En el 2013 Nicolás Maduro informó la creación del Banco de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Banfanb), con el fin de facilitar la realización de todas las operaciones de intermediación financiera y servicios conexos permitidos por la legislación vigente. En aquella oportunidad, la opinión pública reaccionó al anuncio asegurando que se trataba de un plan para comprar lealtades en el Ejército.
Para ese mismo año, los militares venezolanos ya manejaban empresas de construcción, alimentos, medicinas, energía y petróleo; pero un banco no es una empresa más. De acuerdo con el general de brigada en condición de retiro, Alejandro Medina Ríos *-utilizaré este nombre ficticio a solicitud de la fuente para proteger su identidad-, Banfanb se ha convertido en el órgano para la entrega de los beneficios de la Revolución. Lo define como el muro de contención de los mandos medios y “la zanahoria” con la que Maduro configura una nueva clase social dentro de la Fuerza Armada. Además de eso, Medina Ríos reconoce los profundos nidos de corrupción que se han tejido en el interior de la organización, así como la solvencia del banco a punta dólares.
Banfanb cuenta con una nómina de al menos 1.000 empleados, su sede está en Caracas, específicamente en la Urbanización El Rosal. La institución no cuenta con sucursales en el interior, pero el general Darío Baute, quien es el presidente del banco desde su creación, ha señalado que contemplan un plan de crecimiento para expandir los servicios de Banfanb a todo el país.
En el 2017, el portal de noticias Banca y Negocios publicó un trabajo sobre los bancos más rentables en Venezuela. En el mismo ubicó a Banfanb en el puesto 3, sólo detrás de Bancrecer y B.O.D. Asimismo, el estudio presentado explicó que para determinar la rentabilidad se utilizaron las fórmulas de ROA (retorno sobre los activos) y ROE (retorno sobre el patrimonio de la empresa). En ese momento, el promedio de ROE del sistema financiero venezolano era de 79,58%, mientras el de Banfanb era de 341,84%. Además, en los últimos años el promedio de créditos otorgados supera los 160 mil, una cifra muy alta para ser un banco pequeño.
Medina Ríos fue copartícipe de la expansión de Banfanb. Su amistad con el presidente Darío Baute lo llevó a ser director de Análisis de Créditos Habitacionales, desde el día en que Maduro anunció la constitución del banco. Bajo su cargo tenía a dos coordinadores, uno militar y otro del mundo civil. Su función era evaluar las condiciones para otorgar los financiamientos, a una tasa de interés de menos del 3% y con un plazo mayor a 10 años.
“En un país con una inflación superior al 100% era un regalo un crédito al 3%. Ningún banco podía expandir su cartera de crédito en esas condiciones, pero en Banfanb lo hacíamos. Eso era una de las cosas que ponían en tela de juicio la rentabilidad real del banco”, recuerda Medina Ríos.
Una de las características más relevantes que Medina Ríos observó en los primeros años, es que los créditos en general eran aprobados sin mucho papeleo. “Eran muy pocos los militares a los que se le negaba el financiamiento mínimo, prácticamente a todos se les aprobaba”. No obstante, este general reconoce que para poder tener acceso a una línea de crédito superior debías tener la bendición de al menos dos directores del banco.
Desde el 2015 esta tendencia empezó a cambiar. En una junta directiva de la entidad financiera, el presidente explicó que desde el Ministerio de la Defensa llegaron nuevas directrices sobre el financiamiento a los mandos medios. Sin ser una orden tajante, pero sí una orden, se pidió evaluar los perfiles políticos e ideológicos de los aspirantes a los créditos. “Estamos en guerra, enfrentamos en este momento una situación irregular, tenemos que garantizar que quienes reciban los beneficios, lo merezcan de verdad”, esas fueron las palabras con las que Darío Baute les pedía a sus subalternos premiar las lealtades al proyecto revolucionario.
El Banco Mundial en sus más recientes publicaciones sobre economía y equidad, ha determinado la bancarización como un elemento fundamental que define la superación de la pobreza. Por ello, lo que decidían en la junta directiva en palabras del general retirado no era sólo quiénes obtenían el financiamiento, sino quiénes sobrevivirían a la máquina de empobrecimiento en la que se convirtió la economía venezolana.
En la misma línea, el proyecto de compra de lealtades no sólo se limitaba a entregar créditos de acuerdo con su posición política, sino que iba más allá. En la misma reunión, se informó que desde el Banco de la Fuerza Armada se entregarían los bonos a los militares, también se pagarían las prestaciones y las pensiones. Esto parecía lógico que estuviera dentro de la institución que rige el sistema financiero. Pero cuenta Medina Ríos que era una verdadera teoría encubierta. “Es innegable que existe un proyecto de control absoluto sobre el Ejército, y una manera de aumentar esa vigilancia es ejerciendo control sobre el dinero que reciben los militares, especialmente los rangos medios”.
Banfanb pareciera ser una entidad privilegiada dentro del sistema bancario venezolano. De los bancos manejados por el Estado es de lejos el de mayor patrimonio y el de la cartera de crédito más amplia. Fue la primera entidad financiera en adaptar sus plataformas al nuevo cono monetario; y en el 2019, como una medida para hacerle frente a las sanciones de Estados Unidos, emitió sus primeras tarjetas de crédito independientes de Visa y Mastercard.
Alejandro Medina Ríos, quien cursó en China varios estudios sobre finanzas y comercio exterior, asegura que en el plan de crecimiento y sostenibilidad de Banfanb está en abrir un área de monetización internacional. El documento que cita este general de brigada en condición de retiro, habla de transformar la entidad en uno de los centros más robustos para el manejo de divisas. Es así como en un país donde ya hay una dolarización de facto, Banfanb podría ser la bisagra entre las dos monedas que operan en la economía venezolana.
* «En esta nota se utilizó un nombre ficticio para preservar la identidad del declarante y por tratarse de personal militar».