Nathalie Quintero, la caraqueña que soñaba con llegar a la NASA
De acuerdo a la terminología y al uso, digamos que lo “visualizó”: lo escribió como meta, lo veía todos los días allí convertido en un objetivo de vida, aunque tratándose de una caraqueña aquello podría parecer un simple sueño. Para Nathalie Quintero no: quería trabajar en la NASA y lo consiguió. Y esta no es una historia de “energías” y misticismo, es de estudio, trabajo, ciencia y constancia. Y talento, por supuesto.
En 2022 medio mundo puso los ojos en ella: “La venezolana que ayudará a la NASA a enviar a una mujer a la Luna”, “Una venezolana deja huella en la Luna con la misión Artemis de la NASA”. Su entrada en escena causó furor mediático. Y estuvo bien: no es cualquier cosa lo que está haciendo.
Nathalie Quintero forma parte del enorme equipo que trabaja en la misión Artemisa, de la NASA, que -en esencia- quiere llevar al cohete Space Launch System (SLS) a la Luna y en una siguiente etapa hasta el planeta Marte.
La connotación mitológica del nombre de la misión -que tiene varias etapas- no es caprichosa: si el programa Apolo llevó al hombre a la Luna en 1969, Artemisa -hermana de Apolo- regresará al satélite que orbita alrededor de la Tierra transportando a la primera mujer que pisará suelo lunar. Y no se limita a un asunto de género: el plan es alunizar en el Polo Sur, una zona inexplorada en la que se pondrá a prueba tecnología y se recabará información que podría ayudar a prepararse para el objetivo final: que un grupo de astronautas logre llegar a Marte.
En concreto, es en el SLS donde trabaja Quintero. Ese cohete deberá llevar a la cápsula Orión hasta la Luna. Y ya la fase Artemisa I se anota como un éxito. El 16 de noviembre de 2022, despegó desde el Centro Espacial Kennedy y en el centro operativo estuvo ella en su condición de líder integradora de pruebas de Boeing, la empresa que fabricó el “core stage”, una pieza clave porque controla el proceso del lanzamiento durante los primeros ocho minutos.
-Mi función en ese instante era proveer soporte de algunos subsistemas o equipos en caso de que fuera necesario.
Contó en una entrevista publicada por El País en diciembre pasado: “Para Quintero, esos ocho minutos al aire eran esenciales: eran poner a prueba lo que venía experimentando desde el 2016, cuando fue contratada por Boeing tras graduarse de la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle, también en Estados Unidos”.
-Fue un momento de mucha tensión. Sí, hubo emoción y lágrimas, pero también tensión porque no sabíamos cómo iba a suceder cada cosa. Hasta el momento todo lo que habíamos hecho era teoría, pero ahora era verlo en práctica… y fue… ¡Wow!
Ese “Wow” concentra la satisfacción de ver cómo efectivamente el SLS impulsó a la nave Orión para que llegara sin tripulantes a la órbita de la Luna. La agenda indica que Artemisa II debería concretarse a finales de 2024: orbitar, pero con tripulación. Artemisa III -sin fecha probable- buscará llevar a la primera astronauta al Polo Sur. Y en ellos el core stage seguirá siendo un elemento fundamental. ¿Estará Quintero allí? Es lo que espera.
-Yo soy mujer, latina, nacida y criada en Caracas, venezolana e ingeniera, un área en la que la mayoría son hombres. Así que esta también es mi historia: recordar que la mujer puede llegar a cualquier campo o trabajo, inclusive hasta la Luna.
Nathalie Quintero nació el 8 de diciembre de 1993 en Caracas. Su madre -salvadoreña- es ingeniero industrial y su padre es piloto naval hoy en condición de retiro. Estudió en el Colegio Las Cumbres y al terminar el bachillerato, ingresó a la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle, en Daytona, Florida. Allá fue impulsada por un deseo que tuvo desde niña: apasionada desde siempre por los aviones, quería trabajar para alguna de las grandes empresas de aeronáutica.
-Cuando yo era chiquita me gustaban los aviones, no les tenía miedo, y además tenía la influencia de mi papá que era piloto. Eso de cierta manera me llevó a la carrera que estudié. Y cuando llegué de Venezuela a Estados Unidos, lo más familiarizada con lo que yo estaba era la industria de los aviones.
Eso dijo en una extensa entrevista publicada en Historias que Laten en junio de 2022.
Su título de licenciada en ingeniería aeroespacial lo obtuvo en 2015. Y en 2019 culminó una Maestría en Ingeniería de Sistemas en la Universidad de Cornell. Haciendo pasantías en The Boeing Company -cuenta en esa nota- se dio su paso al mundo aeroespacial: en 2011, le tocó participar en una investigación sobre Virgin Galactic, “un avión que a la vez era una nave espacial a la que iban a implementar una tecnología llamada ‘feathered flight’, o un vuelo de pluma, que se lanza como un cohete y va aterrizando poco a poco, como si fuera una pluma que cae por la fuerza de gravedad”.
En 2015, las pasantías la llevaron a unirse al proyecto de SLS. Un día llegó la pregunta que esperaba: ¿Quieres ir al Kennedy Space Center? No lo pensó mucho. Y un año más tarde, ya con su título, continuó ahora como ingeniera contratada por Boeing.
-Lo fui visualizando. Recuerdo que tenía en mi vision board, mucho antes de ingresar, a NASA y Boeing. Es muy loco cuando miras al pasado y dices: “bueno, todo lo que está ahí lo he cumplido”. Me dijeron que era un proyecto en el Kennedy Space Center y yo dije que sí sin pensarlo, siendo estudiante.
Su desempeño en el proyecto -que ya es una realidad comprobada- fue reconocido por Boeing que, en 2021, la nombró ingeniera del año en el Florida Space Coasts Operations. Es la primera latina que obtiene este galardón interno de la compañía.
La proyección pública de su historia tiene que ver con las redes sociales. A Nathalie se le vio en su cuenta de Instagram @stemforaerospace posando en una imagen ante el cohete del SLS el 15 de marzo de 2022: “Es increíble que estamos a un paso más cerca de la Luna”, escribió.
En esa cuenta, que hoy se acerca a los 24 mil seguidores, se dedica -en inglés y español- a contar sobre su trabajo y a difundir información sobre las llamadas carreras Steam: ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas. Para ella, claro que es posible llegar hasta ahí, a la NASA. Su historia es ejemplo. Y lo recalca en la entrevista de Historias que Laten:
-Siempre hay que creer en uno y el sueño que uno tenga. Mi consejo para las niñas es que no importa si alguien te dice que eso no es para ti, que tú no puedes, que tú vienes de no sé dónde y nadie lo puede lograr; esos solo son ruidos en el camino, porque cuando tienes las metas claras y quieres algo, los caminos se abren para alcanzarlo.