En la aldea
15 enero 2025

El vapeo, la “otra pandemia”

Los vapers o cigarrillos electrónicos, inicialmente catalogados como inocuos, generan dependencia y pueden producir problemas respiratorios muy severos. El doctor José Octavio Isea Dubuc explica cómo no todos los problemas respiratorios son producidos por el coronavirus, y que se debe estar atentos también a esta “pandemia” creada por el mercadeo, que originará problemas pulmonares a corto y largo plazo. “En 500 jóvenes encuestados, más del 50% admite una mayor frecuencia en su consumo durante estos meses de cuarentena por el Covid-19”.

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Los vapers son dispositivos electrónicos operados por baterías que calientan un líquido para generar vapor, que el usuario inhala con fines recreativos. Hasta aquí suena como algo común, inocente, nada que llame la atención. Pero resulta que el líquido de los cigarrillos electrónicos contiene nicotina y otras sustancias que no son tan inocuas como los usuarios quieren creer.

Concebidos para semejar el tabaco convencional sin producir humo ni olor -ni daños-, los cigarrillos electrónicos fueron inventados en China en 2003. Apenas tres años después, en 2006, entraron al mercado europeo y a los Estados Unidos donde se les vio como una ayudar para reducir el consumo de cigarrillos y con ello el riesgo de los males asociados al tabaquismo: Cáncer; enfermedad coronaria; enfermedad periodontal; envejecimiento de la piel; bronquitis crónica; fibrosis pulmonar; bronquiolitis respiratoria; neumonitis intersticial descamativa; empeoramiento del asma; enfermedad pulmonar obstructiva crónica y enfisema, entre otros.

Cigarrillos electrónicos.
Cigarrillos electrónicos.

Ante el auge en el uso de vapers, por su supuesta inocuidad, las pequeñas compañías iniciales fueron adquiridas por las grandes tabacaleras, que vieron una gran oportunidad ante la reducción en el consumo de tabaco y la restricción de su uso por las normas regulatorias que prohíben consumir cigarrillos en espacios públicos. Las ganancias anuales estimadas en Estados Unidos por venta de cigarrillos electrónicos están en el orden de los 25 mil millones de dólares, según cifras reportadas en 2019; y se calcula que el rédito, en diez años, por las ventas de cigarrillos electrónicos sobrepasa todas las ganancias acumuladas de ventas de cigarrillos convencionales desde el siglo XX.

Los vapers y cigarrillos electrónicos son fácilmente accesibles en Venezuela en las innumerables tiendas en los centros comerciales, pero también por Internet y reparto a domicilio. Su venta no está sujeta a ninguna regulación, no existe restricción en su consumo y es de venta libre a menores de edad.

Te tengo una mala noticia

Contrario a la idea generalizada, la adicción a los cigarrillos electrónicos es la misma que la provocada por el cigarrillo de combustión; y es favorecida, de manera muy rápida, por la nicotina absorbida por los vasos sanguíneos en las mucosas y el tracto respiratorio. La nicotina actúa sobre un receptor en el sistema mesolímbico del cerebro, liberando dopamina y otros neurotransmisores que producen placer, mejoría en el estado de alerta y euforia. Este efecto es transitorio y va seguido por la caída en los niveles de nicotina y dopamina, ante lo cual se apela a un consumo repetido, que termina por desensibilizar al receptor, generando abstinencia que se traduce en ansiedad, malestar, mal humor y la necesidad compulsiva de restablecer y mantener un nivel de nicotina en sangre para evitar estos desagradables síntomas. Todo esto que impulsa al consumidor a fumar cigarrillos o a usar el cigarrillo electrónico o vaper.

La adicción es variable. Puede ser muy intensa o de menor grado. Mientras más severa es la adicción más difícil es detener el consumo, e incluso puede existir una propensión genética que la determina.

En suma, los cigarrillos electrónicos, inicialmente catalogados como inocuos, generan dependencia y pueden producir problemas respiratorios muy severos. Su inicio temprano en niños y jóvenes es puerta de entrada para el consumo de cigarrillos de combustión y uso de marihuana. En cerebros no desarrollados, antes de los 21 años, la nicotina inhibe el control de los impulsos e introduce cambios en la capacidad cognoscitiva.

Es conocido, en estudios de prevalencia realizados en Estados Unidos, que algunas conductas inapropiadas ocurren más frecuentemente en jóvenes usuarios de vapers en relación a los abstemios, que se traducen en mayor ingestión de alcohol, uso de marihuana, cocaína, metanfetamina y conducta sexual promiscua.

En Venezuela, el mercado y la demanda han hecho evolucionar modelos y diseños (Imagen 2) para propagar el uso de estos adminículos. La propaganda con el prototipo de jóvenes exitosos usando vapers, así como la concepción errada de la ausencia de peligro de este hábito, han favorecido la creación de un público joven consumidor, con una prevalencia mayor de 25% en estudiantes de educación media en colegios privados de la región capital, y que se inician muchas veces antes de la adolescencia.

Modelos y Diseños Vapers (Imagen 2).
Modelos y Diseños (Imagen 2).

Y para colmo…

El enclaustramiento por la pandemia ha aumentado su uso en los domicilios. En 500 jóvenes encuestados, más del 50% admite una mayor frecuencia en su consumo durante estos meses de cuarentena por el Covid-19.

La última generación de estos dispositivos la constituyen los denominados JUUL (Imagen 3), que han desplazado a los otros modelos, y tienen un costo aproximado de 40 dólares. Contienen cartuchos recargables de apariencia discreta, pequeños, que no son detectados por los controles en los colegios y que pueden estar compuestos por nicotina o tetrahidrocannabinol. El JUUL contiene 90% de propilenglicol o glicerina, que genera el vapor; 5% de nicotina; 4% ácido benzoico; y saborizantes de 2% a 5%, tales como caramelo, menta, canela, frutas, torta de queso, chocolate, etc. Un cartucho de JUUL puede contener el equivalente en nicotina al de un paquete de cigarrillos de combustión, que se pueden consumir en pocas horas y su costo oscila entre 5 y 8 dólares por cartucho.

JUUL y cartuchos vapers (Imagen 3).
JUUL y cartuchos (Imagen 3).

En el variado mercado de los vapers, hay muchos tipos de dispositivos para cargar las mezclas que generan vapor saborizado. De hecho, hay más de 7.000 variedades a gusto del consumidor. El contenido de un frasco utilizado para el vapeo, con dispositivos diferentes al JUUL [(tanques, Mods, etc.) imagen 4], contiene 20mg. de nicotina. Como el envase es atractivo en colores, sabor y diseño, puede ser ingerido accidentalmente por infantes con consecuencias letales (la dosis de nicotina mortal es de 10mg. al ser ingerida).

Variedades de líquidos y dispositivos (Imagen 4).
Variedades de líquidos y dispositivos (Imagen 4).

El calentamiento de estos compuestos, al generarse el vapor, puede contener residuos de plomo; níquel; cromo; manganeso; nitrosaminas; arsénico; carbonilos; fenoles; cobalto; formaldehido; acetaldehído; acroleína; butano y óxido de propileno, entre otros, que inducen irritación orofaríngea, inflamación pulmonar, aumento del estrés oxidativo; inhiben la respuesta inmunológica, y pueden originar cáncer.

Si esto fuera poco, se ha tenido noticia de laboratorios clandestinos (dabbing) que elaboran mezclas adulteradas con el propósito de añadir sustancias ilícitas, como marihuana y probablemente cocaína.

A mediados de 2019, se observó en Estados Unidos, específicamente pero no exclusivo, en Wisconsin e Illinois, la aparición de un brote de enfermedad respiratoria en jóvenes que usaban vapers. Presentaron afectación pulmonar muy severa e insuficiencia respiratoria; muchos requirieron terapia intensiva y soporte ventilatorio, con una tasa de mortalidad importante. Se han descrito hasta hoy más de 2.800 episodios con 65 fallecidos. El nombre de esta enfermedad se denomina EVALI o injuria pulmonar aguda asociada al uso de vaper o cigarrillo electrónico (Electronic Vaper Acute Lung Injury), que se produce al mezclar vitamina E, que es un aceite, con el compuesto activo de la marihuana (tetrahidrocannabinol) para concentrar el vapor que se inhala.

Difícil de explicar, pero fácil de entender

La mezcla es capaz de alterar el surfactante, al competir con la fosfatidil colina de la pared alveolar, generando edema, inflamación y alteración en la difusión del oxígeno y produciendo diferentes grados de afectación pulmonar como: Daño alveolar difuso; neumotórax; hemorragia pulmonar; neumonía eosinofílica; bronquiolitis constrictiva; neumonitis de células gigantes; neumoníalipoidea o linfocitaria, entre otras. Hemos atendido, en nuestras emergencias, jóvenes con afectación pulmonar muy severa inducida por vapers antes de la pandemia (Imagen 5); afortunadamente evolucionaron hacia la mejoría sin daño residual. Esta experiencia les ha servido para prevenir a sus compañeros del riesgo del vapeo. O, bueno, es lo que han dicho.

Tomografía con neumotórax parcial derecho, infiltrado pulmonar inflamatorio y hallazgos en la biopsia con hemorragia e inflamación muy severa (Fuente: Servicio de imágenes y de anatomía patológica CMDLT – Imagen 5).

Durante la pandemia no se han publicado trabajos prospectivos de relación entre el Covid-19 y los vapers como factor de riesgo, pero podemos afirmar, sin temor a exagerar, que si los cigarrillos electrónicos son compartidos o el vapor que se exhala viene de un paciente afectado con la enfermedad, hay más riesgo de contraer el virus. Independientemente de esta posible asociación, es importante para los padres, representantes y consumidores de vapers y cigarrillos electrónicos entender que estos generan adicción, que estimulan el uso de sustancias ilícitas y de cigarrillos convencionales, que son costosos y pueden generar alteración pulmonar severa aguda y crónica y, en algunos casos, puede ser letal.

No todos los problemas respiratorios son producidos por el coronavirus. Debemos estar atentos también a esta “pandemia” creada por el mercadeo, que originará problemas pulmonares a corto y largo plazo.

Referencias:

Christiani, D. C. (2020). Vaping-Induced Acute Lung Injury. New England Journal of Medicine, 382(10), 960-962. doi: 10.1056/nejme1912032. Disponible en: Gotts JE, Jordt SE, McConnell R, Tarran R. What are the respiratory effects of e-cigarettes? BMJ 2019; 366:l5275.

Gotts, J. E., Jordt, S., Mcconnell, R., &Tarran, R. (2019). What are the respiratory effects of e-cigarettes? Bmj, L5275. doi:10.1136/bmj.l5275. Disponible en: Layden JE, Ghinai I, Pray I, et al. Pulmonary Illness Related to E-Cigarette Use in Illinois and Wisconsin – Final Report. N Engl J Med 2020; 382:903.

Layden, J. E., Ghinai, I., Pray, I., Kimball, A., Layer, M., Tenforde, M. W.,Meiman, J. (2020). Pulmonary Illness Related to E-Cigarette Use in Illinois and Wisconsin – Final Report. New England Journal of Medicine, 382(10), 903-916. doi:10.1056/nejmoa1911614. Disponible en: Christiani DC. Vaping-Induced Acute Lung Injury. N Engl J Med 2020; 382:960.

*Medicina Interna y Respiratoria, Centro Médico Docente la Trinidad. Policlínica Metropolitana. UCV. Caracas.

**Las imágenes internas fueron facilitadas por el autor, Dr. José Octavio Isea Dubuc, al editor de La Gran Aldea.

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