Ceteris Paribus tuvo el agrado de compartir su espacio con Nano Barahona, profesor de Economía de la Universidad de California en Berkeley, quien se ha dedicado a trabajar temas de organización industrial y los efectos de las políticas públicas sobre la salud y el bienestar de la población. Respecto a su publicación más reciente, el economista Ángel Alvarado inició la conversación poniendo en contexto la temática para comprender los detalles del estudio.
–Nano me gustó mucho el artículo que escribiste para la revista Econométrica que apareció en mayo de 2023 sobre la política de precios o la política de “Labeling de precios”, (etiquetado de precios) de productos en Chile y los efectos que tiene esto. El nombre del paper es “Equilibrium Effects of Food Labeling Policies” y es un gran tema porque estás trabajando en una política pública para atacar un problema importante que es la obesidad. La tasa se ha triplicado en los últimos 50 años, el 40% de la población mundial sufre algún tipo de obesidad. Tú refieres que 75% de la población adulta en Chile tiene sobrepeso, y en los últimos 30 años ningún país ha sido capaz de reducir este problema y por eso te tenemos acá para hablar de estos temas, las opciones de políticas públicas que tienen los gobiernos para atacar este problema y, sobre todo, la experiencia que tú has recopilado, que viene básicamente por la política o la ley de sellos de advertencia de Chile.Cuéntanos un poco de esa ley, ¿cómo fue el estudio que hiciste y qué implicaciones ha tenido?
-Sí, perfecto te cuento. Como tú bien dijiste, la obesidad es un problema que ataca a todos los países del mundo, de hecho, hoy día, hay más gente relacionada con problemas de sobrepeso que con problemas de malnutrición globalmente hablando, y cerca del 40% de la población global tiene sobrepeso. Es una epidemia bastante difícil de combatir. Muchos gobiernos han intentado diferentes políticas y ha sido una lucha cuesta arriba; creo que lo importante es entender que la obesidad es un problema multidimensional que tiene muchos factores y, por lo tanto es difícil de atacar. Entonces, cuando analizamos diferentes políticas lo que hay que entender es si avanzan en la dirección correcta o no, más que pensar si sirve esta política para solucionar el problema. Creo que pensar en solucionar el problema con una política única es un poco ambicioso, y hay que entender las políticas como formas de avanzar en la dirección correcta. En ese contexto esta política que estudié en Chile que se implementó en el año 2016, que creo mucha gente en Latinoamérica ya la conoce, porque desde la implementación en Chile se ha discutido y aplicado en muchos países de de la región, incluido México, Perú, Argentina, Colombia y Uruguay. La política consiste, básicamente, en poner sellos de advertencia al frente de los paquetes de alimentos procesados. ¿Cómo funciona eso?cada vez que yo voy al supermercado y quiero comprar un producto ya sea una barra de chocolate, un cereal, tallarines o pasta, cuando el producto sobrepase ciertos límites regulatorios en concentraciones de calorías, azúcares, sodio o grasas saturadas, el empaque va a llevar una etiqueta que va a ser un hexágono negro bastante grande que dice: esto es alto en azúcares, esto es alto en calorías. En el caso de Chile, al momento de la implementación de la ley en el 2016, un producto iba a llevar un sello de exceso en azúcar si el producto tenía más de 22,5 gramos de azúcar por cada 100 gramos de producto; o sea, básicamente si el producto era más de 20% solo azúcar, lleva un sello, eso para los sólidos. Para los líquidos los límites regulatorios son un poco más bajos y son cada 100 mililitros.
-Impresionante que haya productos que tengan 20% de azúcar y simplemente la gente no lo sabe. Entonces, esta es la primera parte de la regulación y el problema que ustedes se plantean, que es donde empieza lo importante de tu artículo, es ¿cómo miden los efectos de la ley? Porque creo que lo refieres en el artículo, se hacen encuestas si la gente sabe o no, pero eso tiene sus limitaciones, cuéntanos ¿qué limitaciones tienen este tipo de medidas y cómo ustedes desarrollaron una metodología para medir el efecto de si la gente sabía o no sobre la advertencia?
-Sí. Esta política fue bastante debatida en Chile, de hecho, fue un poco polémica. Hubo grupos de interés que trataron de oponerse. Se hicieron campañas de marketing en contra de la política y, por lo tanto, había mucho interés en tratar de entender si la política había funcionado o no funcionaba. Principalmente, porque la firma se quejaba de que al final es un costo para ellos tener que estar poniendo este etiquetado y cambiar todo el proceso de packaging y en ese proceso hubo varias encuestas donde uno iba y le preguntaba a la gente por teléfono, por ejemplo, cómo le ha afectado el etiquetado en sus decisiones de compra. Esa es una forma de estudiar este tipo de procesos, pero es bastante compleja porque cuando uno le pregunta a la persona qué es lo que hace, la persona muchas veces tiende a responder qué es lo que le gustaría hacer, más que lo que efectivamente hace; entonces mucha gente que, ya sea por razones políticas o por otras situaciones que la rodean, podía estar a favor o en contra de la política por sesgo ideológico, por decirlo así, y respondían cuánto la política afectaba sus decisiones dependiendo un poco de lo que ellos creían que era la política. Lo que hicimos nosotros fue, en conjunto con Walmart, que es una cadena de supermercado a nivel global que compró supermercados importantes en Chile y hoy día es la cadena de supermercados más grande del país, logramos recolectar datos de compras efectivas de las personas. Entonces tomamos todos los datos de chilenos o chilenas que iban a supermercado Walmart y podíamos ver a través del escáner data de la caja registradora, qué es lo que efectivamente la gente estaba comprando antes y después de la política. No fuimos el único estudio que hizo esto, hay otros estudios que también encontraron datos similares de otras fuentes, pero esto es mejor que basarse en encuestas porque te permite ver lo que la gente realmente hizo.
-¿Cuántas personas eran parte del estudio?, ¿en cuántas personas tú pudiste ver su comportamiento?
–Walmart es un supermercado grande en Chile, este tiene alrededor de 10 o 12 millones de adultos, de nuestros datos a través del programa de fidelización, Walmart logra identificar a los diferentes hogares porque entregan su número de identificación al momento de hacer la compra para juntar puntos para promociones futuras, etcétera. Ahí hay alrededor de 5,5 millones de personas que están identificadas por Walmart, nosotros en nuestro análisis restringimos el análisis a un subconjunto menor de medio millón de personas que eran las personas que veíamos yendo a Walmart todos los meses. Entonces, nos quisimos concentrar en compradores regulares de ellos, principalmente porque una persona que va una sola vez y después hace el resto de sus compras en otro supermercado, va a ser más difícil de analizar porque no vemos todas las compras que hacen, preferimos quedarnos con este medio millón de personas que tienden a hacer todas sus compras en Walmart para poder entender qué estaba pasando con la canasta total de compra de estos hogares.
-¿Cuál fue el resultado de la política del sello?, ¿el antes y el después?
-Interesante el resultado y creo que hay cuatro resultados que son importantes de recalcar. El primero consistió en la pregunta más importante: una vez que se implementa la política, ¿qué pasó con el consumo de calorías, con el consumo de azúcares? para eso lo que hicimos fue recolectar información sobre el contenido nutricional que tenía cada uno de los productos, lo cual no estaba disponible inicialmente en Chile, y lo que hicimos fue bastante interesante. Contratamos a un web developer que hizo una aplicación para el teléfono que permitía, con la cámara del celular, escanear los códigos de barra en el supermercado y como nosotros ya teníamos los datos de Walmart podíamos linkear automáticamente con el internet del celular el código de barra de nuestra base de datos. Así, contratamos un montón de alumnos de la universidad de pregrado que nos ayudaron a hacer el levantamiento, fueron a los supermercados de Chile y le sacaron fotos a todos los productos que habían y así como en Chile, en muchos otros países, el contenido nutricional de los productos existe de forma detallada en una tabla que hay en la parte de atrás del envase que se llama tabla de contenido nutricional. A ésta, le sacaron fotos que permitían vincular el código de barras a través de la cámara del teléfono y eso después lo mandamos a India en donde se procesó. Logramos generar una base con información nutricional de productos tanto para antes como para después. Con eso pudimos calcular el fondo juntando las ventas a nivel de supermercado con el contenido nutricional de los productos. Pudimos calcular cuánta azúcar y cuántas calorías estaba la gente comprando antes y después de la política, y lo que encontramos es que efectivamente hubo una reducción de cantidad de azúcar y cantidad de calorías compradas por los consumidores de más o menos un 7% u 8%. Si yo veo la serie de tiempo se observa que al principio compraban x cantidad de azúcares por cada peso que gastaban y una vez implementada la política eso disminuye alrededor de 7% en promedio.
-¿Cuáles productos redujeron más su demanda? Porque pienso que ustedes también allá tienen heterogeneidad dentro de toda esa disminución de calorías.
-Sí. Ahí es importante entender que esa reducción en azúcar consumida viene de diferentes potenciales partes. Una posible explicación sería que la gente se está cambiando de categorías con más azúcar a categorías con menos azúcar; por ejemplo, están dejando de comer chocolate y están comprando más fruta, eso sería un ejemplo. Otro ejemplo, es que la sustitución está pasando dentro de las categorías, entonces, si yo quiero comprar chocolate voy a comprar chocolate, pero voy a tratar de comprar el chocolate con menos azúcar o en el caso de los cereales hay unos con mucha azúcar y otros con poca azúcar, seguiré comprando la misma cantidad de cereal, pero va a cambiar al cereal con menos azúcar. Después, la tercera parte, es que vamos a discutirlo con más detalle más adelante, pero en la firma reformularon y disminuyeron la cantidad de azúcar y de calorías en sus productos, por lo tanto, incluso si yo como consumidor no quería cambiarme de producto y sigo comprando el mismo producto, ahora tiene menos azúcar; de tal forma que yo disminuyo mi consumo de azúcar.
-Ahora un choque de demanda primero. Digamos la demanda está más enterada porque no sabía, en cierta manera, que había información asimétrica o era incompleta. La demanda al saber reduce el consumo, pero entonces la firma tiene un choque de oferta. Explícanos cómo fue eso.
-Déjame partir por la demanda para ir paso a paso y de ahí va a terminar en la oferta, creo que eso va a ordenar un poco mejor la discusión, que va a ser más fácil. Entonces déjame partir con esta parte de la demanda que te dije que podía existir esta sustitución entre categorías y la verdad, eso no lo vimos para nada. Si uno toma productos que se suelen tomar al desayuno y los separa entre pan, yogurt o cereal, etcétera, uno ve que las cantidades de los distintas subcategorías se mantienen más o menos constantes. Incluso, si me voy a los líquidos no se ve mucho que la gente dejó de consumir gaseosa y se cambió a agua o a jugo. Se ve que en general que cada categoría mantuvo más o menos sus ventas de forma relativamente constante. Lo que sí vimos fue que dentro de las categorías la gente se cambió a productos más saludables; por ejemplo, en la categoría de cereales sí vemos que la gente se cambia de cereales altos en azúcar a cereales bajos en azúcar. De Zucaritas que le decimos nosotros Chocapic que son muy populares en Chile, se cambiaron a avenas que son sin azúcar. Lo más interesante es que ese cambio dentro de las categorías sucede particularmente fuerte en aquellos productos que la gente creía que eran sanos antes de la implementación de la política, pero cuando apareció el sello descubrieron que el producto no era tan sano como pensaban, y esto creo que es un resultado muy potente, porque eso nos permite entender que la forma en que la gente reacciona a los sellos es a través de la información. La gente está aprendiendo cosas de las cuales estaba equivocado, tenían percepciones incorrectas sobre el contenido nutricional de los productos y la gente reaccionó fuertemente ante eso.
-Entonces, esto es toda la demanda ¿correcto?
-Claro, esta es como la parte de la demanda y es importante porque lo que vamos a encontrar finalmente es que la gente siguió comiendo chocolate, la gente no dejó de comer chocolate, por lo tanto, ahí hay como un problema de si creemos que el problema de la obesidad es que la gente come mucho chocolate y la política de sellos no lo va a resolver. Lo que la política sí está resolviendo es que cuando la gente quiere comer sano no sabe reconocer cuáles productos son sanos y cuáles no, el sello le permite tomar decisiones más informadas y eso eventualmente hace que la gente mejore su salud, mejore sus decisiones de compra y pueda hacerlo con mayor información.
-Creo que el ejemplo que colocas de la avena es perfecto, un cereal con menos azúcar que como dices tú, Zucaritas o cualquier otra marca y listo, la persona sigue en el mismo grupo pero buscando la opción más saludable. Aunque esto es un juego dinámico, es el primer choque de demanda y ahora pasa la oferta ¿qué pasó con la oferta y cómo fue ese proceso de aprendizaje?
-Sí, muy interesante lo que pasa en la oferta. Lo que vemos es que en la firma efectivamente se anticiparon a este shock de demanda, entendieron que los sellos iban a reducir la demanda, por lo tanto, trataron de evitar recibir esos sellos y ¿cómo hicieron eso? a través de reformulación. Las firmas contrataron un equipo de ingenieros y buscaron formas de poder hacer que sus productos se vuelvan más sanos, pero sin perder los atributos importantes que lo hacen ser ricos y atractivos. Entonces, hubo todo un juego ahí de cómo podemos hacer que el producto siga siendo el mismo que nosotros hemos vendido por siempre, pero que tenga niveles de azúcar más bajos, menos calorías. Como vimos en el paper. Lo primero que hicimos fue como te conté, recolectar contenido nutricional antes como después de la política y lo que vemos es muy interesante. Antes de la política, uno ve una distribución de contenido nutricional, algunos productos tienen más azúcar, otros productos tienen menos azúcar y la distribución es más o menos suave. Una vez implementada la política, uno va dos años hacia adelante. Lo que vemos es que hay una cantidad importante de productos en algunas categorías, a 30% o 40% en algunas categorías, incluso el 90% de los productos, reformularon y se pusieron justo debajo del límite regulatorio. Entonces, si la regulación decía: tú tienes sello si tienes más de 22,5 gramos de azúcar por cada 100 gramos de producto, en la firma redujeron la cantidad de azúcar a 21,5 gramos de azúcar cada 100 gramos de producto y la firma se para justo debajo del límite regulatorio, podemos ver que efectivamente están estratégicamente eligiendo la concentración de calorías para poder evitar tener el sello.
-Claro, ahora una pregunta, ¿cuánto de la reducción de demanda vino de la reducción del punto de equilibrio y no por la demanda, y cuánto por la oferta? Porque uno podría pensar que cayó la demanda de ese producto con alto contenido de azúcar porque la oferta se reformuló, y creo que ustedes trabajaron eso también.
-Sí lo trabajamos. Lo que tú dices es muy importante, esto es sobre los equilibrios. Al final la demanda reacciona, la oferta reacciona y se llega a un equilibrio y es interesante porque no solo cambió el contenido nutricional, sino que también cambiaron los precios. Parte de este juego de mercados es poner precios demanda/oferta y lo que pasó fue que la reformulación esa que te conté que pasó en donde se fueron al límite regulatorio, para la firma fue costosa, no fue gratis; o sea, si fuese fácil hacer productos saludables y sabrosos toda la firma venderían productos saludables y sabrosos. El problema es que para que el producto sea sabroso poner azúcares de una forma barata es hacer que el producto sea sabroso y eso es particularmente importante en los sólidos, porque de hecho cuando uno compara la reformulación que hubo en sólidos versus líquidos, nosotros vemos que en categorías como cereal o galletas hubo mucha menor reformulación que en categorías como jugos o yogurt, y te voy a contar un poco por qué. Nosotros hablamos con gente en la industria y nos dijeron que el principal problema de sacarle el azúcar al cereal no es que el cereal deja de ser dulce eso se puede solucionar más o menos fácil con edulcorantes o stevia, por ejemplo, el principal problema es que si yo le saco el azúcar al cereal éste se desarma y pierde la consistencia porque el azúcar tiene propiedades psicométricas que permite que tenga textura que sea crujiente y eso les costó mucho. Asimismo, acudieron a una tecnología que ya estaba desarrollada, sobre todo en Estados Unidos, en la industria para la gente con diabetes que son sustitutos de azúcar que tienen las mismas propiedades psicométricas.
-Hay un problema que tienen los diabéticos sobre todo cuando descubren tarde la diabetes y es que no logran cambiar productos porque han estado toda su vida acostumbrados a esto y, a veces, son diabéticos también porque nunca han sabido qué es sano y qué no, por eso esta política tiene efectos a largo plazo.
-Bueno, cambiar el azúcar por maltitoles fue lo que más usaron en la categoría cereales, es costoso y aumentó los ingredientes como en un 20% y eso hizo que los precios subieran, porque si es que ahora yo tengo que sacar el sello, el producto se me hace más caro de producir, además la gente lo demanda más, porque la gente ahora demanda productos sin sello, por lo tanto hay como dos cosas que están pasando al mismo tiempo: por un lado mis costos subieron, la gente lo demanda más y yo puedo poner mayores márgenes sobre ese producto.
-¿Qué pasó con los precios?
-Los precios de los productos que dejaron de tener sello subieron relativamente respecto a los precios de productos que quedaron con sellos.
-Ok, o sea, los productos digamos más económicos fueron los productos con altos contenidos de azúcares en cierta manera.
-En el análisis econométrico ahora tenemos que poner todo esto junto porque, por un lado consumidores prefieren productos sin sello, por otro lado en los efectos son más fuertes cuando el consumidor está menos informado sobre el contenido nutricional del producto. Tercero, la firma reformula, cuarto de las firmas cambian los precios. ¿Cómo hacemos entender? Bueno esto fue malo, porque los consumidores terminan consiguiendo productos más sanos pero más caros. ¿Qué pasa? Y ahí es lo que hacemos en el paper, desarrollar un modelo de equilibrio que junto con los datos, nos sirve para recuperar parámetros, preferencias de consumidores, los costos de la firma y ahí con un modelo de competencia uno puede entender cuáles fueron los efectos de equilibrio de la política, que es un poco el título del paper. Ahí lo que encontramos es que la política efectivamente aumenta el bienestar de los consumidores. ¿Por qué? Porque les permite tomar decisiones más informadas y esas decisiones más informadas permiten que ellos logren niveles de utilidad más altos, que logren consumir cosas que en el fondo los hacen más felices. Eso viene al costo de cambiarse de productos más sabrosos a productos menos sabrosos, o sea, efectivamente hubo una sustitución de cómo te decía, Chocapic que es una marca muy sabrosa o Zucaritas a alternativas menos sabrosas como la avena y eso es nuestro modelo de captura, porque como vemos variación en precio y también vemos decisiones de consumidores, sabemos en cuánto el consumidor valora el sabor de las Zucaritas sobre el sabor de la avena. Entonces, te cambian a productos menos sabrosos pero más sanos y además, productos que siempre fueron sabrosos reformularon para volverse más sanos; o sea, ahora hay productos más sanos disponibles, unos sabrosos, otros menos sabrosos, pero los productos sabrosos que se hicieron sanos aumentaron sus precios porque se volvieron más caros. Así, la gente termina un poco consumiendo cosas que aún son sabrosas, algunos se cambian a cosas menos sabrosas y terminan pagando un poco más por la reformulación, pero terminan comiendo más sano y eso hace que el consumo de azúcar y calorías disminuya que es un poco lo que habíamos visto originalmente en los datos.
-Me parece que el producto sin azúcar, más sano, empieza a ser como un bien de lujo, no sé si me equivoco o lo que uno conoce como un bien de lujo y a mí me preocupa a veces en muchos países los que más sufren obesidad son los estratos sociales más bajos, menos informados y que tienen menos acceso a los productos sanos. ¿Midieron esto?
-Es una muy buena pregunta y algo importante a tener en mente es el punto que la regresividad o la progresividad de la política que tiene que ser discutida, en comparación con la alternativa del impuesto al azúcar y este impuesto tiene ese problema aún más fuerte porque si se le pone a productos altos en azúcar que son generalmente consumidos por poblaciones de menores ingresos, termina siendo un impuesto a la gente más pobre, y eso es un impuesto sumamente regresivo. Creo que esta política, a pesar de que te conté que los productos más sanos se vuelven un poco más caros, esos efectos son mucho menores comparados con lo que haría una política alternativa de impuesto al azúcar. Entonces, en la comparación, esta política termina siendo más progresiva que el impuesto al azúcar, por lo que creo, habla un poco a favor de la política en términos de regresividad.
-Correcto, ¿alguna otra cosa sobre el paper que quisieras comentar? Creo que hemos cubierto todo y has explicado muy bien que han hecho. ¿Cuál sería el siguiente paso en todos estos trabajos que estás haciendo?
-Sí, como te decía al principio la obesidad es un problema multidimensional que tiene muchas fuentes y causas, por lo tanto, las políticas tienen que terminar siendo complementarias; por ejemplo, recién te hablaba sobre el impuesto al azúcar y te decía que esta política estudiada es más progresiva que el impuesto al azúcar que tiende a ser un poco más regresivo. Por otro lado, también te conté que esta política no fue muy buena en disminuir el consumo de chocolate. ¿Por qué? Porque la gente ya sabe que el chocolate tiene azúcar, no es porque hoy me confundí pensé que este chocolate era sano; es más, porque quiero comer chocolate y me dan ganas. Entonces, ahí hay como diferentes visiones, una puede ser como, bueno, si la gente quiere comer chocolate y después quiere enfermarse hay que dejarlos porque hay como un concepto de libertad, pero también pueden haber otros sesgos en el consumo de chocolate que no son relacionados con la información sino que ahí hay sesgos, como cuando yo estoy cegado hacia el presente y me olvido un poco del futuro, en donde yo quizás cuando voy al supermercado y me compro el chocolate y digo, ‘me voy a comprar dos barras de chocolate que me van a durar todo el mes’, ese es mi plan. Llego a mi casa y me puse ansioso por la pandemia -qué sé yo- y me comí la barra de chocolate el primer fin de semana; se me acabó la barra de chocolate, después vuelvo al supermercado la semana siguiente y tendré que comprar otra barra de chocolate, pero esta sí va a durar un mes. Este tipo de conductas creo que todos lo hacemos ya sea la barra chocolate o con las ganas de ir al gimnasio. Todos queremos ir al gimnasio a partir de mañana porque hoy no, hoy es el día que planifico ir al gimnasio, pero mañana sí… y eso lo hacemos todos los días. Esta política no va a solucionar ese problema. Entonces, para otro tipo de fallas de mercado como la que te acabo de describir el impuesto al azúcar sí puede ser más efectivo porque, si creemos que la gente está comprando más chocolate del que debería, un impuesto al chocolate puede ayudar porque le va a subir el precio al chocolate y va a permitir que la gente internalice el hecho de que va a terminar comiendo más chocolate de lo que le gustaría. Al final, hay que entender este tipo de políticas como complementarias más que sustitutos. Cuando comparo el etiquetado frontal con el impuesto al azúcar no estoy pensando que es una o la otra, estoy pensando que son las dos, las dos atacan fallas de mercado distintas y, por lo tanto, las dos se pueden complementar. Eso viene acompañado con políticas de información y educación en los colegios. Hay una literatura que muestra que hay como desiertos alimentarios en barrios, en donde la comida sana ni siquiera está disponible y todas esas son cosas que hay que atacar en el fondo simultáneamente, cada una por su lado a ver si logramos mejorar un poco en este problema que es una epidemia global.
-Y digamos un poco para finalizar respecto a Chile, ¿algún dato disponible sobre la obesidad en Chile?, ¿se mantiene, ha cambiado o simplemente tenemos consumidores más informados en Chile?
-Esa es una muy buena pregunta también. En Chile hay mediciones de obesidad. Se hace una encuesta nacional de la salud más o menos cada tres o cuatro años, es una encuesta que no se hace a nivel nacional, pero igual ayuda a entender, y los datos muestran que la obesidad seguía aumentando. Ahora algo que me gusta recalcar es que si la obesidad ha seguido aumentando no significa que la política haya fracasado en absoluto, porque la pregunta correcta acá no es: ¿Qué pasó con la obesidad una vez que la política se implementó? La pregunta es: ¿Qué hubiera pasado con la obesidad si la política no se hubiera implementado? Esta pregunta es muy difícil de responder, pero lo más probable, dado lo que nosotros encontramos en términos de alimentación, es que la obesidad sería incluso mayor hoy día si la política no se hubiera implementado, por lo tanto, creo que la política sirvió en que la obesidad creciera menos, pero sigue creciendo y las causas son multidimensionales. Hay un montón de cosas detrás del aumento de la obesidad y que no están bien. No se sabe si es exceso en azúcar, exceso en grasa o el sedentarismo.
-¿Estás trabajando esta medición en algún otro país de América Latina?
-Conozco gente muy buena que está estudiando la política en Uruguay, por ejemplo, y conozco también gente que lo ha tratado en México. En general esto demora. Chile lo implementó en el 2016, la mayoría de los otros países en 2019 y para una política como esta, hay que juntar los datos, hay que hacer el análisis, pero nosotros no somos los únicos que la estudiamos en Chile, y todos los papers que hay en el país muestran resultados parecidos a los nuestros.
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*Ceteris Paribus, Podcast de Economía en Español del Penn Initiative for the Study of Markets del Departamento de Economía de la Universidad de Pensilvania. “El pasado, presente y futuro de la economía en español, haciendo seguimiento de América Latina”.