Quienes salen en pantalla son tres o cuatro, se han alternado a lo largo del tiempo. Llevan demasiado en el aire, mucho más del que tuvieron sus pares de la emisora Radio Televisión Libre de las Mil Colinas, la cual transmitió desde el 8 de julio de 1993 al 31 de julio de 1994 en Ruanda, jugando un papel dolorosamente importante en el genocidio ocurrido en ese periodo. La emisora se inició con apoyo gubernamental.
El genocidio de Ruanda fue un intento de exterminio de la población Tutsi por parte del gobierno hegemónico Hutu.
Las comparaciones suelen ser antipáticas o arbitrarias en casos donde está en juego el poder del Estado y la manera de pensar de la gente; sin embargo, aunque los alcances letales entre ambos medios (Venezolana de Televisión y la Radio Televisión Libre de las Mil Colinas) no se deban comparar en magnitud y horror, el principio es el mismo y los medios se parecen: Difundir el odio a cualquier precio, bajo cualquier pretexto, montando una realidad paralela.
Lo que deben tener en cuenta los chicos de ZK, lo que no deben perder de vista nunca, por su bien, es que la Corte Penal Internacional acabó condenando a cadena perpetua a dos de los dirigentes de esa emisora, y a un tercero le dio 35 años a la sombra. Hassan Ngeze, director y editor de la Revista Kangura, fue uno de los condenados de por vida. La K parece ser una constante en ciertos nombres asociados a la violencia, merecería estudios semiótico y fonológico; al parecer suena muy recia, muy varonil e imponente. Siguen quienes aman una K en su logotipo la tradición del Ku Klux Klan: he allí un enamoramiento, como mínimo, en lo sonoro.
Ahí están los chicos de Zurda Konducta, en YouTube, muertos de la risa. La verdad es que son muy dados a la risotada, parecen siempre muy satisfechos de sí mismos. Se les reconoce porque están muy rubicundos, no tienen pelos en la lengua a la hora de insultar y porque se hallan desparramados sobre sus sillones en el plató, mejor que arrellanados, con las piernas estiradas como si estuvieran en el porche de sus casas echados a la sombra mientras ven pasar el cadáver del enemigo. A propósito de echarse a la sombra en el porche de su casa, ahora les salió un programa competidor, posiblemente hecho en Miami: Kurda Konducta. Sin alusiones personales.
Los chicos de ZK comenzaron su andadura provocando en la calle a la gente que manifestaba contra el chavismo, de vez en cuando se atrevían con los dirigentes. Fueron subiendo de nivel y de piso porque se pertrecharon de cámaras en la parte alta de la Asamblea Nacional a ver qué capturaban. Si no capturaban nada, igual les daba. Estos individuos están educados en una sola hipótesis: una imagen vale más que mil palabras y mentir más que un libelo.
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Alguien, desde el alto gobierno, puso a su servicio al aparato de escucha y seguimiento que los sucesivos gobiernos chavista y madurista han ido desarrollando gracias al apoyo técnico de los cubanos, expertos en pinchar. De allí que uno de los «sketches» favoritos en ZK sea alguna llamada telefónica (seguramente editada a conveniencia), foto o vídeo de algún oponente o dirigente estudiantil o periodista independiente a quien han pescado comprando, en un bodegón, una botella de whisky. O no. No tiene que ser de whisky, no necesariamente. Puede ser un botellín de guarapita de caña con limón que, en el departamento de latonería y pintura de VTV, ponen como si fuera Etiqueta Negra de 24 años o más, si se tercia.
O puede que capturen al opositor apenas metiéndose el dedo en la nariz mientras espera que la luz del semáforo cambie: les da igual. También sirve.
Hay algo adicional y es el lenguaje. La manera de utilizar los epítetos frente a quienes consideran enemigos de la revolución es otra manera de inyectar odio. Por cierto, ellos, los chicos, le endosan la grabación, o la foto, o el vídeo, a la buena voluntad de algún patriota cooperante. Se lo inventan, el nombre. En realidad, el aparado del Estado también trabaja para ellos. Les echa una manito. Diosdado Cabello les ha hecho esa segunda.
Hacen, con su lenguaje, el trabajo sucio que a Cabello no le quedaría bien porque, tal vez, sería como demasiado para su investidura de líder. ¡Hasta Cabello tiene límites, lo crea usted o no! Pero donde él no llega, llegan los de más abajo. De hecho, no hace mucho ZK operó el «tuitazo» que se le ocurrió al del mazo para caerle en cayapa a Enrique Márquez. El vicepresidente del CNE había abierto un procedimiento contra VTV y, claro, el vicepresidente del PSUV estaba ahí en el mero medio. Cabello le sacó la jauría tuitera y le amenazó con demandarlo (una cosa en la que le ha ido muy bien, dicho sea de paso: demandar a opositores, sean reales o no). De acuerdo a la web de Tal Cual, Enrique Márquez le respondió el jueves 10 de junio: entrevistado por la agencia EFE, explicó que como presidente de la Comisión de Participación Política y Financiamiento del CNE, su trabajo consiste en velar porque no se usen recursos del Estado para hacer campañas políticas.
Por supuesto, el atrevimiento de Márquez, de tan ingenuo, parece un sketch también.
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Quienes salen en pantalla son tres o cuatro, se han alternado a lo largo del tiempo. Hoy en día, después de estar echados tantas noches en esos sillones del plató, están hechos unos gordinflones. Como Maduro. Como los generales del ejército patria-o-muerte-venceremos. Alguno de ellos llegó vía los tupamaros. Otro era camarógrafo en la planta pero, como tenía buena labia, lo pusieron a protagonizar. Deben de haber admirado mucho a la Lina Ron, habrán apoyado -en su momento- su quema de la bandera de Estados Unidos tras la acción terrorista del 11 de septiembre. Esta gente no se hace de la noche a la mañana, el proceso de envilecimiento es lento pero seguro. Por ahora están tranquilos, Diosdado vela por ellos. No como Mario Silva, que anda medio caído en desgracia.
El 19 de octubre de 2016, un equipo de producción de ZK estaba en las inmediaciones de la Penitenciaria General de Venezuela. Era una convocatoria de la Fosforito para mostrarle al país lo bello que estaba quedando el traslado de reos famélicos a una prisión aledaña donde iban a parar los renegados del pran que mandaba en la otra cárcel, la tradicional PGV. Pues bien: estas criaturas de ZK se consideran tan pagadas de sí mismas, tan sobradas, que comentaban abiertamente sus fechorías -mientras llegaba la ministra, que se hacía esperar- sin tener en cuenta que estaban entre periodistas que no conocían. Hablaban de cómo trampeaban imágenes o seguían gente para capturarle algún desliz. El líder estudiantil Juan Requesens fue uno de los que nombraron. Puede que hayan nombrado a otros, pero el testigo recuerda con especial alarma a Requesens, quien poco después (¿o ya había sucedido?) caería secuestrado por el régimen.
Eso produce el socialismo del siglo XXI, el que sembró el comandante galáctico. Una estirpe que se vanagloria de su capacidad de engaño. Jóvenes que parecen pertenecer a los entresijos del desagüe urbano. El madurismo es esa cloaca que opera a varios niveles. Todo sistematizado, nada es al azar. Estas criaturas de ZK no son una excepción, ni de broma. El sistema produce torturadores en potencia que se jactan de su capacidad de tramar y hacer daño.
@sdelanuez
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