Aunque el Fondo Monetario Internacional define una recesión global como una tasa de crecimiento del PIB por debajo del 2,5% anual, es claro que hay varios países que aunque no han caído en recesión la tendencia apunta en esa dirección. El caso de Venezuela es especial, porque las causas de la depresión económica no son coyunturales, sino que más bien obedecen a un modelo absolutamente disfuncional.
La temperatura del Planeta está subiendo de forma sostenida. Sin embargo, el termómetro de la economía mundial marca un enfriamiento. Efectivamente, aunque no estamos en una recesión todavía, el período de mayor expansión ininterrumpido que ha tenido la economía global, que comenzó en 2009, una vez superada la gran recesión de 2008, parece que está llegando a su fin.
China muestra claros signos de desaceleración y las tasas de crecimiento de 9% o 10% se fueron para no volver. Alemania, el motor de la zona del euro, está oficialmente en recesión; India está creciendo mucho menos y los dos gigantes de América Latina, Brasil y México muestran una economía anémica.
Estados Unidos es una incógnita. El mercado laboral está en su mejor momento, pero los datos de la manufactura y las ventas del comercio hacen prender las luces amarillas de la desaceleración. No obstante, la bolsa de valores no deja de reflejar ganancias, debido a su potente sector tecnológico.
Esta situación se ha venido agravando debido a la guerra comercial entre Estados Unidos y China y por las tensiones entre aquel y la Unión Europea, a lo que se agrega un agotamiento de los instrumentos de política monetaria convencionales; que ha derivado en tasas de interés significativamente bajas, lo cual ha dejado a los bancos centrales sin un instrumento de política fundamental. Pero adicionalmente, esas bajas tasas de interés han incentivado un endeudamiento elevado absolutamente inconveniente.
Aunque el Fondo Monetario Internacional (FMI) define una recesión global como una tasa de crecimiento del PIB por debajo del 2,5% anual, es claro que hay varios países que aunque no han caído en recesión la tendencia apunta en esa dirección, y este pareciera ser el caso de España.
Es altamente probable que con toda esta turbulencia política que afecta a países de Latinoamérica la economía se resienta y algunos países que estaban creciendo, ahora se estanquen o se contraigan.
El caso de Venezuela es especial, porque las causas de la depresión económica no son coyunturales, sino que más bien obedecen a un modelo absolutamente disfuncional.
Toda esta situación debe motivar que se repiense la gobernanza financiera global y el rol de los organismos multilaterales, tales como el FMI y el Banco Mundial. Pero también es una oportunidad para hacer un nuevo enfoque sobre la agenda de refirmas estructurales. Las instituciones que crearon el progreso y vitalizaron la economía mundial ahora han perdido, en cierto modo, su eficacia para estimular la economía.
Diputado de la Asamblea Nacional.