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05 febrero 2025

Venezuela en el callejón electoral

La mesa está servida desde las filas del régimen para unas elecciones parlamentarias a la medida. Juan Guaidó ratificó, desde la voz de la oposición, “no participamos en farsas”. Las elecciones, que son una de las máximas expresiones de la democracia, mutan para convertirse en un callejón ya transitado en el pasado por los partidos mayoritarios de la oposición y la ciudadanía, donde las libertades y las garantías electorales desaparecen.

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Redacción LGA | 04 noviembre 2019

El 23 de enero de 2019, al asumir de forma interina las funciones ejecutivas de la nación, Juan Guaidó fijó una hoja de ruta: “Cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres”. A la fecha los dos primeros pasos ni se han alcanzado ni lucen fáciles de concretar dada la determinación del régimen de Nicolás Maduro de sostenerse en el poder a cualquier precio; mientras que la tercera comienza a ser manipulada políticamente para convertirla en la excusa para abortar todo el proceso.

Desde las filas del chavismo se viene imponiendo una agenda electoral que busca contravenir el período constitucional de la Asamblea Nacional (AN) o al menos alterar el ciclo natural de elección de sus miembros, repitiendo la fórmula de los comicios anticipados aplicada en mayo de 2018 para el proceso irregular que gestó la reelección presidencial de Nicolás Maduro, desconocida por más de 60 países.

Las elecciones, que son una de las máximas expresiones de la democracia, mutan para convertirse en un callejón ya transitado en el pasado por los partidos mayoritarios de la oposición y la ciudadanía, donde las libertades y las garantías electorales desaparecen.

Las piezas se mueven en el tablero. Las elecciones presidenciales, que eran el eje central de las exigencias de la oposición, parecen quedar en un segundo plano. La atención se centra en las elecciones parlamentarias y en la toma de control de la Asamblea Nacional por parte del régimen de Maduro.

“La mesa está servida desde las filas del régimen para unas elecciones parlamentarias a la medida”

La AN prevé este martes seguir adelante en la escogencia de los miembros del Comité de Postulaciones del Consejo Nacional Electoral, primer paso para avanzar hacia el cambio de rectores de ese órgano, un proceso del cual los diputados del chavismo se han mantenido al margen. Y ya señalaron que si el Parlamento sigue una ruta distinta de la que ellos propongan acudirán a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) o al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), ambos designados por Nicolás Maduro, para avanzar por su parte en el cambio de autoridades del Consejo Nacional Electoral (CNE). Es decir, para dejar en el papel lo que establezca la AN, que es el poder con la potestad constitucional para hacer tales designaciones.

A esto se suma lo señalado por el propio Maduro, según lo cual sus diputados acudirán este martes a la AN para presentar un “documento bien sustentado con las propuestas que hacemos”, que nacieron de la Mesa de Diálogo Nacional constituida con organizaciones minoritarias y al margen de la oposición que avala la presidencia interina de Guaidó.

Explicó que entre los acuerdos de la Mesa está el de designar un nuevo CNE “que dé las más amplias garantías, como siempre, para las elecciones parlamentarias del año 2020”. En tal sentido, destacó que gracias a este acuerdo la AN asumió el dictamen de la Mesa de Diálogo Nacional para nombrar un nuevo CNE. “Me parece un buen gesto”.

Juan Guaidó, por su parte, ha dejado claro que en la ruta a unas elecciones libres el paso más obvio es contar con un árbitro imparcial, pero ese no es el único requisito, pues se debe garantizar el derecho a elegir y a ser elegido, así como la participación de los venezolanos en el exterior, entre otros temas.

“Juan Guaidó ratificó, desde la voz de la oposición, ‘no participamos en farsas’”

De acuerdo con el Observatorio Electoral Venezolano (OEV), entre las fallas que presenta el sistema electoral, más allá de la rectoría del CNE, se cuentan la inequidad en las condiciones de participación, tanto de candidatos como de electores; el uso de los recursos públicos con propósitos de proselitismo político; y la eliminación, de hecho, de la representación proporcional, con la promulgación de la Ley Orgánica de Procesos Electorales en 2009.

Para los voceros de Maduro, como Francisco Ameliach, eso está cubierto con las garantías electorales discutidas en la Mesa de Diálogo: Observación internacional, auditorías internas y la conformación de un nuevo órgano electoral. Y ya.

Juan Guaidó ratificó, desde la voz de la oposición, “no participamos en farsas”.

Pero Maduro ya se jacta de haber “recibido mensajes de todos los sectores de oposición (…) de su disposición para participar e inscribir candidaturas en las elecciones del Parlamento nacional del próximo año (…). Está bien así, no puedo decir más porque tengo que cuidarme, no puedo revelar otras cosas, otros secretos sobre estos temas, porque hay que llevarlos poco a poco, con cuidado, verdad”.

En esta línea Henri Falcón, de Avanzada Progresista, aseguró de inmediato que su partido participará. “Vamos a las presidenciales, parlamentarias y a todos procesos electorales que se decidan en Venezuela”.

La mesa está servida desde las filas del régimen para unas elecciones parlamentarias a la medida.

Aunque pareciera que es el momento de un entendimiento profundo, con altas dosis de diálogo y negociación, para que se obtenga el mejor acuerdo posible, esto luce difícil de lograr tomando en cuenta el patrón de actuación del chavismo en este tipo de situaciones en el pasado. Es obvio que si este piso se corrompe, cualquier acción electoral futura carece de importancia para el chavismo que no escatimará para recurrir a vías írritas que le permitan alcanzar sus objetivos.

En el campo de la oposición caerá este martes la propuesta del chavismo -barnizada de democrática por las organizaciones minoritarias-, y lo que sea su proceder al respecto tendrá carácter histórico.

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La opinión emitida en este espacio refleja únicamente la de su autor y no compromete la línea editorial de La Gran Aldea.
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