Melquiades Alvarado se presentó en las redes y se hizo viral. A sus 87 años, no se apareció con un lote mágico de inventos para vender ni con un pergamino difícil de descifrar. Al contrario, la historia que lo convirtió en tendencia es conmovedora y muy real: está referida a una venta que no autorizó, la de su apartamento, y que tiene los visos de ser una estafa con varios protagonistas.
“Me llamo Melquiades, tengo 87 años y mi esposa 92 años. Nuestro único apartamento lo alquilamos para pagar medicinas y nuestra inquilina lo vendió a otra persona sin nuestro permiso, no recibimos ningún pago y no vendimos nuestro apartamento”, expresó en un video que encendió la red, no solo porque el afectado es un adulto mayor que deja en evidencia la indefensión en que se encuentran los ancianos en Venezuela, sino porque la impunidad que existe en el campo inmobiliario tiene a víctimas de todas las edades.
De ese primer post montado en la cuenta en X del señor Melquiades quedaron claros dos aspectos: la denuncia del octogenario de un acto fraudulento que lo afecta en algo tan sensible como es la necesidad que tiene cualquier anciano de comprar medicamentos, y el señalamiento de su inquilina como supuesta principal responsable del hecho delictivo.
Luego, en otro post, el señor Melquiades hizo más precisiones: “Me robaron un apartamento que lo había comprado en 1979 (…) Yo cometí un gravísimo error…”. El octogenario reitera que lo puso en alquiler para costear sus gastos en medicina y los de su esposa, María Austela, de quien dice que sufre demencia senil. Y da un dato: el apartamento se lo alquiló a una señora de nombre Jemina Campos Ormeño (43), quien resultó ser una estafadora.
Petición al “Fiscal poeta”
A estas alturas (el lunes pasado, un par de días después de la denuncia), y con las redes hirviendo de indignación y de conjeturas, se produce la respuesta de la Fiscalía a la petición de ayuda del anciano. La atención, sin embargo, no satisfizo las expectativas del señor Melquiades, jubilado de Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA), para la que trabajó 40 años.
El punto es que el Fiscal Tarek William Saab, a quien el señor Melquiades se había dirigido en varias oportunidades por la red, dejó sentado que la Fiscalía 47 investiga el caso y solicitará ante los tribunales “la nulidad de la venta del bien y la restitución inmediata al legítimo propietario, Melquiades Alvarado”. Hasta aquí, ningún reproche. Sin embargo, la contestación también revela un elemento que descompuso al octogenario: que la venta del apartamento fue, presuntamente, idea de Gerardo Alvarado (el hijo de Melquiades, quien habría forjado un documento en complicidad con Campos Ormeño. De tal modo, tramitará su imputación. ¿Otro involucrado en la estafa?
El señor Melquiades, para su edad admirablemente activo en la red, rechazó con convicción la presunta participación de su hijo en la trama y dirigió directamente a través de su cuenta en X un mensaje al Fiscal General en el que combinó argumentos y pruebas.
“Le pido ayuda a Dios y a usted, fiscal poeta, y que investigue y no confíe en nadie” (…) “Quieren cambiar la libertad de Gerardo, cambiándola (sic) por el apartamento. En el expediente MP-148289-2023, Fiscalía 47 AMC está la experticia que ya comprobó que a mi hijo le falsificaron la firma”.
Melquiades le advierte al Fiscal que lo engañaron. “Mi esposa y yo no hemos muerto porque mi hijo nos cuida las 24 horas. Yo le pedí alquilar mi apartamento para pagar nuestras medicinas (…) y esto ocasionó la ruina de mi familia. “Es mi apoderado. Ya yo no estoy para hacer diligencias”.
Una coprotagonista concejala
Avanzado este episodio, el octogenario introdujo el nombre de otra protagonista, la compradora y actual ocupante del apartamento, a quien, según aseguró, se busca proteger -junto a los funcionarios de la Notaría-: la concejala de la Alcaldía de Baruta, Daniela Castro Veris.
“En todo el proceso legal –contó Melquiades en X– se demostró que falsificaron en Notaría el documento de venta y ella no quiere desalojar. El notario está libre y la concejala también”, se quejó Melquiades.
De acuerdo con su relato, el proceso legal ya lleva cierto tiempo. “Tantos meses de angustia donde mi esposa perdió su cordura (en uno de los videos se ve a la señora postrada). Por favor, ayúdenos. Esto es una aberración. Para que los verdaderos delincuentes queden impunes quieren culpar a mi hijo, que pasó meses de humillación haciendo experticias de escritura y caligrafía. Demostramos que no fue él. Tenemos experticias que dictan claramente que ninguno de los dos vendimos mi apartamento”.
Daniela Castro Veris, la persona señalada como compradora del apartamento, es, en efecto, concejala del municipio Baruta (de Fuerza Vecinal, según Melquiades Alvarado). En su perfil de X se identifica como politólogo. Hasta hoy, no ha publicado ningún post referido al caso. Su última referencia data del 7 de septiembre, cuando colocó un video del alcalde Darwin González dando explicaciones sobre “posibles actos de corrupción de funcionarios de la Alcaldía”.
Sin embargo, a solicitud de La Gran Aldea, en principio accedió a sostener una conversación vía WhatsApp para dar su versión de los hechos. La concejala aportó documentos supuestamente probatorios, el audio de una aparente llamada de Gerardo Alvarado y un video en el que su madre, Carmen Veris, se presenta como la compradora “de buena fe” del apartamento y “estafada por Gerardo Alvarado, hijo del señor Melquiades, y por Jemina Campos Ormeño”.
Entre los escritos, está la copia de una aparente denuncia con fecha del 7 de julio de 2023 presentada por Daniela Castro Veris, en representación como apoderada legal de Carmen Veris, ante la Delegación Municipal de Chacao del CICPC.
Allí se refieren presuntas irregularidades cometidas por la inmobiliaria Inversiones ANJEC 2011, que está a nombre de Jemina Campo Ormeño. Se incluye la relación de una denuncia presentada por el señor Melquiades en la que presume que su apartamento fue presuntamente subarrendado o vendido fraudulentamente. También da cuenta de una reunión con el anciano y su hijo Gerardo, en la que ambos manifiestan desconocer la realización del negocio.
Otro documento es una copia del denominado Poder Especial, amplio y suficiente, que le confiere a Jemina Campo Ormeño el señor Gerardo Alvarado, a su vez apoderado de sus padres, Melquiades Loreto Alvarado González y María Austela Ramírez de Alvarado.
“Me encuentro aquí para entregarle el apartamento”
El audio es de una supuesta llamada que le hacen Jemina y Gerardo a Daniela para tranquilizarla. Allí le dicen que ya hablaron con el señor Melquiades y le aclararon que Jemina va a mandar a hacer un documento que revisarán sus abogados, y que en cuanto ellos lo aprueben, se firmará y se le entregará el apartamento. En la conversación, Gerardo se muestra preocupado por la salud del esposo de Daniela y le envía deseos de pronta mejoría en su problema de tensión alta.
En el video, la que habla es la madre de Daniela, Carmen Veris, quien luego de presentarse, se dirige al señor Melquiades:
“Soy Carmen Veris, compradora de buena fe y estafada por Gerardo Alvarado, hijo del señor Melquiades, y Jemina Campo Ormeño. Me encuentro en este momento aquí, para hacerle entrega de su apartamento, siguiendo el dictamen de la Fiscalía”.
La señora Veris hace un recuento del proceso. Dice que la compra se inició hace más de un año, que la venta del inmueble fue publicada en las redes. Asegura que durante la tramitación fueron revisados desde el punto de vista legal todos los documentos, que todo se comprobó y verificó, incluidos el Poder que el señor Melquiades le dio a su hijo y el que Gerardo le dio a Jemina.
Cuenta que el apartamento les fue entregado en abril de este año y en junio se percataron de que había una situación irregular porque el señor Melquiades estaba manifestando (no dice a través de cuál vía) que en ningún momento había puesto en venta su apartamento. En julio acudieron al CICPC (se supone que fue su hija en representación de ella) para saber lo que estaba sucediendo.
Carmen Veris asegura que el CICPC descubrió en la investigación que Gerardo Alvarado había puesto en venta el apartamento con el Poder que le otorgó su padre, pero sin el conocimiento de él. Explica, mal que bien, que Jemina, quien está presa por otros casos de estafa, fue quien lo ofertó en las redes a través de su inmobiliaria. (Es de suponer, porque no queda claro, que es a ella a quien se lo compran, y no se logra entender por qué el hallazgo del cuerpo de investigación no los induce a aclarar la situación).
La señora Carmen Veris expresa su solidaridad con el señor Melquiades y su esposa, que se han visto afectados por esta situación “tan compleja y difícil”. Destaca que ella está llegando a Caracas y se consigue con “este acoso” por las redes sociales. “¿Cómo es posible que esté sucediendo esto cuando yo he sido estafada, vilipendiada y mi hija, que es mi apoderada, difamada?”.
Indica que esto le ocurre en un momento en que está cambiando su vida, que se vino a Caracas desde el interior para estar cerca de su familia, y que ahora se queda sin dónde vivir.
“Al señor Melquiades se le va a restituir su bien, como lo dictaminó la Fiscalía, y a mí quién me va a devolver mi dinero. (…) “Yo le pido al Fiscal que responda con la misma celeridad mi caso, como persona de la tercera edad…”.
Valga decir que todo el envío de documentos, del audio y del video fue hecho a este redactor a través del número de WhatsApp registrado a nombre de Daniela Castro, pero en ningún momento hubo conversación por llamada con ella, quien la pospuso en dos ocasiones y finalmente se excusó por estar ocupada en la realización de trámites.
De lo expresado por la señora Carmen Veris queda también la duda sobre la demora en reconocer que estaban siendo objeto de una estafa y en admitir -hasta que hubo el dictamen de la Fiscalía- que lo que corresponde es restituir el bien al legítimo propietario. Más aún cuando su apoderada, es decir, su hija, es concejala en el municipio donde justamente está ubicado el apartamento adquirido, Baruta, y hoy en día son tan comunes los casos de irregularidades en el terreno inmobiliario.
Comentarios de este tenor abundan en la red X. Hay coincidencias en que la concejala debe devolver el apartamento sin aviso y sin protesto. Y en que no debía esperar una decisión de tribunales (anunciada por Fiscalía), porque será a favor del verdadero dueño. Ella, dicen, fue la que se equivocó.
De momento, la inquilina, Jemina Campos Ormeño, está privada de libertad desde julio pasado. Está acusada de estafa y otros supuestos delitos. Y el señor Melquiades Alvarado, por su parte, hasta el último instante antes de que su cuenta fuera suspendida el martes pasado a las 6:30pm, no dejó de implorar a la Fiscalía: “Mi hijo Gerardo jamás vendió nuestro apartamento. AYUDA. AYUDA”. Así, en mayúsculas.