En la aldea
26 diciembre 2024

“Venezuela significa todo para mí, es donde vivo, donde tengo raíces que me impiden contemplar la posibilidad de irme para otro lado”.

Carlos Osuna y el compromiso ciudadano

“Empoderar al venezolano de su ciudadanía, de la misma manera en que me empoderé de la mía”, palabras de Carlos Osuna un venezolano comprometido con el trabajo de formación ciudadana para articular, orientar, y organizar a la gente para crearle la conciencia del rescate de la democracia, enmarcado dentro de la Protesta No Violenta. “Creo que la clave para la Venezuela que queremos ahora y en el futuro está en la educación, tanto la familiar como la académica”, enfatiza.

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Carolina Jaimes Branger | 23 octubre 2020

¡Qué grato entrevistar a un amigo y poder reconocerle su callada labor en pro de la construcción de ciudadanía! Carlos Osuna es, por encima de todo, un hombre de compromisos. Su deseo de ayudar al prójimo vino, sin que él se diera cuenta, cuando buscaba ayudarse a sí mismo. Y es que uno tiene que conocerse y quererse para poder ayudar a los demás.

Conversar con él es un placer. Su tono suave, tranquilo, sus reflexiones profundas, su conocimiento del ser humano, en el que ahonda desde que inició sus estudios de Sicología, es un alimento para el alma. Es un padre, abuelo, hijo y amigo incondicional.

Se descubrió como político en la siembra de ciudadanía. Hizo suya la frase de Simón Rodríguez a Bolívar: “No hay república si no existen republicanos”. Su labor es el ejemplo de que todos tenemos algo que aportar y debemos aportarlo, sin esperar a que otro haga la diligencia.

Un trabajador incansable, ahora divide su tiempo como corredor de seguros y su labor voluntaria en las comunidades.

“El trabajo de formación ciudadana es político, más no partidista. Hago la salvedad de que no es excluir a los partidos, no es de lo que se trata. Yo asumo la política como la relación entre el ciudadano y la polis, la ciudad”

Carlos Osuna

-¿Cuáles son las lecciones que te quedaron de tu infancia y temprana juventud?

-Las lecciones que me quedaron, fueron todas… aunque aún no he aprendido de la mayoría. Pienso que la lección más importante -y que además definió el curso de mi vida- fue el divorcio de mis padres. De ese momento en adelante, debí hacerme responsable de mí mismo, aunque no lo sabía, no me daba cuenta de qué se trataba. Al principio, a pesar de la ruptura de mis padres y todo lo que eso conlleva (dentro y fuera), sentí alivio. El conflicto y las discusiones entre ellos me producían una sensación interior que desconocía y no sentía tranquilidad y paz. Hoy no recuerdo como fue la decisión, pero terminé viviendo en una residencia para estudiantes en Los Caobos, para el momento, una aventura. Quería continuar mis estudios de noche, a pesar de lo difícil que era, pues nunca fui un buen estudiante. Además, tenía que trabajar para mantenerme, por lo que fue necesaria la autorización de mis padres para ello. Tenía 16 años. Por todo lo que te narré, me parece que la lección más importante ha sido, la responsabilidad.

-No terminaste la carrera de Sicología por pocos meses, pero has seguido profundizando en esa rama del conocimiento. ¿Es una búsqueda personal, un deseo de ayudar a otros, o ambas cosas?

-En aquellos tiempos no lo sabía. Pero hoy, estoy seguro de que era una búsqueda personal: Tenía la fantasía de que estudiando psicología podría descubrir (quizás descubrirme) lo que sucedía dentro de mí. Necesitaba sentir tranquilidad interior.

-Eres junguiano. Has estudiado los arquetipos, la antropología y la interpretación de los sueños. Jung en sus inicios era seguidor de Freud y luego se separó del psicoanálisis para adentrarse en la sicología profunda. ¿Por qué te quedaste con Jung?

-Este es otro de esos momentos que impactó en mi vida de forma determinante. Participaba de un grupo de terapia Gestalt y alguien comentó que se inscribió en un curso de Sicología de los Arquetipos de Jung, con una conocida terapeuta. La sensación fue como de seducción. Me inscribí. Fue entonces cuando empecé a ver a través de los mitos y de las imágenes mi mundo interior, que a su vez me permitió mirar afuera de manera diferente. Tener la sensación de contención y reconciliarme conmigo.

Carlos Osuna
“A esto nos dedicamos, a formar ciudadanos en toda Venezuela, a que este se empodere del ser ciudadano conociendo sus derechos y sus deberes”.

-Tienes un trabajo -de muy bajo perfil, pero muy eficiente- empoderando personas dentro de las comunidades más pobres y desprovistas de muchos recursos humanos. Háblame de esa experiencia enriquecedora.

-Es una vivencia muy enriquecedora y de aprendizaje, que se desarrolla a través de Creemos Alianza Ciudadana, que es una plataforma de organizaciones civiles y ciudadanos cuyo fin es articular, orientar, organizar al ciudadano para el rescate de la democracia enmarcado dentro de la Protesta No Violenta. A esto nos dedicamos, a formar ciudadanos en toda Venezuela, a que este se empodere del ser ciudadano conociendo sus derechos y sus deberes. Creo que la clave para la Venezuela que queremos ahora y en el futuro está en la educación, tanto la familiar como la académica. 

-De ese trabajo a la política hay tan sólo un paso. ¿Te atrae la política?, ¿por qué sí o por qué no?

-Pensaba que mirar los toros desde la barrera, no me hacía político. Sin embargo, al momento de emitir una opinión o un juicio, respecto de lo que algún actor del Gobierno o de los partidos dijera o hiciera, me convertía en actor político, aun cuando no estuviese claro en ello. Un día, algunos años atrás, acompañé a mi pareja a uno de los talleres que ella dictaba para Creemos Alianza Ciudadana. Entonces, inicié los pasos en el tema de la activación ciudadana, sin pensar que fuera política, hasta que comencé a reflexionar que tengo un compromiso ciudadano y por tanto político y ello me lleva a leer, estudiar y aprender de política. El trabajo de formación ciudadana es político, más no partidista. Hago la salvedad de que no es excluir a los partidos, no es de lo que se trata. Yo asumo la política como la relación entre el ciudadano y la polis, la ciudad. Hoy día veo que una de las razones más importantes y con mayor peso para que estemos pasando esta situación en Venezuela, se debe a falta de una educación apropiada. El concepto “pueblo” y no “ciudadano” pesa mucho, debido a que se ha hecho cultura. Mostrarle al venezolano que como ciudadano tiene deberes y derechos y que este lo asuma así, es la tarea. Empoderar al venezolano de su ciudadanía, de la misma manera en que me empoderé de la mía. Sí, me atrae la política y las razones son las que te acabo de comentar.

-Has sido un exitoso corredor de seguros. ¿Hay algún secreto para mantener una cartera de clientes por tantos años?

-El secreto, para mí, es uno solo: Trabajar, hacerlo con tesón, profesionalismo, formación. A todo esto, debe acompañarlo el respeto. Respeto por las personas y empresas que creen y confían en ti. En otras palabras, valores. En estas circunstancias que vivimos, se hace difícil el trabajo. La pandemia y la cuarentena tienen un impacto importante en el desempeño y en cada una por separado: La pandemia por el Covid-19, como enfermedad afecta los seguros, y aun cuando las epidemias están excluidas de la cobertura de las pólizas, las aseguradoras del país han decidido otorgar la cobertura. Además, a pesar de que la tecnología se ha convertido en una herramienta importante para gestionar el trabajo, la cuarentena restringe toda actividad.

-¿Qué significa Venezuela para Carlos Osuna?

-Venezuela significa todo para mí, es donde vivo, donde tengo raíces que me impiden contemplar la posibilidad de irme para otro lado. Aun cuando mi familia está dispersa, tengo una hija y nieta en Bruselas, otra nieta en Australia y mis hermanas en España, también tengo una hija y dos nietas aquí. Toda esta situación en Venezuela, me ha llevado a aportar todas las herramientas que me sean posibles, para transformarla en una sociedad democrática capaz de impedir que nos suceda de nuevo este desastre. Tengo confianza en que ese esfuerzo se verá recompensado viviendo aquí, en el país que realmente queremos. No el mito que nos han impuesto.

*Las fotografías fueron facilitadas por la autora, Carolina Jaimes Branger, al editor de La Gran Aldea.

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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