Sanciones de sastrería
Si bien Washington les ha subido el tono a las sanciones, quedan dudas acerca de hasta dónde se la jugará Donald Trump por Venezuela en un año electoral. El mandatario estadounidense desde India, país que ha sido aliado del régimen venezolano, dejó claro que seguirá adelante con su política de sanciones contra Nicolás Maduro. El intercambio comercial entre India y EE.UU. durante 2019 fue de 60.000 millones de dólares, una cifra nada despreciable y que pesa en la balanza, pero no por ello hubo señalamientos directos. El enviado especial de Estados Unidos para el caso venezolano, Elliot Abrams, indicó que EE.UU. será más agresivo en sus esfuerzos por sancionar personas o compañías que violen las restricciones impuestas al régimen de Maduro, incluyendo clientes de petróleo venezolano “de Asia, así como intermediarios que ayudan a Caracas a ocultar el origen del crudo”. Pero tampoco hizo precisiones. Hasta aquí todo indica una línea dura de actuación, pero analistas de Bloomberg dudan de la contundencia real de los anuncios de Washington a propósito de la reciente sanción aplicada a Rosneft Trading S.A., pues tal medida ya arroja luces sobre la medición de riesgos de la administración Trump que evitó arremeter contra la casa matriz de Rosneft porque sabe bien su peso en el mercado mundial. En año electoral parece que habrá poco apetito por una confrontación total con la gigante petrolera rusa y mucho interés por lograr el efectismo necesario que le sume el voto latino en ciertos estados clave. Un juego estratégico, de medición de fuerzas, donde Venezuela sigue de telón de fondo.
El disfraz de Chacao
Este martes, y como cierre de las actividades del Carnaval en Caracas, en la Plaza Altamira de Chacao de Caracas se dejaron ver carrozas que exponían como lema el “Carnaval de justicia y hambre” en Venezuela, como una ingeniosa forma de protesta contra el régimen de Nicolás Maduro. Pero lo cierto es que el trasfondo de la actividad no fue sencillo para las fuerzas opositoras. Aun cuando Chacao históricamente ha sido considerado un bastión opositor, la verdad es que para los participantes no fue sencillo lidiar con las autoridades municipales. La Policía de Chacao se la puso difícil a quienes querían exponer la galería de la miseria venezolana e incluso sus funcionarios intentaron retirar los carteles que servían para la protesta. En fin, lo que era y lo que es Chacao…
La trampa electoral
La trampa para aniquilar la ruta democrática intentada por la mayoría opositora del país se enmascara en la agenda electoral preparada por Nicolás Maduro. Aunque la idea es estimular un cambio real en el poder electoral y llamar a elecciones presidenciales tales opciones están fuera del radar de Maduro, incluso bajo la presión ejercida por el Grupo de Lima y por la Unión Europea (UE). A propósito de esto recién inicia una gira por la región Enrique Iglesias, asesor especial de la UE para Venezuela, con el fin de allanar el camino hacia unas elecciones presidenciales libres. Maduro de seguro lo recibirá y, como de costumbre, dejará hacer y dejará pasar. Pero la verdad es que a sabiendas de que necesariamente hay que llamar a elecciones parlamentarias este año su régimen está tejiendo la red que le garantice las condiciones favorables para hacerse con la Asamblea Nacional y quitarle el piso institucional a Juan Guaidó. Para ello se vale de las llamadas organizaciones opositoras minoritarias, de los diputados disidentes que intentaron montar un Parlamento alterno y de cuanta gestión internacional le resulte favorable a sus fines. El reto de jugar la ruta democrática con un régimen que no lo es no sólo implica enfrentar al chavismo, sino también a aquellos que se encubren de opositores pero que sirven a las filas “rojas-rojitas”.
Juego a la media
Para estimular todo lo anterior, el régimen de Nicolás Maduro ha propiciado acercamientos con algunos sectores de la oposición, que incluyen jugosas ofertas, como desestimar persecuciones políticas y judiciales, todo con tal de lograr una masa “opositora” que le dé legitimidad al proceso donde las fuerzas del chavismo “se midan”. Los contactos y la interlocución “opositora” están tratando de sumar voluntades a favor de esta causa…
Y algo más
Quizá lo más grave es que hay un clima de opinión a favor de participar en unas eventuales elecciones parlamentaras, como si no hubiera opción ni consideraciones que hacer al respeto. Es algo que crece a favor de estimular la participación en unas elecciones parlamentarias, así no existan las condiciones para hacerlo y desestimando el meollo de la agenda de lucha nacional.
Vale todo en la ONU
El Consejo de los Derechos Humanos de la ONU da para todo. En el segundo semestre de 2019 fue visto con estupor que el régimen de Nicolás Maduro, causante de una crisis humanitaria sin igual que atenta contra la vida millones de venezolanos, lanzara la candidatura de Venezuela para ser parte del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas como un claro reto a la comunidad internacional. Y el objetivo se logró. Ahora el régimen cubano presentó su candidatura para integrar el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra sobre la base de su exitoso modelo político y social y, de paso, desestimar los señalamientos de violador de Derechos Humanos que pesan sobre Nicolás Maduro.
Monstruo hiperinflacionario
Varios gremios del sector agroalimentario y empresas del área, agrupados en la Red Agroalimentaria de Venezuela, estiman que el repunte inflacionario en 2020 tendrá un fuerte impacto en el acceso a los alimentos por parte de la población. Sus cálculos más recientes señalan que la Canasta Alimentaria viene escalando desde mediados del 2019 y se disparó en enero a 5.779.010 bolívares. Una proyección confiable hace presumir que su valor podría llegar a los 17 millones de bolívares en abril.