que ocurrió el pasado domingo es que el giro hacia la izquierda se frenó en Colombia.

Cuando decimos que en estas elecciones retornaron viejos conocidos, lo decimos con propiedad. En Medellín, el excandidato presidencial Federico Gutiérrez, quien ya había sido alcalde de los paisas en el período 2016-2019, se alzó nuevamente con la victoria en la capital de Antioquia, al obtener más del 70% de los votos. Caso similar ocurrió en Barranquilla, donde el popular Alejandro Char, quien también había sido mandatario de La Arenosa anteriormente, regresó a la palestra y será de nuevo primer mandatario de la ciudad del Carnaval.

¿Qué viene ahora?

Horas después de conocerse los resultados, el presidente Petro convocó a los alcaldes y gobernadores electos a “construir en común un país que combata la corrupción, la injusticia y que le haga frente a la crisis del cambio climático”.

En el 2024 habrá varios hitos que definirán el futuro político de Colombia. En primer lugar, las negociaciones de paz con diversos grupos armados, que hasta ahora caminan en medio de la incertidumbre y los tropiezos. Con ceses al fuego que no se cumplen y acuerdos endebles entre las partes, hay quienes miran el devenir de estos compromisos con escepticismo, pero no hay que olvidar que la ‘paz total’ es una de las más fuertes apuestas del Gobierno para tratar de darle un respiro humanitario, no solo a las regiones afectadas por el conflicto armado, sino también a su propio proyecto político.

El segundo evento al cual habrá que ponerle la lupa es a la elección del nuevo fiscal. Hasta ahora el fiscal Francisco Barbosa ha sido una piedra de tranca para los acercamientos de Petro con actores ilegales, oponiéndose abiertamente a las concesiones para miembros de la guerrilla o carteles de la droga. Sea quien sea que ocupe la Fiscalía el próximo año, lo cierto es que habrá un giro en la institución.

Otro elemento que podría incidir en la política colombiana no tiene que ver precisamente con los colombianos, sino con la esfera internacional. Las elecciones en Estados Unidos y Venezuela, así como el desenlace de los conflictos bélicos en Israel y Ucrania, podrían generar presiones y desafíos que seguramente obligarán a Petro a moverse de cuadrante y a formular posiciones más radicales o moderadas, todo dependerá de cuál sea el contexto internacional que se le presente.

Por último, el nuevo mapa político, configurado a partir de las elecciones del 29 de octubre, también será un factor para considerar dentro del devenir del gobierno de Petro, ya que sin lugar a duda el Presidente ahora tendrá más contrapeso político. El solo hecho de no tener aliados en las principales ciudades del país, y de tener alcaldes abiertamente opositores a las propuestas banderas del gobierno nacional como frenar la exploración petrolera o reformar el sistema de salud en su totalidad, influirá en los niveles de gobernabilidad. Colombia giró, solo queda ver si Petro girará.

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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