Los recientes anuncios del régimen de Nicolás Maduro, de la mano de algunos partidos, son una operación política para tratar de sostenerse en el poder que carece de trascendencia estratégica. Afirma que los temas de fondo persisten y que, al final, se sabrá claramente quién es la oposición real en Venezuela.
Funcionarios del régimen de Nicolás Maduro y miembros de cinco organizaciones políticas minoritarias firmaron este lunes un acuerdo de seis puntos, que dio pie a la instalación de lo que denominaron Mesa de Diálogo Nacional. Con este capítulo el chavismo intenta pasar la página del diálogo con los representantes de las principales organizaciones políticas que le hacen oposición, y que se había gestado gracias a la mediación de Noruega. ¿Cómo se puede interpretar esta estrategia y qué se puede esperar de ella?
A juicio de Joaquín Villalobos la respuesta es simple: Esto no es una negociación, sino una operación política de Maduro que busca, en primer término, sumar a un número de partidos al régimen dictatorial, disolver la Asamblea Nacional (AN) y, como fin último, darle sostenibilidad en el poder.
El experto en temas de negociación y consultor, con un amplio conocimiento de la lucha armada como ex guerrillero salvadoreño, no duda en asegurar que esta acción tendrá efectos pasajeros y poco relevantes, porque “no restablece la democracia y tampoco cambia la correlación de fuerzas a favor de Maduro”.
El régimen de Maduro ha tratado de vender este nuevo diálogo como una muestra de su disposición para avanzar hacia un acuerdo nacional para la convivencia. No obstante, su iniciativa sólo fue refrendada por Felipe Mujica, del Movimiento al Socialismo; Timoteo Zambrano, de Cambiemos; Claudio Fermín, de Soluciones; Luis Romero, de Avanzada Progresista, y Pedro Véliz, de Bandera Roja. Por ello Juan Guaidó, que es el presidente de la Asamblea Nacional y quien bajo esa figura asumió en enero funciones ejecutivas interinas dada la ilegalidad del régimen de Maduro; consideró que sólo se trata de una forma de evasión a los puntos cruciales que se habían alcanzado, y que implicaban el “cese de la usurpación” para avanzar hacia una salida democrática a la crisis.
Al evaluar los hechos, Villalobos señala que la poca significación para Venezuela de esta Mesa de Diálogo Nacional queda en evidencia al observar que el mismo día cuando firmaban el acuerdo estaban los colectivos armados atacando una protesta cívica de educadores en el centro de Caracas. No hay nada de fondo en el acuerdo.
Por ello, a su juicio, el proceso migratorio seguirá; no aumentará el apoyo de la población al régimen; no se resolverán los problemas económicos ni sociales; seguirá la ocupación cubana y el apoyo a grupos irregulares; y lo más importante, no incidirá en la presión internacional y en la activación de más sanciones.
De hecho, estima que más sanciones, aplicadas de forma alineada de parte de Estados Unidos, Europa y Latinoamérica, son el instrumento más eficaz para que el cambio democrático se produzca.
-¿Estos acuerdos con un grupo político implica el riesgo de desaparición de la Asamblea Nacional?
-Que se disuelva la AN no quiere decir que esto sea un paso atrás. Si Maduro lo hace es porque ya no puede mantener la simulación, la convivencia; cuando más del 60% de los parlamentarios están o presos, perseguidos o exiliados. Sería una degradación del régimen. Eso no implica que el régimen se vaya a recuperar o que pueda sobrevivir, implica que camina para atrás.
-¿Esta es una acción más del régimen cubano?
-Detrás está la voluntad de los cubanos que son los que manejan al país, porque Maduro es su última línea de defensa.
-¿Esto no creará desánimo en la gente?
-El venezolano de la calle piensa en la emergencia diaria; y el otro, el ilustrado, va a terminar entendiendo esto. Primero se asustará y tratará de entender, y al final lo entenderá. El régimen no tiene cómo atender las necesidades de la gente y la oposición seguirá en ventaja.
-¿Qué resuelve estratégicamente Maduro con este acuerdo?
-No hay ninguna modificación estratégica con esto que ha hecho Maduro. ¿Va a aumentar la producción de petróleo con esto?, ¿logró encontrar un aliado que lo va a subsidiar?, ¿se normalizará la comida, la luz, la gasolina y el agua?, ¿logró salir de las sanciones?, ¿se va a volver más popular? Esos son los puntos estratégicos que sigue sin resolver.
En esencia esta operación del régimen de Maduro sólo le ha servido para cerrar su círculo de defensores, y sumar a su coalición de partidos a este pequeño grupo que antes parecían de oposición. Por eso Villalobos afirma que este “acuerdo” permitirá en el futuro dejar “claramente establecido quién es la oposición real en Venezuela”.