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05 febrero 2025

¿Volvió la congestión vehicular a Caracas?

El congestionamiento en la ciudad de Caracas es un problema estructural y coyuntural, un tema complejo que debe tratarse desde un enfoque holístico. Es la oportunidad para abordar el tema de la movilidad en las ciudades desde la óptica de la planificación y el desarrollo urbano, definir las necesidades y prioridades futuras, así como optimizar las inversiones.

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Celia Herrera | 19 noviembre 2019

Hace unos días un colega ingeniero me comentaba su apreciación del regreso de las “colas” a la trama vial de la ciudad de Caracas, y su curiosidad por saber las probables causas. Con la intención de desarrollar mi opinión al respecto, más allá de la documentación histórica del fenómeno y mi propia experiencia como usuario, emprendí entonces un sondeo de opinión en mis redes sociales y entre los colegas estudiosos del tránsito.

La experiencia fue enriquecedora, porque descubrí que el Prof. Rafael Arráiz Lucca, indagaba sobre ello en su cuenta de Twitter; el periodista Eugenio Martínez le respondía con una lámina, resultado de la encuesta de Consultores21, con base a los datos de campo de septiembre de este año, titulada Crisis social y diáspora interna, que ante la pregunta “¿Usted ha pensado mudarse de ciudad dentro de Venezuela?”, los resultados indican que un 8% de los consultados respondieron que sí; y las ciudades de preferencia son Caracas, Mérida, Valencia, Barquisimeto, Maracay y Cumaná, y por supuesto Caracas en mayor proporción (38%).

“La red de transporte público no cubre toda la ciudad y el servicio casi no existe en horario nocturno”

Así también, la razón por la que consideran mudarse, señalan en orden de prioridades: “Más oportunidades para trabajar; se tiene mejor calidad de vida; tengo amigos y familiares allá; tienen una mejor economía; me gusta; posibilidad de tener una vivienda”. Vale acotar que el fenómeno de la congestión también lo reportan interesados en el tema en Valencia, Maracaibo, Barquisimeto y Puerto Ordaz.

Paso a relatar las respuestas a las que atribuyen la congestión vehicular los seguidores en Twitter:

  • La migración del interior del país a la capital (se insiste mucho en que la mayor proporción son personas procedentes de Maracaibo, que también han migrado a ciudades como Mérida), básicamente por los pésimos servicios de electricidad, agua, gas, los problemas de suministro de gasolina, la escasez de medicinas y alimentos en las regiones, aprovechando en algunos casos viviendas de familiares que se fueron del país.
  • El aumento de la oferta de vehículos a bajos precios de emigrantes de Venezuela, que un sector de la población puede adquirir hasta por un tercio de su valor, lo que potencia un eventual incremento de vehículos circulando.
  • El desplome de los costos de alquileres de vivienda en el este y sureste de la ciudad de Caracas, de manera que las personas migran a mejores zonas de la ciudad.

“Como consecuencia de la impunidad reinante, los conductores ignoran o no respetan las leyes”

  • Liquidez de dinero inorgánico, que puede invertirse en reparaciones de vehículos parados por la imposibilidad de adquirir repuestos y pago de mano de obra.
  • Los trabajos de “embellecimiento” en la ciudad y en particular en ciertas arterias viales, asociados a la iniciativa de “Juntos todo es posible” y programas similares desde el Gobierno nacional, de modo que se tienen cuadrillas de mantenimiento en horas pico de circulación de tránsito y ocupando parte de los canales de circulación, y por tanto restringiendo la capacidad en vías tan importantes como son las autopistas.
  • Las deficiencias del servicio de transporte público superficial, con el cobro en algunos casos de pasajes que no corresponden a la tarifa oficial, aunado al aumento de los actos delictivos en las unidades en vísperas de las fiestas navideñas, a raíz de lo cual algunos decidieron sacar sus vehículos particulares.
  • Buena parte de los semáforos no están operando, y los pocos que funcionan, la mayoría sin coordinación alguna, contribuyen al caos y la anarquía vial.
  • El incremento en la oferta de cauchos, aceite, baterías y demás autopartes por las importaciones de emprendedores privados, aumentando la posibilidad de adquisición a mejores precios y, por ende, la ocasional puesta en servicio de vehículos reparados.
  • La cercanía del asueto decembrino, con lo cual siempre se observa el fenómeno del incremento en la circulación y, por ende, en los niveles de congestión.
  • El mal estado de las vías en general, y en particular algunas fallas en la infraestructura, como juntas deterioradas, bocas de visita sin tapas o desniveladas, y fallas en el pavimento (los denominados huecos),
  • El retorno de personas que habían migrado a otros países.
  • El cierre eventual y la obstrucción de calles, avenidas, puentes, sin advertencia previa a los usuarios, por actividades de protesta, trabajos en la vía de decoración navideña y similares sin programación, más los puntos de control policial.
  • El incremento de los volúmenes de tránsito automotor circulando por el aumento de la actividad comercial, típica de fin de año.
  • Una mayor movilización de ciudadanos, que ahora tienen hasta tres trabajos en diferentes lugares, para poder intentar generar ingresos y cubrir sus gastos habituales.
  • El incremento de vehículos accidentados obstaculizando la circulación, al presentar fallas mecánicas por el mal estado del parque automotor, ante la imposibilidad de los propietarios de asumir costos de mantenimiento rutinario y preventivo.
  • “Ánimo” en la economía por una dolarización artesanal “hecha a mano”, y el incremento de las remesas en divisas a familiares aún en el país de parte de personas que emigraron.
  • La pésima operación del sistema Metro, con recurrentes fallas e interrupciones en el servicio.
  • La anarquía en la circulación, desatendiendo a los dispositivos de control de tránsito y a las más elementales normas de cortesía ciudadana, como ceder el paso.
  • Incremento de un sector de la población de edad avanzada circulando a muy baja velocidad, pues sus familiares que antes los trasladaban ya no están en el país.
  • Las eventuales lluvias y la restricción vehicular que causa el empozamiento de las aguas de escorrentía, por drenajes obstruidos.
  • La limitación de horarios de los comercios a horas del día entre la mañana y no mucho más allá de mediodía por razones de seguridad y costos de operación, que obliga a los usuarios a concentrar sus actividades en esos cortos lapsos.
  • Presencia de población flotante de otras regiones que está de compras en la ciudad de Caracas, aprovechando la entrada de recursos extras como los bonos de Navidad.
  • La circulación masiva de motocicletas.

Ahora bien, tal como acotó el reportero del tránsito Jonathan Quantip, “aún la ocupación de las vías es un ínfimo porcentaje en relación con la que se observaba hace unos 5 o 6 años”, y agregó que como es habitual a partir del 25 de diciembre se reducirá la presencia de vehículos progresivamente, y en mayor proporción los primeros quince días de enero de 2020. Luego de lo cual retornará la relativa “cotidianidad”, y de no reactivarse ciertamente la economía los volúmenes de tránsito seguirán la tendencia al decrecimiento, que ha quedado documentada este 2019 en el estudio de movilidad realizado en la Región Metropolitana de Caracas.

Si bien las investigaciones sobre el tema deberían estar sustentadas sobre conteos vehiculares, encuestas y otras herramientas aplicadas en este lapso; la experiencia de trabajos previos y el seguimiento que desde 2007 llevamos los profesionales del área del transporte, tránsito y vialidad, particularmente en la Sociedad Venezolana de Ingenieros de Transporte y Vialidad (Sotravial) en Caracas, me permiten señalar que el comportamiento atípico del tránsito en la ciudad está documentado entre el 15 de noviembre y hasta el 15 de enero del siguiente año en forma recurrente.

“El mantenimiento vial deficiente provoca bajas velocidades y atascos en el tránsito”

No se consideran válidos los aforos realizados en ese lapso para estudios como los de impacto vial, por representar condiciones de circulación no habituales. Los asuetos estudiantil y laboral propios de las fechas produce una dinámica distinta de reducción de viajes por motivo estudio y trabajo, pero a la vez se incrementan los traslados con propósito de compras, carácter recreacional y otros.

En estos momentos, y a juicio propio, considero que la congestión observada responde a una suma de factores, como bien han señalado usuarios y colegas consultados. Sin duda alguna la proximidad del período navideño; el mal estado de las vías y dispositivos de control de tránsito; el mal servicio del transporte público; la presencia de trabajadores en las vías efectuando “mantenimiento” en horas pico, sin programación alguna conocida ni advertencia a los usuarios; la proliferación de puntos de control policial, con restricciones viales; la anarquía en la circulación; la “gratuidad” de la gasolina; entre otros, afectan las condiciones de funcionamiento de la red vial.

Es oportuno recordar que el congestionamiento en la ciudad de Caracas es un problema estructural y coyuntural, un tema complejo que debe tratarse desde un enfoque holístico, y tal como ha sido argumentado en el que intervienen dificultades como:

  • La baja oferta vial, que a su vez depende de la topografía de El Valle de Caracas, donde se concentra la demanda en pocos corredores viales.
  • No se ha dado continuidad a algunas vías principales, ni interconexión entre aquellas que lo permiten, con el consiguiente perjuicio para el sistema de transporte público.
  • La legislación inadecuada y no aplicada, pues los efectivos de seguridad destinados a la vigilancia de tránsito son insuficientes para hacer valer las leyes, y están mal preparados y peor pagados.
  • Como consecuencia de la impunidad reinante, los conductores ignoran o no respetan las leyes y reglamentos, hacen gala de falta de civilidad, y contribuyen a generar y a aumentar el caos en el tránsito.
  • La demanda de transportepúblico presiona hacia altas tasas de crecimiento del parque automotor, estimulando el uso de los automóviles particulares con bajo índice de ocupación
  • Elevado porcentaje de vehículos en malas condiciones.
  • Existe un número significativo de motociclistas en circulación, que no ha sido atendido.
  • La falta de organización del transporte de pasajeros provoca líneas superpuestas, uso de unidades de baja capacidad, indisciplina en el manejo y horarios, entre otros.
  • La red de transporte público no cubre toda la ciudad y el servicio casi no existe en horario nocturno, circunstancia propiciada por la inseguridad ciudadana.
  • El mantenimiento vial deficiente provoca bajas velocidades y atascos en el tránsito.

A todo lo ya expuesto, contribuye también la tardía atención por parte de las autoridades de los hechos viales y de los vehículos dañados en la vía.

Ahora bien, en medio de todo, es la oportunidad de abordar el tema de la movilidad en las ciudades desde la óptica de la planificación y el desarrollo urbano, definir las necesidades y prioridades futuras, así como  optimizar las inversiones. Es un momento histórico en que el apoyo a los gobiernos locales y regionales, con el concurso de las comunidades, puede resultar en mejoras para acondicionar la infraestructura de servicios de transporte y crear condiciones de accesibilidad y movilidad sostenibles.

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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