En la aldea
05 febrero 2025

La Gran Aldea sigue activa y en defensa de la libertad de expresión

Nuevamente intentaron dejar a La Gran Aldea fuera de línea, para que los usuarios no puedan consultar los contenidos preparados por nuestro equipo de periodistas y colaboradores. El más reciente ataque nos mantuvo casi dos días con la página caída, pero este tipo de acciones no nos desalientan ni nos acobardan; al contrario, nos hacen regresar a nuestro manifiesto inicial: “La Gran Aldea nació como una plataforma periodística que busca esclarecer la información, hacerla de utilidad para sus lectores y usuarios, y convertirla en una herramienta transformadora”. Gracias a todos por el apoyo.

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Redacción LGA | 12 octubre 2020

La Gran Aldea nació con un propósito claro: Ofrecer información para entender. Con poco más de un año de actividad este medio ha abierto espacios para el debate y el encuentro, siempre comprometidos con nuestra misión informativa y con total respecto al derecho ciudadano a la información.

Este trabajo despertó ataques sistemáticos hacia nuestra página, que una y otra vez han intentado dejar a La Gran Aldea fuera de línea, para que los usuarios no puedan consultar los contenidos preparados por nuestro equipo de periodistas y colaboradores. El más reciente nos mantuvo casi dos días con la página caída en una avanzada para obligarnos a retirar de nuestra oferta informativa la nota “La nueva cara bonita de Haiman El Troudi” escrita por nuestra compañera Elizabeth Fuentes.

En ese texto se compila información importante sobre la participación de El Troudi en el gabinete, como diputado, sus viajes a París y la congelación de 48 millones de dólares relacionados con el caso Odebrecht, entre otros muchos elementos abiertos y a la espera de investigación por parte de las autoridades.

El ánimo por borrar esta trayectoria es lo que al parecer llevó al ex ministro a contratar firmas de limpieza reputacional, de esas que intentan desmontar la huella digital de las acciones de sus clientes, y en esa labor llegaron a la nota publicada por La Gran Aldea. Primero amenazaron con acciones legales contra la página y luego ejerciendo presión sobre el hospedador de nuestro servidor, argumentando que existía una denuncia de que nuestra nota sobre El Troudi era un plagio. La verdad es que la denuncia la había hecho un blog que duplicó nuestro contenido y manipuló el CMS WordPress para mostrar una fecha de publicación anterior a la nuestra.

Vale decir que las publicaciones completas de dicho blog (https://silvavan.wordpress.com) son textos copiados de otros portales, en esencia relacionados con Haiman El Troudi, lo cual permite inferir que se trata de un sitio web preparado para apoyar en su blanqueo reputacional.

Esta historia se suma al expediente que venimos construyendo con todos los ataques que hemos recibido, y con el cual haremos todas las gestiones que sean necesarias para seguir adelante exponiendo a quienes intentan silenciar a los medios de comunicación que les resultan incómodos.

Este tipo de acciones no nos desalientan ni nos acobardan. Al contrario, nos hacen regresar a nuestro manifiesto inicial:

La Gran Aldea nació como una plataforma periodística que busca esclarecer la información, hacerla de utilidad para sus lectores y usuarios, y convertirla en una herramienta transformadora.

Nuestro objetivo es facilitar la comprensión de las circunstancias actuales con rigor periodístico, dando una mirada a sus raíces y protagonistas, para generar una visión prospectiva de los temas.

Somos una misma comunidad ciudadana preocupada por su país, que no se conforma con mirar y repetir lo que otros dicen, sino que quiere construir caminos.

Esa conexión es poderosa, y como venezolanos debemos tomar conciencia de ello.

En La Gran Aldea somos un semillero para la generación de ideas, una vía para hacer comunidad. Eres parte de La Gran Aldea.

Gracias a todos por el apoyo brindado en esta coyuntura. Seguimos adelante ofreciendo “información para entender”.

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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