En la aldea
26 diciembre 2024

Economía sin empuje

“Afirmar que sin cambios estructurales y sustanciales la economía venezolana tenía un techo, no era nada sofisticado; sin embargo, a pesar de ello, igual era posible elevar ese tope al cambiar algunos aspectos alcanzables por el actual gobierno. ¿Hasta qué nivel podría hacerlo?”

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Henkel García U. | 21 septiembre 2022

La economía se ralentiza y es una realidad que se evidencia al hacer seguimiento a diferentes variables. También es algo que se oye a nuestro alrededor. Se refiere a la sensación de una economía que pierde esa fuerza inicial que se manifestó al disiparse lentamente la pandemia y sus efectos.

Recaudación fiscal, salarios, los niveles de movilidad y ofertas de trabajo, son algunas de esas variables que todavía indican crecimiento, pero de una forma mucho más desacelerada de lo que hacía hace unos meses. Si bien predominó un ambiente de bienvenida al cambio de tendencia después de tantos años de contracción económica, hoy es de preocupación y confusión.

Afirmar que sin cambios estructurales y sustanciales la economía venezolana tenía un techo, no era nada sofisticado; sin embargo, a pesar de ello, igual era posible elevar ese tope al cambiar algunos aspectos alcanzables por el actual gobierno. Por ejemplo, si se lograra una mejora en la prestación de servicios públicos, si se amplía el acceso al crédito bancario, si se solucionase el aislamiento internacional, si aumentara la producción-exportación de petróleo, sin duda ese techo se elevaría.

Pero pocas mejoras hemos visto al respecto. El Gobierno parece entender que algo hace falta. Ha intentado darle piso institucional a la apertura económica que han tomado al anunciar modificaciones a la Ley Orgánica de Precios Justos y convertirla en una ley de protección al consumidor; en la misma línea también asomaron el cambio de la Sundde (Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos) que ya no ejercería funciones de fiscalización de precios, sino estaría enfocada en la competencia. Otro ejemplo que puedo mencionar es la oferta pública de acciones de CANTV, que apunta, no solo a coquetear con el mercado bursátil, sino a levantar recursos para la mejora del servicio de telefonía e Internet. Pero no ha sido suficiente.

“¿Podrán realizar cambios tan profundos, incluidos los institucionales, para generar la confianza mínima necesaria?”

Lo ocurrido con el tipo de cambio el mes pasado deja a la luz la profunda fragilidad de la economía venezolana. Una que sigue siendo muy pequeña, sin una base institucional sólida y en la que sobra la desconfianza. Y sí, es difícil volver a confiar en las mismas personas responsables de la estrepitosa debacle, no solo de la economía, sino del país entero.

Hay varias inquietudes que formular. ¿Es posible para el actual gobierno elevar aún más ese techo?, ¿hasta qué nivel podría hacerlo?, ¿nos servirá la magnitud y el ritmo de crecimiento que pueden ofrecer?, ¿es posible otra vía para salir de la postración?, ¿podrán realizar cambios tan profundos, incluidos los institucionales, para generar la confianza mínima necesaria?

Estas preguntas hay que plantearlas e intentar darle respuestas justo ahora, en el momento previo a dos años que van a ser, nuevamente, movidos en lo político. Si bien el actual gobierno busca mantenerse en el poder, no podrá hacerlo sin una propuesta de cambio, sí, por más paradójico que parezca. Por otro lado, la oposición tendrá que hacer algo similar y también convencer a la ciudadanía de que los que hoy tienen el poder no pueden (y quizá no quieran) llevar adelante los cambios necesarios.

Entretanto, nosotros, la sociedad, los ciudadanos, tenemos la tarea pendiente de discutir, de debatir, de organizarnos, de coordinarnos para formular y proponer los cambios que creemos que deben darse para ser un país funcional, uno en el que nos sintamos sin miedo, libres, con normas claras, sin privilegios, un país con instituciones, un país que nos permita desarrollarnos plenamente con dignidad.

@HenkelGarcia

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