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05 febrero 2025

La poca capacidad eléctrica resta velocidad a la recuperación del aparato productivo

Recuperar el sistema eléctrico a niveles de 1998, un año antes de que Hugo Chávez asumiera el poder, tomaría entre 5 y 8 años con una inversión cercana a los 50.000 millones de dólares, según la Asociación Venezolana de Ingeniería Eléctrica, Mecánica y Profesiones Afines (Aviem).

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Carlos Seijas Meneses | 05 septiembre 2019

En 2010, el fallecido presidente Hugo Chávez firmó un decreto de emergencia eléctrica que aceleraría los procesos de mantenimiento del sistema y de adquisición de equipos y repuestos. Han pasado desde entonces nueve años, y el país, en manos de Nicolás Maduro, padece fallas eléctricas a diario y ha sufrido fuertes apagones generales como los del 7 de marzo, 25 de marzo, 9 de abril y 22 de julio.

De un hilo pende el sistema eléctrico nacional, cuyo colapso se aceleró en marzo pasado pese a las advertencias hechas por expertos, las millonarias inversiones -que según la oposición fueron más de 100.000 millones de dólares- y a la caída de la demanda por la profunda depresión de la economía venezolana, la cual se contrajo 52,3% entre 2013 y 2018, de acuerdo con el Banco Central de Venezuela (BCV); contracción que según el Parlamento aumentó a 63,4% en el primer trimestre de 2019. Cualquier pequeña reactivación del aparato productivo o algún imprevisto, puede dejar al país en la oscurana.

Por esa razón, la reactivación de la economía pasa por la recuperación del sistema eléctrico. El economista Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, asegura que son procesos que tienen que hacerse en paralelo.

“No puedes esperar a que se recupere el sistema eléctrico para reactivar el aparato productivo, porque tienes que seguir atendiendo las necesidades de consumo de la población. Son dos procesos que prácticamente tienen que ir en paralelo, haciéndose de forma muy rápida y buscando soluciones prácticas, novedosas y de pequeña escala, para intentar generar kilovatios adicionales que le permitan a la industria ir recuperando su capacidad productiva”, explica.

Recuperar el sistema eléctrico a niveles de 1998, un año antes de que Hugo Chávez asumiera el poder, tomaría entre 5 y 8 años con una inversión cercana a los 50.000 millones de dólares, según la Asociación Venezolana de Ingeniería Eléctrica, Mecánica y Profesiones Afines (Aviem). Por otro lado, el Grupo Ricardo Zuloaga calcula que se requieren por lo menos 15.000 millones de dólares para restablecer y recuperar el sistema eléctrico, incluso rescatar lo que está inoperativo. “Hay algunas unidades que se compraron en el pasado que no son malas y están abandonadas. Es lo más barato y lo más rápido”, argumenta el ingeniero Miguel Lara.

El director de Ecoanalítica coincide con los expertos en que, efectivamente, recuperar y optimizar el sistema eléctrico puede tardar una buena cantidad de años, y mientras tanto “el país no puede estar sin industria”.

El sector manufacturero venezolano trabaja hoy sólo a 19% de su capacidad instalada, un número dramático y más si se compara con otros países de América Latina. Por ejemplo, la industria argentina, pese a la crisis económica que enfrenta la nación, opera a 61%, la peruana a 63,7% y la colombiana a 81,2% de su capacidad.

De hecho, la precariedad de los servicios básicos (electricidad, agua, teléfono e Internet) fue uno de los principales problemas que entre abril y junio agobió a los empresarios y afectó la producción nacional, de acuerdo con los resultados de la Encuesta de Coyuntura Industrial, correspondiente al segundo trimestre de 2019, realizada por el gremio.

“Seguimos en el mismo deterioro, perdiendo empresas, puestos de trabajo, capacidad productiva y perdiendo los productos que necesitan los venezolanos. Si no hay un cambio de actores que dirijan la política económica del país, esto se seguirá produciendo y profundizando. Creo que la politiquería pasa a un segundo plano cuando hay hambre y hay desempleo en un país”, expresó Adán Celis Michelena, presidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria).

En 1997 había 12.700 empresas privadas en Venezuela, y cerca de 600.000 puestos de trabajo directos. Después de dos décadas de chavismo, esos números se redujeron, respectivamente, a 2.500 y 200.000, por lo menos hasta el cuarto trimestre de 2018.

Trabajadores y sindicalistas del sector eléctrico señalan que principalmente por el cierre de industrias y de comercios, además de la diáspora, el consumo bajó a más de la mitad de la capacidad instalada, la cual es de 34.000 megavatios (MV). Actualmente la demanda se ubica entre 12.000 y 14.000 MV.

“Solo hay que ver cómo están las empresas básicas de Guayana, los sectores metalmecánica y automotriz para darse cuenta. Corpoelec está en franco deterioro como industria eléctrica nacional y sus trabajadores con el peor salario de hambre jamás conocido, además de la falta de materiales y equipos para prestar un servicio eficiente”, dijo un dirigente sindical que, por seguridad, solicitó el anonimato.

Asdrúbal Oliveros añade que la capacidad eléctrica que en este momento tiene Venezuela es un factor que le resta velocidad a la recuperación del aparato productivo. “Probablemente lo que pasará es que muchas empresas tendrán que autogenerar su electricidad, y por eso también se debe mejorar el suministro del combustible que necesitan las plantas”.

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