En la aldea
18 septiembre 2024

María Auxiliadora Delgado Tabosky, “como no pudieron con el hermano, fueron por el familiar más cercano”

“En la madrugada del 9 de diciembre de 2022, otra mujer inocente, fue condenada a 30 años por terrorismo, traición a la patria y asociación para delinquir. La detención de María Auxiliadora es un patrón reiterado: como no pudieron con el hermano, fueron por el familiar ‘más cercano’ que él tenía aquí”, explica su abogada Lucila Hurtado.

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Kaoru Yonekura | 24 marzo 2023

A Osman Alexis Delgado Tabosky, alias “Jeremías”, lo acusaron en cadena nacional de ser el planificador, director y financista principal la Operación Yunque-Martillo: el intento de magnicidio con los drones en la Avenida Bolívar de Caracas durante el acto de celebración de los 81 años de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), el 4 de agosto de 2018. Al parecer, Delgado Tabosky hizo todo desde Miami, incluso detonar los dos drones de manera remota cuando éstos perdieron el control en el área protegida por los inhibidores de señal instalados. Todavía dicen que es Delgado Tabosky quien insiste en que el atentado fue ejecutado por los gobiernos de Colombia y Estados Unidos. De resto poco se habla, excepto que una de sus ocho hermanos está pagando la condena que le toca a él: María Auxiliadora Delgado Tabosky.

A Osman Delgado Tabosky no lo detuvieron porque no saben hacerlo o no quisieron -explica la abogada Lucila Hurtado, quien se encarga de la defensa de María Auxiliadora y de su esposo Juan Carlos Marrufo-. La legislación venezolana permite que, si se determina que una persona fuera del país comete un delito en contra el Estado venezolano, se usen los mecanismos para solicitar una orden de captura y pedir su extradición. La detención de María Auxiliadora es un patrón reiterado: como no pudieron con el hermano, fueron por el familiar “más cercano” que él tenía aquí.

Fue entre las cinco de la tarde y siete de la noche del 19 de marzo de 2019. Con orden de captura del 26 de febrero de ese año, alrededor de veinte funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM), encapuchados y con armas largas, se llevaron a María Auxiliadora de su casa en Valencia, estado Carabobo. Le dijeron que la llevarían a un interrogatorio, pero la trasladaron a la sede de la DGCIM de Boleíta en Caracas, y el 22 de marzo fue su audiencia de presentación. La Fiscalía le imputó los delitos de financiamiento al terrorismo y asociación para delinquir.

El 6 de mayo, el tribunal decretó la libertad restringida de María Auxiliadora con medida de presentación periódica cada quince días, prohibición de salida del país y fianza personal. Pero no fue excarcelada de inmediato. Casi cinco meses después, el 2 de octubre, se hizo el simulacro.

Nunca la liberaron. Esa “liberación” se dio después de que su primera defensa [la ONG Foro Penal] metió el habeas corpus. En consecuencia, se ordenó la liberación, pero esto desencadenó, digo yo, una venganza -aclara la abogada Hurtado.

Ese día, los funcionarios de la DGCIM les dijeron a los esposos Marrufo Delgado que los llevarían hasta su casa en Valencia. Pero en el sector Palo Negro del estado Aragua, los funcionarios les dijeron que como ellos se tenían que regresar a Caracas, tomaran un taxi. De inmediato apareció uno. Al pasar el peaje de La Cabrera, los detuvo las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) con otra orden de captura del 30 de septiembre, fecha en la que María Auxiliadora y Juan Carlos estaban detenidos en la DGCIM.

Ni les pidieron documentos, ni tenían sus cédulas de identidad para corroborar si eran o no eran los solicitados en la orden de captura, ni los radiaron, ni los habían perseguido desde la salida en Caracas, ni el taxista era taxista, sino un funcionario de la DGCIM haciéndose pasar por uno; pero que los esposos reconocieron después cuando éste conducía la patrulla que los trasladó al Palacio de Justicia para alguna audiencia.

Todo estuvo planeado para que el tribunal creyera que el órgano aprehensor estaba cumpliendo y así declarar el amparo “sin lugar”. Eso fue lo que quisieron hacer, ya lo habían hecho exactamente igual con un coronel que vivía en la calle Hélice del municipio Chacao -insiste la abogada.

El 3 de octubre imputaron por segunda vez a María Auxiliadora, esta vez por cinco delitos: terrorismo, asociación para delinquir, traición a la patria, homicidio intencional calificado en grado de frustración y homicidio intencional calificado ejecutado con alevosía y por motivos fútiles en grado de frustración. El tribunal, además, revocó su propia decisión del 6 de mayo. María Auxiliadora quedó, otra vez, sin la libertad que, en resumidas cuentas, ya le habían quitado desde el 19 de marzo de 2019.

Sin elementos de convicción, el 16 de septiembre de 2021 comenzó el juicio y en la madrugada del 9 de diciembre de 2022, María Auxiliadora, otra mujer inocente, fue condenada a 30 años por terrorismo, traición a la patria y asociación para delinquir, pese a que, en enero de 2022, el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de las Naciones Unidas pidió su liberación tras determinar que su privación de libertad es parte del patrón de crímenes de lesa humanidad en Venezuela. Recuerda Hurtado que “el juicio estuvo lleno de irregularidades”:

Presentaron los mismos hechos, los mismos funcionarios como órganos de prueba, hasta el mismo escrito acusatorio [del grupo condenado el 4 de agosto de 2022]. Todo igualito y todo fue impertinente, innecesario, inútil.

Por ejemplo: en el allanamiento sin orden en la casa de los esposos, los funcionarios incautaron una computadora y dijeron que con fotos de la Granja Atlanta en Chinácota, en el Departamento Norte de Santander (Colombia), que fue el lugar donde se realizaron los entrenamientos para operar los drones. Pero esas fotos son las de dominio público, que están disponibles en la web.

“En enero de 2022, el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de las Naciones Unidas pidió su liberación tras determinar que su privación de libertad es parte del patrón de crímenes de lesa humanidad en Venezuela”

Los funcionarios dijeron que también encontraron dos tarjetas SIM con los datos de contacto de Julio Borges y de algunas personas que presuntamente participaron en el intento de magnicidio. Pero no determinaron la información más básica: el número de teléfono asociado a las tarjetas, la persona dueña del número y si esa persona, en efecto, es la usuaria de esa línea.

Ni siquiera se pudo comprobar que las fotos y los datos de contacto realmente existieron en los equipos incautados en la casa de los Marrufo Delgado. Tampoco se supo: ¿Qué más se incautó en el allanamiento?, ¿quiénes fueron los funcionarios y quiénes son los testigos de dicho allanamiento?, ¿qué dice el acta?, ¿cuál es el número de la cadena de custodia? Si es que María Auxiliadora llamó a su hermano Osman Alexis, ¿cuál es el número de ese hermano y cuál es el contenido de esas llamadas?

Ninguna experticia vinculó a María Auxiliadora con los hechos ni con ninguna persona.

Nadie declaró que haya cometido algún delito… -enfatiza la abogada-. Solicitamos a la juez [Hennit Carolina López] que se inhibiera y ella consideró que no. Luego, la recusamos y ella decidió su propia recusación… Fue un franco abuso de poder.

María Auxiliadora sigue presa, pese a las solicitudes de su padre, Osman Delgado Hernández, a funcionarios del Gobierno de España, pues su hija es ciudadana española. Pero las negociaciones entre dicho gobierno y el gobierno venezolano sirvieron para la excarcelación de otro preso el 21 de enero de 2023: Miguel Rodríguez Torres.

***

Mientras espera la publicación de la sentencia, dice Lierka Drobinic, prima de los hermanos Delgado Tabosky:

Nosotros no sabemos qué hay detrás de todo esto. Pareciera que el interés es otro. Una vez le pregunté a la abogada si todo esto es por dinero, es algo que yo especulo.

Y tiene razones.

El intento de magnicidio fue agosto de 2018. Entonces, Néstor Reverol enumeró algunos de los bienes que le incautaron a Delgado Tabosky: la Clínica Elohim y la Clínica San Lázaro que estaba en construcción, ambas en Valencia, estado Carabobo; el Centro de Rehabilitación APS en Cagua, estado Aragua; la finca San Luis en Guataparo Country Club, estado Carabobo; locales comerciales; apartamentos; vehículos “y un conjunto de empresas de maletín para cometer actos terroristas” como OGBE Tua Productions, Ardelca, Fundación Tito Delgado, Presalud Nacional, Rehacentro Valencia, y Deltop Construcciones.

Aunque Reverol no lo dijo, también incautaron un camión; la Clínica Elohim en Maturín, estado Monagas y DAT Televisión en Valencia, estado Carabobo. Tampoco dijo lo que pasaría un mes después: en septiembre de 2018, la DGCIM secuestró a María Auxiliadora por 36 horas para interrogarla por los bienes de su hermano y los de su papá, que nada tienen que ver con los de ella. Al culminar el interrogatorio, la dejaron en la caseta de vigilancia de su urbanización.

Porque lo que sí había dicho Reverol es que la finca San Luis fue el centro de operaciones para el asalto al parque de armas del Fuerte Paramacay, en Naguanagua, estado Carabobo; asalto conocido como Operación David y de la cual, Delgado Tabosky fue señalado como autor intelectual. Así que, como confirma la abogada Hurtado, funcionarios de la DGCIM se instalaron en la casa alrededor de quince días y robaron cuadros, esculturas y hasta utensilios de cocina:

Aquí hay alguien que sabe lo que está haciendo, lo que va a pasar y hasta dónde lo dejan llegar. Es evidente que algún beneficio está obteniendo. Por ejemplo, los cargos que tenían las personas que hicieron este procedimiento en el 2019 no son los mismos que tienen ahorita y las cosas que tienen tampoco. Ahora tienen casa, carro y una vida que no pueden justificar de ninguna manera

Como dice María Auxiliadora: “El otro propósito debe ser meterse con las clínicas de mi papá, que valen millones de dólares”.

Agrega la abogada que el laboratorio de su defendida fue confiscado luego de su detención. Recuerda su prima Lierka que “de casa de mi prima María se llevaron hasta las carteras”.

Aunque todo esto es una tragedia, es menor cuando se sabe de las otras que empezaron apenas María Auxiliadora llegó a la DGCIM y le tocó estar en una celda rodeada de excrementos humanos y cucarachas, iluminada con luz blanca las veinticuatro horas del día, sin colchoneta y sin el derecho de ser mamá.

María Auxiliadora pidió que hablara de esto -dice Hurtado-. A ella no solamente le están privando su derecho a la libertad y su derecho a la salud por una condena injusta: en el momento en que la detienen estaba en tratamiento para que le colocaran sus embriones criopreservados… Se le está pasando su tiempo para poder ser madre… Creo que esta es la mayor causa de su depresión.

Una depresión que, como consta en su registro del Foro Penal, la ha llevado a tener “pensamientos suicidas”.

Es que ella tuvo un embarazo de trillizos y lo perdió -cuenta Lierka-. Estaba intentando otra vez… En las visitas me dice que ya está agotada, que ya no puede más. Obviamente uno teme que algo se le pase por la mente, porque ella no tiene recreación y tiene como año y medio que no la llevan al médico. Ella lo que tiene es su fe y, todavía, su menstruación a los cuarenta y ocho años. De ahí nos agarramos para que no le vuelvan esos pensamientos y que, cuando salga, sea mamá.


*La fotografía de María Auxiliadora Delgado Tabosky fue facilitada por la autora, Kaoru Yonekura, al editor de La Gran Aldea.

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