La gestión del presidente Nicolás Maduro ha estado marcada por la recesión económica, la alta inflación y las fallas de los servicios básicos, y en 2020 ese colapso sumó seis años en un marco de mayores sanciones estadounidenses, además de la pandemia del coronavirusCovid-19 que asestó otro golpe a los sectores económicos que venían de enfrentar casi dos décadas de un modelo de controles, cuya flexibilización llegó tardíamente.
En ese largo deterioro, la población se ha empobrecido más y se ha ampliado una brecha de ingresos entre las personas que ganan en bolívares y aquellos que reciben alguna compensación en divisas.
Así, el 2021 empezará con la prolongación de la crisis que ha dejado una economía enana y con el Gobierno retomando el control de la única institución que estaba en manos opositoras: El Parlamento. La administración de Maduro mantendría así la relajación de los controles en la que una parte del sector privado buscaría maneras de cohabitar.
¿Cómo estuvo el 2020?
Sanciones y maniobra petrolera. En 2019 Estados Unidos aumentó las sanciones a PDVSA, que el Gobierno sorteó mediante la colocación de crudo en mercados asiáticos gracias a la petrolera rusa Rosneft, estrategia que siguió en los primeros meses de 2020 hasta que Washington recrudeció las sanciones a dos filiales de la petrolera rusa. La medida fue un golpe a la comercialización, pero la estatal petrolera en su estrategia logró mantener intercambios de crudo por combustible con cuatro petroleras que recibieron luego presiones estadounidenses y buscó formas poco comunes para vender el crudo mediante transbordo de barco a barco, reseñó Reuters. Frente a las limitaciones y los años de desinversión, la producción siguió en picada y estuvo por debajo de los 480.000 barriles diarios, cuando en 2019 cerró en torno a los 900.000 barriles. A la coyuntura se sumó una caída de los precios petroleros por la recesión global a causa de la pandemia. Con todas las maniobras, los ingresos habrían rondado los 20 millardos de dólares, según estimaciones de Ecoanalítica.
Los nuevos actores. En la medida que han profundizado las sanciones, el gobierno de Maduro estrecha alianzas con otros países. Turquía y Rusia fueron el soporte durante el 2019 y luego en 2020, y a ese grupo se añadió Irán, país que realizó envíos de gasolina pagados en parte con oro. En medio de la cuarentena nacional para controlar la pandemia, la crisis de combustible se agudizó por el deterioro de años en las refinerías que era compensando con la importación, y que se afectó por las sanciones. Esa relación con Irán se amplió a otras áreas como la compra de medicinas y comida.
Bajo desempeño. Pese a que fue una medida tardía, la flexibilización de las regulaciones y ese leve respiro que tuvieron los sectores de la economía se desvaneció con la pandemia y la aplicación de la cuarentena en la que por meses operaron sectores fundamentales. Si bien desde junio se permitieron a más áreas trabajar parcialmente, ello no ha evitado que las actividades clave siguieran en declive por la menor demanda, la crisis de los servicios básicos y las fallas en el suministro de gas doméstico y gasolina. Al cierre del tercer trimestre del año, las empresas operaron a un 22% de su capacidad, según la encuesta de Conindustria, que agregó que varias industrias cerraron líneas de producción y redujeron su nómina. Aquellas que se mantuvieron en pie recurrieron a sus propias divisas para importar insumos. No obstante, las firmas económicas estiman que la economía terminará con una caída mayor 30% del PIB.
Inflación y mayores transacciones en dólares. La alta inflación persistió en el 2020 lo que terminó de pulverizar más el bolívar y deteriorar el ingreso de los venezolanos; en paralelo, las transacciones en dólares aumentaron y ya más de 50% de las compras y bienes en las principales ciudades del país se realizan en divisas; cuyos orígenes son de diversas fuentes desde remesas, compensaciones salariales y hasta operaciones ilícitas, de acuerdo con lo indicado por analistas.
¿Qué viene para el 2021?
Supervivencia petrolera. A finales de 2020 la industria petrolera buscó maniobras para volver a colocar crudo en mercados asiáticos, y para 2021 la estatal seguiría buscando maneras de exportar por canales no regulares. Aunque el cambio de administración en Estados Unidos de Donald Trump a Joe Biden genera la expectativa de una revisión de las sanciones, analistas señalan que en el corto plazo no se vislumbran cambios. Firmas como Ecoanalítica estiman ingresos por el orden de los 6 millardos de dólares.
Menos actividad. Para 2021 habrá “una estabilización en el foso”, dijo Asdrúbal Oliveros, economista y director de Ecoanalítica, en un foro realizado en noviembre. Se proyecta que la caída de la economía no será a las mismas tasas de años anteriores. LatinFocus en su reporte estima un retroceso de 2% del PIB. La encuesta de Conindustria reveló que 35% de las empresas consultas prevén mantener su producción, y solo 28% contempla elevarla. Analistas señalan que el Gobierno seguirá favoreciendo las importaciones por parte de privados para garantizar la estabilidad de los inventarios de productos.
¿Cohabitación? El Gobierno mantendrá la flexibilización de regulaciones en 2021 y un mayor acercamiento con el sector privado. En 2019 el vicepresidente de Economía, Tareck El Aissami, inició una aproximación con grupos de empresarios que llegaron a señalar que la relajación de los controles era irreversible. Recientemente, el Gobierno hizo cambios y la vicepresidenta Delcy Rodríguez, que también es ministra de Finanzas, le ha quitado parte del poder a El Aissami al llevar las riendas de la política económica. Ha tenido reuniones con empresarios en las que los está impulsando a comerciar con países asiáticos y del Medio Oriente, reseñó Reuters. Una línea que algunos privados ven con dudas, pero otros están dispuestos a seguirla y convivir. Incluso, no se descartan alianzas o cesiones de empresas nacionalizadas bajo la “Ley Antibloqueo”.
Altos precios y persiste dolarización. En 2021 el país entraría en su cuarto año de inflación de cuatro dígitos, que LatinFocus estima superior a 1.500%, lo que seguirá empobreciendo más a la población. En ese contexto, las transacciones en dólares seguirán creciendo.