La directora brasileña, Anna Muylaert, explora en Una segunda madre la hipocresía y las paradojas de la relación entre los dueños de casa y la mujer que les ha servido por más de una década. Frente a la lealtad y un amor incondicional está latente un asco y una envidia siempre a punto de manifestarse. Anna Muylaert nos asoma a un lado desconcertante de la ecuación: el odio de clase puede habitar con más fuerza en quien cree tener más poder y más que perder.
*El video fue facilitado por el autor, Federico Vegas, al editor de La Gran Aldea.