En la aldea
26 diciembre 2024

Argumenta Juan Guaidó:

Quien crea que desde una gobernación puede enfrentar la dictadura, no entiende el contexto que vivimos

Al exponer la brega actual de la oposición, que recién se reorganiza en una nueva plataforma unitaria, Juan Guaidó habla de cómo lograr un acuerdo integral, a través de una negociación política que puede venir por etapas. Uno de los temas para establecer una interlocución legítima en un proceso de negociación en el país es quién puede ser el garante. “La presencia de espacios como el de Noruega tiene esa utilidad, te permite formalizar el acuerdo”. Aunque no reconocerá al nuevo CNE, no descarta estrategias para un escenario consultivo que permita a las mayorías expresarse. Como la circunstancia no ha sido escogida, sino que es impuesta, no ve en ello ninguna contradicción: “El terreno de la lucha lo elige el opresor. Nosotros escogemos los mecanismos de lucha”.

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Alonso Moleiro | 04 mayo 2021

Su popularidad ha bajado y su liderazgo es contestado en parte importante de la sociedad democrática, pero Juan Guaidó sigue siendo el locutor privilegiado de la comunidad internacional respecto a la crisis venezolana y el dirigente que expresa la voluntad de los partidos democráticos más importantes. Conserva, por tanto, la franquicia de la disidencia ante la hegemonía chavista, no sólo ante Estados Unidos o la Unión Europea, sino ante las Naciones Unidas.

Enfundado en una discursiva voluntarista ante un entorno particularmente adverso, Guaidó toma nota de algunas cesiones recientes hechas por Nicolás Maduro ante las demandas opositoras -reconocimiento de crímenes, ingreso de la ayuda humanitaria, mecanismo Covax.

Su discursiva luce hoy telegrafiada y predecible, en la misma medida en que no se concreta el cambio político que claramente pide la mayoría del país.

Ahora que gravita de nuevo la posibilidad de la intermediación del gobierno de Noruega, Guaidó afirma estar dispuesto a colocar sobre la mesa una propuesta de acuerdo que incluya elecciones limpias, y ofrece de nuevo garantías políticas a la clase dirigente chavista.

“¿Cómo creerle algo a Jorge Rodríguez? Acaba de hablar de nuevo del camino electoral luego de imponer un CNE”

Juan Guaidó

-A usted se le ha criticado por hacer pronunciamientos que ofrecen una sensación de inminencia inexistente. Advertencias y señalamientos que son inferiores al tamaño de su propia fuerza.

-Yo no veo un Estado poderoso en Venezuela. Este Estado no es garantista, no puede proveer de nada a sus ciudadanos. Si yo quisiera ahora poner diésel en Apure, no podría. Ni siquiera agua. No tenemos ni moneda nacional. ¿De qué sirve el Banco Central de Venezuela? Hay un paraestado que se sirve del financiamiento al terrorismo, al narcotráfico. La lucha en el país sigue siendo la de recuperar nuestros derechos frente a ese Estado. Hemos comprimido este objetivo a la consigna de elecciones libres y justas.

-¿Ha expirado el “fin de la usurpación, gobierno de transición, elecciones libres”?

-No hemos suprimido nada en nuestra intención original, pero para facilitar los elementos de la mediación internacional, hemos englobado todo en el objetivo final: Restaurar la soberanía popular, el carácter vinculante del voto a partir del deseo de las mayorías.

-Ese objetivo luce hoy imposible.

-Parece, pero no es así. Hace siete meses Alex Saab se veía todopoderoso.  Petróleos de Venezuela está destruida y es una vergüenza. La carrera de los precios no tiene control. El salario no vale nada. El chavismo no tiene instrumentos.  Y estas no son decisiones conscientes de Maduro, es la propia situación creada por ellos la que les ha pasado por encima. Ni Pablo Escobar habría decidido que quería tener menos barriles de petróleo ni menos dinero. Podemos decir lo mismo de la Cota 905, de la frontera en Apure.

-Argumentando estas cosas podríamos estar 20 años más.

-Sin duda. ¿Cómo rompemos el círculo? Lo que no podemos hacer los venezolanos es rebajar nuestros parámetros, el fundamento de nuestros reclamos, nuestros derechos.

-Hay sectores que reclaman un cambio de estrategia, una revisión de las posibilidades electorales.

-Hay de todo: Desesperación, miedo, y en algunos casos, como hemos visto, intereses distintos, apuestas personales. Ahora el régimen se quiere presentar como dialogante y ha ofrecido concesiones: Accede al Plan de Alimentos de las Naciones Unidas, reconoce algunos de sus crímenes, se transa con el mecanismo Covax para traer vacunas. Se habla de Noruega otra vez. Pero evade lo fundamental, la consulta presidencial y la legitimidad popular del mandato. Nadie está viviendo con comodidad la situación actual, ni siquiera los integrantes de la dictadura. Dudo que un capitán del Ejército sin HCM que gane 8 dólares al mes quiera salir a enfrentar grupos guerrilleros colombianos que el propio Maduro ha tolerado. Esta situación es insostenible para todo el mundo. Hoy Maduro no gana en ningún escenario, incluso si se quedara ahí. No recibirá financiamiento, a su entorno no le van a quitar las sanciones, será cada vez más perseguido, el curso de la Corte Penal Internacional va a avanzar por lo sucedido en el Arco Minero y en las fronteras con Colombia. Nuestra propuesta es sencilla: Mantener nuestros parámetros y proponer un acuerdo para salvar a Venezuela a través del levantamiento de sanciones. Ya tuvimos una primera aproximación a este tema con lo del Plan para la Transición. Si Maduro quiere el levantamiento de sanciones hay que volver al concierto democrático. El cronograma de elecciones regionales, municipales, parlamentarias y presidenciales que le regresen la soberanía a la población puede ser incluido en ese acuerdo.

¿Y si ganamos unas elecciones y el TSJ le nombra un “protector” al Presidente de la República? El chavismo es capaz de cualquier barbaridad”

Juan Guaidó

-Una crítica recurrente: que usted está preso por el G4, que no hay mecanismos de participación en la Oposición gracias a los cogollos.

-Toda crítica hay que escucharla. Hay que analizar eso, hay una necesidad de apertura en todos los espacios. Ese es el objetivo que perseguimos con esta nueva plataforma unitaria que presentamos.

-Pedro Benítez declaraba hace poco “Guaidó ha entrado en una calle ciega cerrando las puertas electorales. Es momento de retroceder y rectificar”.

-Creo que hay desesperación en esa apreciación. Cuando tú estás sediento en un naufragio, en medio del mar, puedes creer que tomar agua salada te puede salvar. Pero no, no te salva. Y si no llueve, te puedes morir también. Maduro ha flexibilizado el ingreso de la ayuda humanitaria porque no tiene opción. Dentro del chavismo hay presiones, gente que reclama el hambre que se vive.

-Estas reflexiones sobre el carácter fallido del chavismo terminan siendo verdades a medias. Estados fallidos son Afganistán, Somalia. Aquí estamos a distancia de esas realidades. Maduro manda, reprime, judicializa y controla el territorio nacional. Nadie le disputa ese control.

-De acuerdo a los últimos reportes, somos siete veces más miserables que Zimbabue. Las relativizaciones no nos ayudan. No hay que engañarse con esto. Venezuela necesita ayuda. Desde el exterior hay gente que todavía llama Presidente a Maduro. Eso es irrespetar el problema venezolano, quitarle entidad a su gravedad. Como hay que llamarlo es como lo que es, un dictador. Yo reconozco que él usurpa el poder; es un reconocimiento explícito. El tema de la participación en las regionales yo lo veo distinto, por ejemplo, al de la composición del CNE. Yo tengo muy claro que no me voy a negar a convocar a la gente a que se haga presente en todos los espacios de participación disponibles que sean seguros. Aunque eso implique entrar en contradicción con el no reconocimiento del CNE y esta Asamblea Nacional espúrea de diciembre pasado, que ciertamente no vamos a reconocer. Se trata de buscar los mecanismos para la movilización. Tal y como se hizo en la Consulta Popular de Diciembre. La alternativa democrática está integrada hoy por 41 organizaciones. Estamos conscientes, queremos impulsar un acuerdo político para salvar a Venezuela organizando unas elecciones libres y justas; la posibilidad del levantamiento de sanciones como una garantía y la necesidad de movilizar a la ciudadanía. Porque, por otro lado, el que afirme hoy que a través de una gobernación se puede enfrentar a una dictadura, el que crea que estas gobernaciones son las del año 2010, no entiende el contexto en el que vivimos.

“¿De qué sirve la Carta de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas si no pueden evitar lo que ocurre en Venezuela? Eso es lo que no sirve. No las sanciones”

Juan Guaidó

-Siendo esta una crisis de Estado, llama la atención el extravío de la dirigencia opositora respecto a lo que piensan las Fuerzas Armadas. Particularmente desde que Henri Ramos Allup asumió la Presidencia de la Asamblea Nacional en 2016.

-La transición a la democracia y la legalidad puede ser con o sin las Fuerzas Armadas, pero nunca en contra de ellas. No es una percepción lineal lo que hay dentro del universo castrense. Algunos de ellos te lo dicen “a los opositores los meten en la cárcel, a nosotros nos matan”. Ningún dirigente opositor puede conversar de nada con Vladimir Padrino López, cosa que sería normal en cualquier democracia. Él mismo se negaría de entrada a hablar con la Oposición.

-¿Una transición política no debería hacer énfasis en ofrecerle garantías reales, verificables, al poder chavista?

-Absolutamente. En esto tenemos que esforzarnos más, en dejar esto claro. En la Fuerza Armada nadie confía en nadie. Uno de los temas para establecer una interlocución legítima en un proceso de negociación actual es quién puede ser el garante. Supongamos que uno puede poner las garantías sobre una mesa de conversaciones con los chavistas: Se levantan las sanciones, los juicios personales, pero en la Fuerza Armada no se sienta nadie capaz de garantizarlo. En parte por eso es que atentan contra la unidad desde la dictadura, compran dirigentes, procuran minar el piso del interlocutor legítimo. Es una de las cosas más importantes de la actual Comisión Delegada de la Asamblea Nacional Legítima, de los 41 partidos, de la interlocución que yo represento con la comunidad internacional. La presencia de espacios como el de Noruega, que nos reconoce como interlocutores, tiene esa utilidad, te permite formalizar el acuerdo.

-Algunos le han criticado a la Presidencia interina una aproximación maximalista sobre un posible desenlace a la crisis. Postulan una estrategia gradual, en la cual se construya la confianza con el chavismo.

-El problema ahí es el de las garantías. Una personalidad de la Oposición por sí sola no puede garantizar nada. Ni siquiera un solo partido. ¿Quién garantiza la confianza?, ¿cómo creerle algo a Jorge Rodríguez? Acaba de hablar de nuevo del camino electoral luego de imponer un CNE, de organizar unas elecciones legislativas forjadas, de encarcelar, judicializar y asesinar dirigentes políticos. ¿Quién le quitó la gobernación a Andrés Velásquez en Bolívar?, ¿quién escamoteó el Referéndum Revocatorio de 2016? Nosotros lo único que hemos hecho es proponer y defender la vía electoral, una solución honesta y decente que le sirva a toda la nación, no al chavismo nada más. ¿Cómo se logra un acuerdo con garantías? El dilema entre las posiciones maximalistas y las gradualistas es falso. ¿Cómo reinstitucionalizamos este país para que se terminen las marramucias luego de que la gente vote?, ¿es suficiente un nuevo CNE?, ¿y si ganamos unas elecciones y el TSJ le nombra un “protector” al Presidente de la República?, ¿no puede pasar? El chavismo es capaz de cualquier barbaridad. O no juramentan al Presidente Electo. O cambian las actas a los dos días, como le hicieron a Andrés Velásquez. No es exactamente un problema de gradualismos o maximalismos. Esa es nuestra lucha: Cómo lograr un acuerdo integral, a través de una negociación política fundamentada que puede venir por etapas. Un tema es el reconocimiento a un CNE que no vamos a reconocer, y el otro los mecanismos de participación del venezolano que se quiere expresar contra la dictadura, que sí vamos a impulsar. Estamos dispuestos a asumir esa contradicción, que no hemos escogido, es impuesta por el chavismo. El terreno de la lucha lo elige el opresor. Nosotros podemos escoger los mecanismos de lucha.

“Las sanciones son la única herramienta que tiene el mundo libre para enfrentar a los dictadores. Son insuficientes. Pero son necesarias”

Juan Guaidó

-La tesis “todas las opciones están sobre la mesa” está por fin descartada.

-Aquí hay supuestos aplicables al caso venezolano que justifican la cláusula de la Responsabilidad de Proteger. No hemos abandonado lo que nos corresponde por derecho. Que estén dispuestos a no a ejecutarlo quienes podrían hacerlo, ese es otro tema. Aquí hay violaciones graves a los Derechos Humanos, la Corte Penal Internacional está planteándose una investigación en contra del proceder de quienes usurpan el poder en Venezuela.

-Los efectos secundarios de las sanciones internacionales son demasiado altos para la sociedad venezolana.

-Mientas tengamos un violador de Derechos Humanos que mata, asesina y tortura, no es correcto relativizar ni banalizar la lucha que desplegamos y las herramientas que tenemos. Las sanciones son la única herramienta que tiene el mundo libre para enfrentar a los dictadores. Son insuficientes. Pero son necesarias.

-¿No está pagando el país las consecuencias de las sanciones?

-El país está hundido y quebrado a consecuencia de la pésima administración de sus recursos por parte de la dictadura. Al final del día, la destrucción de PDVSA no es consecuencia de las sanciones.

-La producción de petróleo podría arribar al millón de barriles, al menos, de no haber sanciones.

-No estoy muy seguro. Habría que analizar eso. En cualquier caso, es obvio, la crisis venezolana tiene siete años de extrema gravedad en desarrollo. El mundo libre enfrenta con las sanciones gobiernos que atenten contra los Derechos Humanos y la seguridad regional. Este es un problema regional de narcotráfico, terrorismo, violencia fronteriza, actividad paramilitar, tráfico de oro. La Responsabilidad de Proteger es una iniciativa de Kofi Annan, no es un invento de Juan Guaidó. Lo que no está funcionando es la Responsabilidad de Proteger que hemos invocado como cláusula. ¿De qué sirve la Carta de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas si no pueden evitar lo que ocurre en Venezuela? Eso es lo que no sirve. No las sanciones. La crisis venezolana plantea un reto, estamos innovando en lo que es la lucha contra una dictadura.

Rendición de cuentas

-Son recurrentes las quejas en torno a que la Presidencia interina no ha rendido cuentas del manejo de sus recursos. El informe de la Comisión de Contraloría luego del episodio de los “alacranes” no ha sido presentado.

-Aquí hay un tema con las dificultades para manejar la comunicación. La última rendición pública de cuentas de la Asamblea Nacional Legítima corresponde a julio del año pasado. Yo ordené ya informes para la rendición de cuentas de fondos públicos. Aquí viene una importante diferencia: Se han utilizado 63 millones de dólares, de 80 millones que se aprobaron en las sesiones parlamentarias del Fondo de Liberación. El 60% ha ido directamente a beneficiarios: Héroes de la Salud, Cruz Roja y OPS. Todo lo que tiene que ver con Plan Madre María a venezolanos que estaban en riesgo vital. Más un porcentaje para el propio funcionamiento de la Asamblea Nacional.

-Pero los informes legislativos no se han presentado.

-El informe legislativo se ha presentado por comisiones. Igual voy a verificar esa información. El segundo aspecto es el manejo de las Empresas del Estado, la administración de esos activos, que amerita una aproximación distinta. A veces, intencionadamente, se trata de mezclar todo. Eso perjudica la comprensión del asunto. Son cosas que hay que poner en perspectiva: 80 millones de dólares es un monto que en un año puede administrar la Alcaldía de Naguanagua. De esos, se han invertido 63 millones. Lo demás estará reconducido. Cada directiva de las empresas del Estado, de los activos recuperados, debe rendir cuentas. Esas auditorías se han hecho en todo momento, las internas también. Hemos trabajado en la revisión de estos casos con la colaboración del Departamento de Estado de los Estados Unidos.

-¿Siente que han perdido la confianza de Estados Unidos, que hay insatisfacción con la forma que ustedes trabajan?

-No, en absoluto. Todo lo contrario. Aquí se han fomentado dudas mezclando la ayuda humanitaria con los activos recuperados. Campañas que se montan, laboratorios, con bots de redes sociales. Lo ha dicho Usaid, los aliados, las agencias de cooperación: Nosotros no manejamos fondos, los canalizamos. Los montos que administramos, por lo demás, son insuficientes para el tamaño del monstruo que enfrentamos. No niego que tenemos que mejorar nuestras comunicaciones y explicarnos mejor.

“Nosotros estamos luchando por restaurar los derechos fundamentales de la República, el país y los ciudadanos, contra una dictadura que está en guerra contra los ciudadanos”

Juan Guaidó

-En ciertos sectores moderados de la Oposición se le reclama por la estrategia para recuperar Citgo. Han llegado a responsabilizar a la Presidencia interina de daños patrimoniales al país.

-Bueno, yo no llamaría a esa gente oposición moderada. Eso es una falacia. La deuda de Citgo tiene 15 años, su hipoteca. Chávez expropió Crystallex, no pagó por los daños y metió a la República en un grave problema legal. Con eso comprometió los activos del país. Los bonos 2020 los emitió la dictadura. Querer mezclar eso es un ataque solapado al esfuerzo que estamos haciendo para mantener los activos de ultramar en el país. Activos que están en riesgo, ciertamente, lo hemos dicho desde el comienzo. Venezuela tiene una altísima cantidad de demandas gracias a la gestión irresponsable de Chávez y Maduro. Nos ha ayudado la comprensión de la comunidad internacional la lucha que estamos dando, ellos saben en manos de qué clase de gente estamos. Citgo no se ha perdido porque aquí hay un Gobierno Encargado.

-¿Qué fue lo que pasó con Winston Flores?

-Es una medida interna de Voluntad Popular, disciplinaria. Estoy apartado de la militancia del partido y no conozco los detalles.

-¿No siente que a veces queda la sensación de que hay temas que no se responden?

-Hacen falta mecanismos. El proceso de rendición de cuentas de cada comisión ha sido ordenado por mí. Hay que saber diferenciar las cosas en un momento tan complejo como el venezolano: ¿Cuál es nuestra burocracia en un gobierno encargado?, ¿cuál es el tribunal que puede sustanciar, aunque sea una sospecha? Estamos trabajando con las uñas.

-Pero ustedes pueden tomar decisiones con los sospechosos de corrupción, sacarlos, aleccionarlos frente al país, como un cuerpo que se depura.

-Sin duda. Pero hay que tener las pruebas. Hay que tener cuidado. Es fácil apuntar a cualquiera y lanzarlo a los lobos. Sería una injusticia. Luego del escándalo que se quiso hacer con el episodio de Cúcuta en 2019, por ejemplo, Transparencia Internacional declaró que en ese episodio no hubo dolo. No se estaban manejando fondos públicos, era un esfuerzo privado. Ahí se hicieron señalamientos a priori. En un país sin acceso a la justicia, donde cualquiera puede pescar en río revuelto y hay intereses en la Oposición para hacernos fracasar, actuamos con rapidez ante la duda. ¿Quién resarce el honor de las personas señaladas por eso? Estas cosas pasan porque hay gente que quiere sembrar dudas sobre este esfuerzo, intrigar para sus propios fines. Ese tipo de reflexiones del tipo “de lado y lado”, como si los dos lados fuéramos iguales. Nosotros estamos luchando por restaurar los derechos fundamentales de la República, el país y los ciudadanos, contra una dictadura que está en guerra contra los ciudadanos.

Desenlaces pospuestos

-¿Estaría dispuesto a reconocer que a esta lucha le quedan varios años? De ser así, ¿cómo evalúa la posibilidad de la próxima elección presidencial en 2023?

-Algunos quizás pudieran aguantar hasta ahí. El país no llega al ‘23. Venezuela vive una crisis superlativa sin precedentes. La más grave en 200 años. Los indicadores de Venezuela son alarmantes. El país llegará, yo no sé si la gente. Hay que hacerse cargo de ese dolor. No podemos relativizar ni suavizar lo que está pasando por cálculos políticos. El tema aquí no es quién será el próximo candidato a la gobernación de Monagas. ¿Qué hay que ser táctico, estratégico, hacer política, evaluar escenarios, hacer concesiones, tomar decisiones coyunturales? Por supuesto. En eso estamos. Nosotros no vamos a atropellar al chavismo. No queremos revancha. Estamos dispuestos a pactar y ofrecer garantías, si se juega limpio. Cristopher Figuera, Luisa Ortega Díaz, no están sancionados, están tranquilos. A nadie hemos perseguido, los hemos respetado, queremos sumar y acordar por el país. Lo hemos demostrado.

-Lo que aquí no se ve por ningún lado es el “cómo”.

-No se ve factible todavía. Esto tiene que ver con intangibles. El “cómo” lo tenemos en la mesa. El asunto es hacerlo inevitable, tal y como fue inevitable el ingreso del Programa de Alimentación. Yo como Presidente interino tengo hoy ocho o diez veces más entrada e interlocución con Naciones Unidas, muchísima más interacción, oídos, vínculos, compromisos, con todos los actores internacionales poderosos, al menos el doble si lo comparamos con 2019. Hicimos la Consulta Popular y la gente nos acompañó, la Comisión Delgada gira por el país en medio de la pandemia, hemos salido a las calles pidiendo vacunas. Pero esto no es fácil. Hace poco me escribió el canciller de Corea del Sur deseándome pronta recuperación por haber estado contagiado de coronavirus: yo estoy seguro de que la mitad de los venezolanos ni siquiera se enteró de que yo estuve enfermo.

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