En la aldea
26 diciembre 2024

El catálogo de los Premios Oscar: “Once Upon a Time… in Hollywood” celebra el cine y el drama de los años ’60

Si bien esta película está correctamente descrita como una carta de amor al cine de los ‘60, no deja de ser una película muy Tarantino, muy violenta. En estos 30 minutos hay violencia tan bizarra que llega a ser graciosa, cuando Tarantino se separa de la línea histórica con un cambio crucial: Los miembros de la familia Manson no matan a Tate y sus amigos, pero tampoco a Rick y Cliff, quienes heroicamente se defienden ante los tres hippies radicalizados. Con este clímax tarantinísimo cierra la película.

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María Antonieta Rondón | 18 diciembre 2019

Es 1969. Las series de televisión sobre vaqueros ambientadas en el Viejo Oeste de Estados Unidos, también llamadas Western, han empezado a perder la influencia que tenían en los años ‘50 y ‘60. En paralelo, los Spaghetti Western -series y películas sobre vaqueros producidas en Italia- empiezan a ganar popularidad. La era dorada del cine de Hollywood y las múltiples películas que surgieron en la posguerra quedaron atrás. Aún así, Los Ángeles quedó establecida como la gran ciudad del cine en Estados Unidos, con artistas, actores, directores, escritores y dobles todos viviendo en vecindarios en una ciudad muy particular. Entre las peculiaridades, Los Ángeles está llena de estudios de TV y sets de películas, así como de ranchos, varios de los cuales por años fueron y en algunos casos seguían siendo el set predominante de las series y películas Western. Un año de rock & roll y jazz, y del surgimiento del movimiento hippie, en medio también de la Guerra de Vietnam (spoiler alert).

Un poco de esto y más nos muestra Quentin Tarantino en Once Upon a Time… in Hollywood. Seguimos a Rick Dalton (Leonardo DiCaprio), actor popular por la serie de vaqueros Bounty Law, quien ahora pasa trabajo para conseguir un buen rol en Hollywood. Lo vemos en distintas interpretaciones menores, acompañado por Cliff Booth (Brad Pitt), quien desde el exitoso programa de vaqueros y a pesar de su reputación como irritable o agresivo, lo ha acompañado como su doble personal. Mientras vemos a Rick y Cliff pasar de estudio en estudio buscando una oportunidad para Rick, quien se niega a formar parte de los Spaghetti Western que en ese momento cobraban popularidad, podemos notar otros factores que surgen alrededor de estos dos personajes. Por un lado, Rick vive por Benedict Canyon, específicamente en Cielo Dr., al lado de donde viven en ese momento Roman Polanski y Sharon Tate, quienes tienen una vida más social que ellos -yendo a fiestas en la Mansión Playboy con The Mamas & the Papas- y demás. Por otro lado, Cliff vive separado de Rick, en una especie de casa móvil cerca de ranchos y sets, que para llegarle hay que pasar por distintas calles, las cuales a veces están pobladas por jóvenes hippies pidiendo cola. Tarantino nos ambienta 1969 de una forma detallada, delicada y disfrutable, con un magnífico soundtrack, personajes ficticios combinados con personajes históricos, vallas publicitarias, marquesinas de cine y restaurantes de la época.

Fui a ver esta película sin haber leído sobre qué trataba, más allá de una historia de un actor frustrado y su doble. Por lo cual me envolví en la trama y fui identificando líneas de la historia que al menos por dos horas completas no se unían: ¿Qué tenían que ver los reales Sharon Tate y Roman Polanski con los ficticios Rick Dalton y Cliff Booth?, ¿por qué había tantos hippies pidiendo cola en las calles que recorría Cliff? La respuesta le pudo llegar a cualquier conocedor de la época de los ‘60 al ver la calle Cielo Dr. Sin embargo, sin conocer nada de esto, los últimos 30 minutos me tomaron por total sorpresa. La conexión entre Tate, Polanski, Dalton y Booth era otro personaje real: Charles Manson, quien tenía a decenas de jóvenes hippies viviendo en Spahn Ranch, un rancho anteriormente usado para filmar series de vaqueros. La conexión exacta era que Cliff Booth conocía al dueño de Spahn Ranch, por lo que Cliff, al darle la cola a una de las hippies de esta secta, rápidamente identificó un mundo paralelo muy bizarro lleno de adolescentes radicalizados por las ideas de Manson.

En este ínterin, seguimos con la línea central de la historia, y Rick se resigna y viaja a Italia a grabar Spaghetti Western. Tiene muchísimo éxito y regresa a Estados Unidos con mucho dinero y una nueva esposa en el verano de 1969. En la noche en la que regresa se terminan de unir las tres diversas líneas de narración que llevaba la película (Tate y Polanski, los hippies y Manson, y Rick y Cliff): Tres miembros de la secta de Charles Manson se dirigen a la casa de Tate a cometer los históricos asesinatos del 8 y 9 de agosto de 1969. Cuando están llegando son detenidos por Rick Dalton, quien salía a reclamar que quería silencio. Los tres miembros de la secta luego de discutir sobre el mal trato de Dalton y lo mucho que admiraban sus series de vaqueros, las cuales -dicen ellos- les enseñaron sobre la violencia, deciden, entonces, cambiar su target y atacar a Dalton.

Y si bien esta película está correctamente descrita como una carta de amor al cine de los ‘60, no deja de ser una película muy Tarantino, es decir, muy violenta. En estos 30 minutos hay violencia tan bizarra que llega a ser graciosa, cuando Tarantino se separa de la línea histórica con un cambio crucial: Los miembros de la familia Manson no matan a Tate y sus amigos, pero tampoco a Rick y Cliff, quienes heroicamente se defienden ante los tres hippies radicalizados. Con este clímax tarantinísimo cierra la película.

Es inevitable no meterse en Google posteriormente a buscar todas las referencias reales y a investigar cómo en realidad fueron los asesinatos de Tate y sus amigos ese día. Al final, la película tiene ese final feliz bizarro -porque los crímenes no se llegan a cometer-. Por lo que, al buscar a Sharon Tate en Google uno puede reflexionar sobre lo que hubiese podido ser su carrera artística o la de Roman Polanski, en ese momento su esposo, si ella hubiese continuado viva. Y en efecto, no faltó tiempo para que muchos dieran con las referencias reales sobre las que se basó Tarantino. Un rompecabezas bien mezclado de personas reales fueron, pues, las que inspiraron los personajes de Rick y Cliff. Rick Dalton está basado en Ty Hardin, Ralph Meeker y Pete Duel. Cliff Booth está basado en el personaje Billy Jack y en los dobles Gary Kent y Gene LeBell. Su relación actor-doble está basada en la conexión entre Burt Reynolds y su doble Hal Needham. La relación entre Cliff y su esposa está basada en Natalie Wood y Robert Wagner. Todo esto combinado con los personajes históricos de Sharon Tate, Roman Polanski, Steve McQueen, Bruce Lee, Charles Manson y otros, que hace de esta película un nostálgico y bien pensado “arroz con mango”.

La supuesta penúltima película de Quentin Tarantino tiene mucho de sus predecesoras. Tiene el revisionismo histórico de “Inglourious Basterds” (2009), parte del ambiente de “Django Unchained” (2012), y “The Hateful Eight” (2015). A pesar de esto, es quizás una de las películas de Tarantino más digeribles -ya que la violencia es más anticipada que vivida-. Pero cuando llega, lo hace con fuerza. Es inevitable pensar que esos últimos 30 minutos informarán lo que se puede esperar de la supuesta última película de Tarantino, la cual según él mismo será una película de terror, haciendo de ésta, entonces, el supuesto último film “normal” de Tarantino. Quizás por eso el sentimiento de prolongada nostalgia que sostiene la película en sus 160 minutos.

Conoce las 16 películas que estoy analizando, y acompáñame en la ruta por la conquista de un Oscar. 

A continuación las posibles nominaciones a los Premios Oscar
(* probabilidad alta de ser nominado):
Mejor Película – David Heyman, Shannon McIntosh, Quentin Tarantino *
Mejor Director – Quentin Tarantino *
Mejor Historia Original – Quentin Tarantino *
Mejor Actor – Leonardo DiCaprio *
Mejor Actor de Reparto – Brad Pitt *
Mejor Actriz de Reparto – Margot Robbie, Julia Butters
Mejor Cinematografía – Robert Richardson *
Mejor Montaje – Fred Raskin *
Mejor Diseño de Producción – Barbara Lingh, Nancy Haigh *
Mejor Vestuario – Arianne Phillips *
Mejor Maquillaje – HebaTorisdottir, Janine Rath-Thompson *
Mejor Mezcla de Sonido – Mark Ulano, Michael Minkler, Christian P. Minkler
Mejor Edición de Sonido – Wylie Stateman
Mejores Efectos Visuales – Kevin Souls, Catherine Hughes, Jeremy Hays

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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