En la aldea
21 diciembre 2024

Las primarias como acto de rebeldía: primero el qué, después el cómo

“Unas primarias exitosas hoy pueden cambiar el curso de muchas cosas. Esa es la tarea: fortalecernos hoy lo más que podamos para aumentar nuestra capacidad de influir sobre qué y cómo ocurren las cosa en el futuro. Si organizamos una consulta ejemplar desde todo punto de vista, ello será un ejercicio de pedagogía política que impactará a todo el país, incluyendo al chavismo”.

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Gerver Torres | 09 mayo 2023

La oposición venezolana debate sobre la forma cómo deberían organizarse las primarias. Un problema en este debate es que hemos empezado por discutir el cómo, antes del qué. Pasamos más tiempo debatiendo sobre la posible participación en ellas del Consejo Nacional Electoral (CNE) o de la diáspora, que sobre los objetivos a perseguir promoviéndolas. Si empezáramos por esto último, nos resultaría más fácil resolver cómo hacerlas. Los riesgos de hacerlo como lo estamos haciendo, es que terminemos con unas primarias que lejos de servir como mecanismo para desalojar al régimen, le sirvan más bien a este para atornillarse en el poder, al permitirle vender la narrativa dentro y fuera del país, según la cual, contamos con una democracia tan vibrante, que hasta consiente que los opositores organicen consultas populares para elegir sus candidatos a cargos públicos.  

“No debemos sacrificar la posibilidad de fortalecernos con unas primarias bien hechas para acomodarnos a lo que pueden ser necesidades de una elección futura incierta y cuyo control está en manos del régimen”  

A mi juicio, los objetivos de las primarias deben ser básicamente dos: 1.Estimular y facilitar la movilización, organización, denuncia, rebeldía y debilitamiento del régimen; 2.Servir para escoger un nuevo liderazgo que nos guie en la próxima etapa de lucha, luego de la desaparición del interinato. Si esto es lo que se persigue, algunas definiciones sobre el cómo hacerlas se hacen más fáciles. Por ejemplo:  

      1. Participación del CNE. Es un hecho que una gran cantidad de opositores desconfía del organismo electoral; ergo, se puede decir que mientras más CNE haya en las primarias, menor o más difícil será la participación en ellas. Si se arriesga la participación, se arriesgan los objetivos de movilización general y legitimación de un nuevo liderazgo. ¿Cómo quedamos frente a una eventual confrontación nacional, si nuestras primarias resultan pocos concurridas y desanimadas?
      1. Participación de la diáspora. Si los objetivos de las primarias son los señalados, la participación de la diáspora es una necesidad y además un extraordinario recurso. Los venezolanos que hoy viven en el exterior, muchos de ellos a pesar de su deseo, pueden ayudar significativamente a promover la consulta, a generarle respaldo internacional, a movilizar sus familiares en el país para que participen, a financiarlas. Es decir, pueden contribuir de manera importante a su éxito. Su inclusión sería un punto de reunificación; algo que añora inmensamente la mayoría. Es también una postura ética. No podemos convalidar la exclusión que el régimen ha hecho de millones de venezolanos obligados a abandonar el país. Adicionalmente, si una de las tareas más importantes del nuevo liderazgo que surja de las primarias es mantener el interés de la comunidad internacional en Venezuela, ¿no resulta clave para cumplirla eficientemente que los compatriotas que están afuera participen en su elección? 

Por supuesto, todos los caminos están llenos de obstáculos y riesgos. Pero algunos de los que advertimos son el resultado de hacer una proyección lineal hacia el futuro de la situación en la que nos encontramos. Así, por ejemplo, hay a quienes preocupa la eliminación o limitación de la participación del CNE porque -argumentan- ¿cómo se va a convencer después a la gente de que participe en unas elecciones nacionales, si estas habrán de ser con ese organismo? o, con respecto a la diáspora, ¿para qué incluirlos si estarán excluidos en la elección nacional? Lo que estas preocupaciones no tienen en cuenta es que unas primarias exitosas hoy pueden cambiar el curso de muchas cosas, incluido el momento y la forma cómo se hagan unas eventuales elecciones presidenciales más tarde. Por ejemplo, es posible que el actual CNE no sea el mismo que exista el año próximo si la oposición se fortalece notablemente como resultado de las primarias. Esa es la tarea: fortalecernos hoy lo más que podamos para aumentar nuestra capacidad de influir sobre qué y cómo ocurren las cosa en el futuro. Para eso, debemos tratar de hacerlas de acuerdo con el ideal de unas primarias. Si mañana resulta obligado hacer concesiones y compromisos, el liderazgo que emerja de ellas estará en mejores condiciones de explicarle al país y convencerlo de ello.   

No debemos sacrificar la posibilidad de fortalecernos con unas primarias bien hechas para acomodarnos a lo que pueden ser necesidades de una elección futura incierta y cuyo control está en manos del régimen. Nuestro deber hoy es con nosotros mismos, con nuestra militancia, con nuestros valores y principios. Es lo que está bajo nuestro control; al menos decidir sobre cómo queremos que se hagan esas primarias. Finalmente, no debe escapársenos que, si organizamos una consulta ejemplar desde todo punto de vista, ello será un ejercicio de pedagogía política que impactará a todo el país, incluyendo al chavismo. Pondrá presión sobre ellos para que sus dirigentes actúen de manera similar; algo que no sería un pequeño problema para el PSUV y el régimen.

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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