Ángel Dejesús siempre usa el mismo par de zapatos para caminar por las calles de Guayaquil desde que le tocó trabajar durante la pandemia por Covid-19. Todos los días se pone una camisa manga larga sin importar cuánto calor esté haciendo, unos jeans o un mono, sus lentes de seguridad industrial, su sombrero militar y de último la mascarilla y los guantes. Lleva un solo equipo de cámara consigo y tres lentes.
En casi dos meses ha visto y registrado la cara más dura de la tragedia, las miradas de esperanza e inocencia de quienes intentan sobrevivir en medio del confinamiento y la pobreza en las zonas más vulnerables; así como también al personal que se ha entregado sin descanso para salvar vidas en la capital de la provincia de Guayas, la más golpeada por el coronavirus en Ecuador.
Este venezolano de 32 años de edad, nacido en Caracas, es Comunicador Social, egresado de la Universidad Santa María. Tiene once años como fotoperiodista y mientras estuvo en el país trabajó en medios como El Nacional, El Universal, Correo del Orinoco y Contrapunto. También fue fotógrafo de la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, durante dos años y medio. Antes de irse de Venezuela cubrió las manifestaciones antigubernamentales que se produjeron entre 2014 y 2017.
“Lo único parecido a las protestas es que andas con una mascarilla que prácticamente no te deja respirar, la N95. Ya después te acostumbras, pero al principio era bastante incómodo. Aquí en Guayaquil hace mucho calor, hay que salir con un suéter, casi que cubierto de pies a cabeza porque te estás enfrentando a una situación distinta. En las protestas corrías el riesgo de un perdigonazo, una bomba lacrimógena o que te llevaran por el medio. Aquí te estás enfrentando a algo que está y no ves físicamente, pero sí el daño que está haciendo. Eso te causa una alerta mentalmente que te dice ‘pilas, anda con precaución, no te acerques mucho a las situaciones que veas riesgosas para tu salud’, aunque uno como reportero gráfico y periodista siempre quiere aproximarse para conocer realmente qué está pasando”, comentó.
Ángel Dejesús trabaja con el vicealcalde de Guayaquil, Josué Sánchez y en ocasiones presta apoyo a la alcaldesa Cynthia Viteri. Actualmente, cubre la atención a los más vulnerables con programas como el Plan Estratégico Puerta a Puerta de entrega de kits alimenticios. Sin embargo, esa búsqueda de crecimiento profesional y el compromiso con el periodismo lo hacen voltear la mirada más allá.
“El tema del virus me agarró un poco desprevenido. La primera semana no salí. Me estaba volviendo loco al saber que había una situación informativa mundial y que el epicentro de Suramérica era Ecuador. Me sentía frustrado porque estaba en la casa haciendo nada, sabiendo que tenía la oportunidad de fotografiar las distintas cosas que estaban pasando en Guayaquil. Un día me llamó mi jefe del municipio y me dijo ‘chamo, pilas que salimos hoy’. Lo que me consigo en el camino, todo lo que pasa por mi lente y que es noticioso, lo fotografío. Cumplo con mi trabajo, pero también con mi deber como reportero gráfico de informar a través de mi Instagram lo que pasa en Guayaquil. No subo fotos de muertes en mi perfil porque lo veo como amarillista, no va con mi línea de trabajo. A veces me he encontrado millones de cosas en la calle que he fotografiado, que por respeto no las subo”, relató.
El sábado 29 de febrero de 2020, se reportó el primer caso de coronavirus en Ecuador. Ese día Ángel Dejesús regresaba a casa después de un viaje de trabajo en un pueblo cercano. Al abordar un taxi escuchó la noticia en la radio y por el espejo retrovisor notó que el conductor ya cargaba un tapabocas como medida de protección. Esa fue su primera foto de la pandemia en Guayaquil, ciudad a la que llegó como inmigrante el 16 de julio de 2017. La publicó en su cuenta en Instagram @ADJfotografia la cual se ha convertido en su plataforma para presentar las historias que hay alrededor de las cifras de contagios.
Confiesa que el día más difícil en todo este tiempo ha sido el 21 de marzo cuando retomó su trabajo en la calle. Sintió miedo porque no sabía con qué se iba a encontrar. Lo impactó la cantidad de gente incumpliendo el confinamiento, a pesar de que aumentaban con rapidez los números de casos positivos y víctimas mortales. Ahora, casi dos meses después, entiende que el hambre puede más que el temor.
“Más allá de un like está mi labor de informar. Básicamente quiero transmitir lo que se vive en medio de la pandemia, mostrar al que sale a buscar el dinero y tiene su familia en casa, que vive prácticamente del sustento diario. Esa es la realidad que quiero mostrar. Hay fotos de militares, hay fuerza pública en la calle, hay fotos de las entregas de los kits alimenticios, hay fotos de las urnas los primeros días cuando se desató el boom de los muertos en las calles. Me enfoco bastante en el ser humano, el de abajo porque realmente es el que está sufriendo toda esta pandemia”, expresó.
Según reseña la agencia de noticias EFE, al 16 de mayo de 2020 Ecuador reportaba casi 31.500 contagios y al menos la mitad de esos casos eran de la provincia de Guayas. El número de fallecidos en el país llegaba a 2.594, pero las autoridades estaban por confirmar si otros 1.613 decesos estaban relacionados con Covid-19.
El colapso de los sistemas sanitariosy funerarios debido al acelerado número de víctimas mortales entre marzo y abril hizo que los ojos del mundo voltearan la mirada hacia ese país suramericano y, específicamente, hacia Guayaquil. Por las redes sociales se hicieron virales videos y fotografías de cuerpos de personas que, al parecer, habían fallecido por coronavirus y que permanecían en las calles porque no había quien los retirara.
“He visto cantidad de cosas en la calle, cantidad de ataúdes amarrados en los carros, en carros no fúnebres, he visto familias enteras en una pickup acompañando al familiar muerto. Los primeros días vi gente desvaneciéndose ya por el virus. He visto tantas cosas que han sido duras, pero que uno tiene que asimilar. Tomo la foto así no la vaya a publicar. Sé que en algún momento completaré parte de la historia”, comentó el reportero gráfico venezolano.
El pasado 7 de mayo, la alcaldesa Cynthia Viteri afirmó en su cuenta de Twitter que, según un estudio estadístico, al menos un tercio de los 2,7 millones de habitantes de Guayaquil se contagió con coronavirus. Señaló que la preocupación en estos momentos es cuidar al 67,3% de la población que no se ha contaminado, y que ese medio millón de habitantes (18%) que están activos con la enfermedad guarden aislamiento para evitar una segunda ola de contaminación.
En la misma red social, el vicealcalde de Guayaquil, Josué Sánchez, escribió dos días después: “Juntos hemos logrado disminuir el número de fallecidos, de 460 por encima del promedio diario a 22, siendo una de las ciudades del mundo que más rápido lo pudieron hacer”.
En medio de este panorama, los ojos de Ángel Dejesús se posan en la gente. En el bombero a quien el equipo de protección solo deja al descubierto los ojos que reflejan el cansancio por turnos de 48 horas o más de labores; en las familias de Socio Vivienda que a pesar de ser los más afectados por el coronavirus se mantienen en pie; en los que salen a vender en la zona comercial porque viven del día a día.
“Una de las cosas que he aprendido del fotoperiodismo es conversar con la gente. Hay casos donde uno dispara la foto y después pregunta y hay otros donde uno pregunta y después hace la foto. Depende de la situación. Me gusta conversar porque sé que necesitan ser escuchados y transmitir algún mensaje. Más allá de eso, quiero que el que vea la foto sepa que detrás hay una historia que contar. Una buena foto tiene que hablar por sí sola, pero más allá de eso tiene que tener una buena leyenda que la acompañe. De alguna manera, al publicarlo, cualquiera que de verdad sea humano puede ayudar”, relató.
De hecho, ese apoyo llegó. Varias de sus fotografías fueron intervenidas con ilustraciones de artistas ecuatorianos y son publicadas en la cuenta en Instagram @il.fokin para recaudar fondos para darle de comer a la gente que más lo necesita. La idea es que los interesados donen 10 dólares o más y reciban por correo su obra de arte full HD. “Me sumé a esa campaña porque vi que era una oportunidad para ayudar, no lo hice como una plataforma para mostrar mi trabajo”, comentó.
Las autoridades en Ecuador han aplicado un sistema conocido como “semaforización” para guiar a la población sobre el estatus de la pandemia en el país, y las medidas que se tomarán en cada región para regresar paulatinamente a la normalidad. En el caso de Guayaquil la alcaldesa Cynthia Viteri advirtió, en un hilo de Twitter el pasado 4 de mayo, que el semáforo se mantiene en rojo e instó a los ciudadanos a cumplir con las normativas establecidas, así que mientras sigan prendidas las alarmas, Ángel Dejesús seguirá recolectando historias.
*Fotografías: Ángel Dejesús @ADJfotografía
@vanessajgarcian