Una conversación con un compañero de columna, a quien respeto y aprecio, me incentivó a pensar un poco más sobre el rol del sistema jurídico de un país. La importancia que tiene este en diferentes y relevantes aspectos de la vida nacional.
Parte del intercambio se basó en la premisa de que culturalmente el venezolano no tiene respeto por las leyes. No sé si hay estudios estadísticos o cualitativos sobre esa realidad, pero por percepción podría estar de acuerdo con esa afirmación. El análisis no es sencillo, porque ese mismo venezolano, que pareciera desdeñar lo legal, se comporta ajustado a las normas cuando se encuentra en un país distinto al suyo.
Pero antes de tocar lo referente a lo cultural, es pertinente abordar la importancia de un sistema jurídico que sea útil, eficaz e inclusivo. Algo que haré desde mi perspectiva ciudadana y como analista económico.
Las leyes, las cuales deben ser tan sencillas como se pueda, son fundamentales para saber cómo vamos a jugar en nuestro rol como ciudadanos. Son las que nos hacen iguales ante las situaciones y oportunidades, nuestro apoyo para hacer valer nuestros derechos, son las que garantizan la seguridad de los bienes y de la gente, también forman parte esencial de la resolución de conflictos cuando estos ocurran. Para que esto pueda darse, debe haber un sistema judicial sano, que sea producto de una selección transparente y meritoria. De esta manera la institución que quede pueda tener la credibilidad necesaria para que el ciudadano honre el sistema.
No habrá desarrollo económico verdadero, una economía de mercado será inviable, no vendrán las inversiones, ni el financiamiento requerido, los conflictos (de diferentes orígenes) no se resolverán en muchos casos, las oportunidades serán en extremo desiguales, hasta que los venezolanos no logremos un sistema jurídico muy distinto al actual, uno que nos sirva.
Es mucho lo que hay que hacer en el llamado y necesario “rearreglo institucional” que necesita el país. Sin duda, la arista jurídica es de las más importantes y una de la que poco se habla o se debate. Tenemos juristas muy buenos, y de parte del resto de la sociedad debemos darle todo el apoyo necesario para que dicho cambio se haga, eventualmente, una realidad.
A la par con ese proceso de reinstitucionalización nos queda romper viejas estructuras mentales sobre el rol de las leyes en Venezuela. Si vemos señales claras de mejoramiento del sistema jurídico, también debemos cambiar nuestra aproximación a lo “legal”. Que como sociedad empecemos a tener un profundo respeto por las leyes, por el Estado de derecho, que son parte de los elementos que deben imperar para que una República y una democracia liberal puedan nacer y mantenerse en el tiempo.
@HenkelGarcia