En la aldea
12 noviembre 2025

El portaaviones USS Gerald R. Ford consolida el mayor despliegue militar estadounidense en el Caribe en décadas

El portaaviones nuclear USS Gerald R. Ford, el más poderoso del mundo, ya opera en el Mar Caribe bajo el mando del Comando Sur de Estados Unidos.

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Redacción LGA | 12 noviembre 2025

La llegada del portaaviones nuclear USS Gerald R. Ford (CVN-78) al área de responsabilidad del Comando Sur de Estados Unidos (SOUTHCOM) marca un punto de inflexión en la presencia militar estadounidense en el hemisferio occidental. Es el mayor movimiento de fuerzas navales y aéreas en el Caribe en las últimas décadas, y tiene como eje declarado el combate contra las organizaciones criminales transnacionales que operan en la región, entre ellas el Cártel de los Soles, vinculado al régimen venezolano.

Una fuerza sin precedentes

El USS Gerald R. Ford, con más de 4.000 tripulantes y 75 aeronaves embarcadas, lidera un grupo de ataque que incluye los destructores de misiles guiados USS Bainbridge (DDG 96), USS Mahan (DDG 72) y USS Winston S. Churchill (DDG 81), todos equipados con el Sistema de Combate Aegis, sistemas de lanzamiento vertical de misiles y armamento antisubmarino y antiaéreo de última generación.

La combinación de estos buques convierte al grupo en una plataforma de guerra integral, capaz de actuar simultáneamente por mar, aire y tierra. El portaaviones despliega escuadrones de cazas F/A-18E y F Super Hornet, aeronaves de guerra electrónica E/A-18G Growler, aviones de control aerotransportado E-2D Advanced Hawkeye, helicópteros MH-60R y MH-60S Seahawk, y aviones de reabastecimiento C-2A Greyhound.

En el teatro de operaciones también participan bombarderos estratégicos B-52H y B-1B, drones MQ-9 Reaper, cazas furtivos F-35 Lightning II, aeronaves de patrulla marítima P-8 Poseidon, y más de 250 misiles de ataque de precisión Tomahawk y JASSM, capaces de alcanzar objetivos a miles de kilómetros con precisión milimétrica.

El mensaje del Pentágono: “interrumpir y desmantelar redes criminales”

En un comunicado oficial, el portavoz principal del Departamento de Defensa, Sean Parnell, afirmó que “la mayor presencia de fuerzas estadounidenses en el área de responsabilidad del USSOUTHCOM reforzará la capacidad de Estados Unidos para detectar, monitorear e interrumpir las actividades y actores ilícitos que comprometen la seguridad y la prosperidad del hemisferio occidental”.

Parnell subrayó que las fuerzas desplegadas “mejorarán las capacidades existentes para interrumpir el narcotráfico y debilitar las organizaciones criminales transnacionales”, una referencia directa a las redes que controlan parte del flujo de drogas, armas y oro desde Venezuela, Colombia y el Caribe hacia Estados Unidos y Europa.

Una estrategia hemisférica coordinada

El almirante Alvin Holsey, comandante del SOUTHCOM, fue aún más explícito al describir el carácter estratégico del despliegue:

“Mediante un compromiso inquebrantable y el uso preciso de nuestras fuerzas, estamos preparados para combatir las amenazas transnacionales que buscan desestabilizar nuestra región. El despliegue del Grupo de Ataque del Portaaviones USS Gerald R. Ford representa un paso crucial para reforzar nuestra determinación de proteger la seguridad del hemisferio occidental y del territorio estadounidense”.

Desde bases en Puerto Rico, Curazao y otros puntos de la región, Estados Unidos coordina operaciones aéreas, logísticas e inteligencia junto con aliados del Caribe y América Latina. En paralelo, el Grupo Anfibio Iwo Jima y la 22ª Unidad Expedicionaria de Marines refuerzan la presencia militar con helicópteros Osprey, vehículos anfibios y tropas de desembarco.

Un portaaviones de nueva generación

El Gerald R. Ford es el primer buque de su clase y el portaaviones más avanzado y costoso de la historia naval. Con dos reactores nucleares que pueden operar durante más de 25 años sin recarga, está diseñado para mantener operaciones aéreas sostenidas de día y de noche.

De acuerdo con un informe de 20minutos, su diseño incorpora catapultas electromagnéticas (en lugar de las tradicionales de vapor), sistemas de lanzamiento y recuperación digitalizados, y una cubierta de vuelo ampliada que permite hasta un 25% más de operaciones por jornada. Además, su tripulación es un 20% menor que la de portaaviones anteriores, lo que reduce costos operativos y aumenta la eficiencia de combate.

El Caribe como epicentro

El Área de Responsabilidad del Comando Sur abarca 31 países y 12 territorios desde México hacia el sur, incluyendo todo el Mar Caribe y América del Sur. Es una región crucial tanto por su posición estratégica como por su vulnerabilidad frente a rutas del narcotráfico, contrabando y presencia de actores estatales y no estatales hostiles, como Rusia, Irán y China, que han estrechado lazos con el régimen venezolano en los últimos años.

El despliegue del Gerald R. Ford, junto con el refuerzo de bombarderos y unidades anfibias, no tiene precedentes desde el fin de la Guerra Fría. Representa una demostración de fuerza y disuasión, pero también una advertencia geopolítica en un momento en que la región vive una creciente tensión por el papel del régimen de Nicolás Maduro en el crimen organizado transnacional y sus vínculos con estructuras militares extranjeras.

Una nueva etapa de poder marítimo

Para el Pentágono, la presencia del Gerald R. Ford en el Caribe no es un movimiento temporal, sino parte de una estrategia más amplia de reconfiguración del poder naval estadounidense frente a desafíos simultáneos en Europa, Asia y América Latina.

La combinación de capacidad nuclear, fuerza aérea embarcada y logística expedicionaria convierte este despliegue en un instrumento de poder disuasivo con implicaciones que van más allá de la lucha contra el narcotráfico.

Washington envía así un mensaje claro: la seguridad hemisférica es una prioridad. Y en esa ecuación, el Caribe —y Venezuela— vuelven a ocupar un lugar central en la geopolítica global.

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