En la aldea
22 diciembre 2024

Caminar y masticar chicle

En medio de tantos tuits del enfrentamiento con “El Koki”, la expropiación de la sede de El Nacional o la amenaza del hampa a academias que forman talento para el beisbol. El país también es el trabajo del paleontólogo venezolano que descubrió lo que podría ser una nueva especie de mamífero gigante; o el esfuerzo de una estudiante universitaria que anunció, con legítimo orgullo, que pudo pagar la deuda de financiamiento de sus estudios. Porque Venezuela no “se arregló”, pero es mucho más de lo que pasó en la fiesta del tepuy Kusari.

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Mari Montes | 15 febrero 2022

Cada vez que hay un evento como el Super Bowl, Juegos Olímpicos, entregas del Oscar o cualquier espectáculo que se comenta en las redes sociales, no falta quien reclame que “por eso estamos como estamos”. Para estas personas, que uno supone viven para servir a causas muy elevadas, sin ninguna distracción, todo lo que sucede en Venezuela y el mundo, obedece a que los deportes y eventos de entretenimiento, distraen, como si distraerse fuese una traición o algo así. Estas cosas las expresan en sus cuentas de Twitter o cualquier otra red, y uno se pregunta si ocuparse de la ociosidad ajena no es también una manera de perder el tiempo.

Bien podríamos decirles que en lugar de estar leyendo lo que otros escriben en Twitter para responderles y engancharse, deberían dedicarse a sus asuntos trascendentales porque están perdiendo el tiempo; el esparcimiento, los ratos de ocio, de humor, de amor, de lectura o ver películas, también son muy necesarios. Comentar el show de la entrega de un premio, ver la Serie Mundial o comentar los Juegos Olímpicos de Invierno, no le resta importancia a otras informaciones. Ahora el mundo digital ha hecho que veamos menos periódicos en papel, pero tienen una primera página con titulares, y cuerpos dedicados a temas específicos: política, sucesos, arte, ciencia, tecnología, deportes, farándula, entretenimiento, internacionales, noticias curiosas, opinión de cualquier tema, cartelera del cine y obituarios.

Pretender que “estamos como estamos” porque se comenta el show del Super Bowl termina disculpando a los responsables.

La semana pasada y parece que por varios días más, la fiesta en el tepuy Kusari ha tenido muy ocupados a muchos en las redes sociales, el intercambio de opiniones, unas con respeto y otras no, sigue siendo tendencia; variaciones sobre el mismo tema, lo interesante es que aparecen más detalles y el asunto se torna más indefendible.

“El Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología cortó el presupuesto del IVIC hace varios años (…) literalmente trabajan con las uñas, pero no dejan de trabajar”

La fiesta del tepuy tuvo más repercusión en las redes que el asesinato del niño Yaelvis Santoyo Sanabria, el bebe que recibió un disparo en la cabeza de parte de un efectivo de la Guardia Costera de Trinidad y Tobago. El adolescente Ángel Joel Céspedes, según denuncia de Cecodap, quien tenía cuatro años sometido a diálisis, falleció esperando un trasplante, había hecho un llamado a Nicolás Maduro, para pedir atención a los enfermos renales como él. Más de 60 niños, niñas y adolescentes han muerto esperando recibir trasplantes desde 2017, cuando se suspendió el programa de trasplantes y procura de órganos. William Echarry  (70 años) y Ramón Blanco (66 años), fueron detenidos arbitrariamente el 12 de febrero por protestar pacíficamente, con pancartas en las que expresaron sus ideas sobre sus derechos; un tribunal precalificó la acción como un delito “Instigación al Odio”, y los dejó presos. Cada día se conocen más historias de los venezolanos que han salido huyendo, buscando fuera de Venezuela mejores oportunidades, los que salen a pie hacia el sur del Continente y están siendo blanco de acciones xenofóbicas, los que atraviesan la peligrosísima selva del Darien o los que llegan a México para conseguir entrar en Estados Unidos por la frontera, por el Río Grande o por el desierto de Arizona, sin tener la certeza de que podrán quedarse; la verdad que no cuentan los coyotes, es que la mayoría puede ser deportada por ingresar de manera ilegal, si sobreviven con bien a la travesía. Los asesinatos en Apure y cómo los irregulares de la guerrilla y los paramilitares no dejan vivir en paz en los territorios que someten.

En paralelo a la denuncia de la fiesta del tepuy, volvieron a cobrar relevancia los trabajos periodísticos que han denunciado los crímenes ecológicos que se comenten en el Arco Minero del Orinoco, también otros desmanes de “desarrollos turísticos” en Parques Nacionales como Los Roques o en El Ávila.

Y como si estuviéramos hojeando un diario, nos encontramos también con el hallazgo del paleontólogo venezolano Ascanio Rincón, quien el pasado octubre, junto con los arqueólogos Luis Lemoine y Gregory McDonald, dieron a conocer sus investigaciones sobre una posible nueva especie de pereza gigante en la Cueva de Iglesitas, en la Gran Caracas. En un extenso e interesante trabajo publicado por Tony Frangie Mawad en cinco8 donde explicaron lo que significan sus descubrimientos. La fascinante información también incluyó una realidad, y es que la ciencia también se ha visto afectada por las políticas de Nicolás Maduro. No existe un financiamiento para estas investigaciones desde que el Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología cortó el presupuesto del IVIC hace varios años, y el laboratorio de paleontología de este instituto no tiene recursos para hacer más eficiente el trabajo. Literalmente trabajan con las uñas, pero no dejan de trabajar.

“Distraerse de vez en cuando no oculta la realidad. Las dificultades, problemas y carencias no se pueden tapar, ni detrás de un tepuy (…) quienes decidimos a qué le damos relevancia somos los lectores”

En medio de tantos tuits con más de la fiesta del tepuy, del enfrentamiento con alias “El Koki”, la expropiación de la sede de El Nacional o la amenaza del hampa a academias que forman talento para el beisbol; Anaís Duarte, estudiante universitaria, anunció con legítimo orgullo que pudo pagar la deuda de financiamiento de sus estudios y podrá graduarse en el acto académico en la Universidad Católica Andrés Bello. Un tuit emocionante que nos reitera que en Venezuela no solo hay fiesta en tepuy, también debe haber fiesta por jóvenes como ella que no se rinden ante las adversidades y siguen trabajando por cumplir sus sueños.

Venezuela no “se arregló”, pero tampoco es el infierno que algunos describen.

Distraerse de vez en cuando no oculta la realidad. Las dificultades, problemas y carencias no se pueden tapar, ni detrás de un tepuy ni porque estemos pendientes de las competencias de los saltos de Yulimar Rojas o de la película del año. Quienes decidimos a qué le damos relevancia somos los lectores.

Se puede caminar y masticar chicle.

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