“Las victorias tienen muchos padres, pero las derrotas son huérfanas”. El chavismo sufrió una derrota contundente en Barinas y ni eso ha logrado que la oposición deje la pelea infantil de quién hizo más para lograr arrebatarles ese estado que para el régimen era un punto de honor mantener bajo su mando.
Barinas, como todos sabemos, es el estado donde nació Hugo Chávez, por más de dos décadas gobernado por un miembro de su familia, primero su padre, Hugo de los Reyes, luego sus hermanos, Adán y Argenis, este último derrotado en el proceso del 21 de noviembre por Freddy Superlano.
No esperaban la derrota seguros de que el apellido Chávez era suficiente para seguir mandando, sin considerar el hartazgo del pueblo barinés ante tanta corrupción y promesas incumplidas. Confiados en que ser “La cuna del Comandante Eterno” bastaba para que también perdurara el nepotismo, ni cuenta se dieron que los barineses estaban esperando la oportunidad para sacarlos.
El pueblo de Barinas está escuchando ofrecimientos de obras millonarias en dólares desde hace años, del propio Hugo Chávez, y saben mejor que todo el mundo, que son expertos en mentir. Tienen un inventario que se remonta a los tiempos de la bonanza petrolera, cuando no existían las sanciones ni nada parecido.
Por ejemplo, en 2007, en un acto transmitido por televisión, Chávez puso la primera piedra del Complejo Petroquímico de Puerto Nutrias, con la promesa de que estaría listo en 2012, y fue mentira. En 2008 prometió culminar en 4 años la construcción del Aeropuerto Internacional de Barinas, promesa que reciclaron en 2014, cuando el general Herbert García Plaza era el ministro de Transporte Acuático y Aéreo. Anunciaron que ya había comenzado la edificación en la población Barrancas, en el municipio Cruz Paredes; dos veces mintieron. Otro cuento fue el oleoducto que comenzaría desde Cabruta pasando por Barinas, para salir al Pacífico colombiano, tampoco existe. Como nunca culminaron la Refinería “Batalla de Santa Inés”, que debía estar inaugurada en 2013. De promesas de candidatos chavistas saben los barineses, por eso decidieron echarlos de la gobernación.
Desconozco cómo fue la campaña de Argenis, porque dicen que fue floja, jurando que estaba sobrado y que ya no hacía falta inventar mucho más, y tampoco la chequera era igual a la que manejaron su padre o su hermano mayor, pero la de Jorge Arreaza fue con todo. Arreaza casi parecía un candidato opositor cuando recorrió al estado, despotricando por tanta carencia, quién sabe si por primera vez, y vio que había que prometer de todo porque en todo este tiempo los Chávez han arruinado a Barinas.
Arreaza, como muchos de los miembros del gabinete de Maduro, y antes de Chávez, sirve para usarlo como un comodín, no solo repartió promesas, también neveras y otros regalos para tratar de conquistar votos. La necesidad de ganar en “la cuna” obligó a María Gabriela y a su hermanita Rosinés a unirse a la campaña de su ex cuñado, buscando revolver el sentimiento por lo que significó “El Comandante”, apelando a “el legado”, pero resulta que en Barinas ese “legado” es el mismo que dejó a todos los venezolanos: más pobreza, desigualdad, necesidades y muchos con sus hijos en otros países.
El pueblo de Barinas estaba esperando que se presentara una elección para manifestarse. En la oportunidad del 21 de noviembre decidieron a favor de Freddy Superlano, un candidato con una historia bastante cuestionable ocurrida en Cúcuta y de la que se ha escrito mucho. Un candidato que no fue muy acompañado en su campaña, precisamente por ese episodio. Sin embargo, el pueblo de Barinas usó su propia balanza y se inclinó por él, si prefieren, así estaban de cansados del oprobio de los Chávez, que eso no les importó. También es verdad que Superlano hizo la tarea, recorrió el estado y convenció a la mayoría para que votara por él, y además contó con testigos que le permitieron demostrar que había ganado.
Conocemos lo que vino luego, los atropellos del Plan República y más adelante la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de ordenar la repetición de las elecciones con el argumento de la inhabilitación de Superlano. No conformes con eso, inhabilitaron a su esposa, así que la decisión fue postular a Sergio Garrido, quien está en la política en ese estado desde que tiene 17 años, en las filas de Acción Democrática (AD). Tiene 54 años y ha estado en la Asamblea Legislativa y en el Concejo Municipal, sumado a su desempeño como dirigente en el Comité Ejecutivo Seccional de AD. Muchos no lo conocíamos, pero los barineses sí.
El oficialismo siguió repartiendo vainas y prometiendo lo que lleva 22 años prometiendo sin cumplir, mientras que la oposición se organizó en la base, se trabajó para tener testigos, y con cada quien por su lado, eso sí, hubo unidad en torno a Garrido y se dio esta victoria que significa mucho, más allá del trancazo en “la cuna” que esta vez fue peor que el otro, el anterior fue de 130 votos más, ahora la diferencia fue de 49 mil.
Diosdado Cabello se presentó en la mañana, con su estilo de bravucón, amenazante, igual que días atrás Iris Varela, con esas caras que ponen ellos de malotes, y los barineses dejaron claro que no les tienen miedo.
Tuvieron todo tipo de ventajismo, el rector Roberto Picón señaló en un hilo en su cuenta de Twitter los abusos que estaban cometiendo; censuraron programas, incluido el espacio radial de Sergio Garrido y tuvieron ese candidato que si bien no era un Chávez, fue su yerno, uno de los que conoce cómo fueron sus últimos días, hasta a Piedad Córdoba se llevaron, no sé si como una especie de “fetiche” que recuerda al comandante, mostraron autobuses, hicieron videos buscando intimidar a la gente y todo fue inútil, perdieron de calle, perdieron por pela.
No fueron las mejores condiciones, pero la mayoría fue aplastante, y se impuso.
De la figuración de Claudio Fermín y quienes lo apoyaron, no hay mucho qué destacar, salvo la pena que da ver en lo que se convirtió un hombre que alguna vez fue el abanderado del partido que fundó Rómulo Betancourt, agregar algo en esa línea sería mucho más que la atención que le prestaron los barineses.
Con tanto para analizar sobre la necesidad de rescatar la confianza del elector y el poder del voto, con lo valioso que ha sido esto ocurrido en Barinas, la discusión es que si Henrique Capriles ganó porque él mandó a votar, que Leopoldo López no, que se calle, que Juan Guaidó fue, pero que era tarde; otros que la elección fue un regalo para que creamos…
Increíble la capacidad de sabotearnos, de dividir y vivir enfrentados hasta en una victoria tan significativa.
El pueblo de Barinas ganó por su valentía, por ir a votar masivamente, por encima de temores, de amenazas y de ciertos dirigentes que siguen creyendo que son más importantes que la gente.